Los efectos que los pecados provocan en la vida del ser humano es de los asuntos seguros que indicaron las aleyas del Corán y las narraciones. Claro está es necesario poner atención en este asunto que los límites y los efectos de estos no son iguales en todas las personas.
La mayoría de los efectos en esencia son los efectos negativos de los pecados que afectan (el alma y el cuerpo) de aquellos que los realizan con voluntad y conocimiento. Pero aquellos que ignorando el pecado de un acto lo realizan, o aquellos que no juegan ningún papel en el surgimiento de un pecado, sino que son víctimas de los pecados que otros cometieron, según lo que exige la justicia y la sabiduría de Dios no pueden ser considerados privados para alcanzar la felicidad en forma absoluta, sino que con un poco de esfuerzo pueden quitar los efectos negativos de ese pecado.
En los textos religiosos y las palabras de los Inmaculados Imames (a.s.) se mencionaron numerosos medios para compensar los pecados, qué decir de los asuntos que en realidad no lo fueron.
En la vida de las personas los efectos en esencia de los pecados es de los asuntos mencionados en las aleyas del Corán y las narraciones. El Imam Sâdiq (a.s.) dijo: “Aquel que se posesione de los bienes de un huérfano a la fuerza, Dios hace que otra persona o sus descendientes dominen sobre él, y realicen esa misma opresión hacia él”. Después recitó esta aleya: “Aquellos que si dejasen tras de sí hijos menores de edad temerían por ellos, que se preocupen [por los huérfanos] y que sean temerosos de desagradar a Dios y les hablen con ternura y cariño“.[1]-[2]
El Imam Ridâ (a.s.) dijo que Dios reveló a uno de Sus Profetas: “Mi satisfacción la coloqué en la obediencia hacia Mi, incrementaré Mis bendiciones hacia aquel de quien esté satisfecho, sin existir fin en Mis bendiciones. Por otra parte maldeciré a aquel que provoca Mi ira, y los efectos de Mi maldición comprenderán hasta siete generaciones después de él”.[3]
Respecto a la transferencia de los efectos en esencia a las siguientes generaciones debemos saber que una de las creencias de la Escuela Imamita es que Dios es justo y sabio, y en numerosas aleyas del Corán dice: "لا تَزِرُ وازِرَةٌ وِزْرَ أُخْرى" –“…nadie cargará con la carga de otro”.[4] Considerando estas palabras, las narraciones que indican que los pecados provocan efectos incluso en las personas que tampoco intervienen en ese pecado ¿qué justificación tiene esto y acaso no se contradice con la justicia y la sabiduría de Dios?
Para evidenciar este asunto lo analizamos en varias partes:
1. Las narraciones que indican que la tiranía de los ancestros harán efecto en sus generaciones futuras no es en forma absoluta, sino que sucede sólo en caso de que los hijos estén de acuerdo con los actos de sus antepasados. Por ello el Mensajero de Dios (s.a.w.) dijo: “Aquel que le agrade la conducta de un grupo él se asocia a ellos en ese acto”.[5] Pero si a los hijos les desagradan los malos actos realizados por los padres y por decisión propia no se asocian con ellos en esa opresión, y si en sus vidas aceparon los bienes prohibidos de sus antepasados, regresan esos bienes a sus dueños queriendo compensarlo, en este caso ese hijo no se encuentra incluido en esa narración puesto que vengarse en ellos está fuera de la justicia.
El difunto gran sabio Maÿlisi, después de mencionar la narración indicada del Imam Ridâ (a.s.) dijo: “Criticaron ¿cuál es el pecado de los hijos que hasta la séptima generación del padre están incluidos en las maldiciones de Dios? La respuesta puede ser ésta que esto es sólo en caso de que los hijos estén de acuerdo con los actos de los padres. Tal y como dice en una narración que el Imam Mahdî (a.s.) a los hijos de los asesinos del Imam Husayn (a.s.) los matará por estar de acuerdo con los crímenes de sus antepasados”.[6] Continuó diciendo: “Es posible que el propósito de “los efectos en las generaciones venideras”, son los efectos del mundo tales como la pobreza y las dificultades así como las contaminaciones de éste, tal y como la mayoría de los hijos de los opresores viven en el mundo con desprecio y humillación. Este es uno de los castigos que Dios designó para los opresores en este mundo, y su causa es que considerando el amor natural que se tiene hacia los hijos, cabe la posibilidad que el regreso de los efectos esenciales de la opresión hacia ellos sea un factor que evite la opresión y para los demás que tienen la intención de oprimir, y al ver estos efectos en los hijos de los opresores anteriores se retracten de su decisión. La aleya 9 de la Sura An-Nisā’ [4] indica también esta delicadeza.
Según la creencia de la Shía no tiene inconveniente que Dios por beneficios más importantes ponga a un grupo –aunque sea inocente– en dificultades, mientras que el dañado entienda que Dios repondrá de una forma ésta pérdida y ellos también al final estarán de acuerdo. Además de todos estos asuntos las dificultades y los problemas que surgen para los hijos de los opresores tal vez sean también por su conveniencia, puesto que esto hace que dejen de seguir el sendero de sus padres.[7]
2. Los efectos en esencia del pecado en los hijos de quienes obtienen sus bienes a través de actos prohibidos o en forma ilegal, son un efecto de las causas, sin ser considerados la causa completa e inmutable. Repetidas veces se ha observado que de padres corruptos y politeístas nacieron hijos rectos que ejemplos de estos podemos encontrarlos entre los Compañeros Cercanos del Profeta (s.a.w.), vemos que sus padres se encontraban en las filas de los politeístas y ellos luchaban junto al Profeta (s.a.w.), y ante estos los hijos de algunos Profetas y santos Divinos también se desviaron del sendero.
Claro está tal y como en los asuntos existenciales los efectos tienen altibajos, en los asuntos espirituales y legales religiosos sucede lo mismo, bajo este significado que algunas de las causas son tan peligrosas que quitan al ser humano la oportunidad para compensarlo. Tal y como ingerir veneno mortal que su efecto en ESENCIA es la muerte. Contrario a la entrada de un diminuto microbio en el cuerpo que puede ser curado de inmediato. Los efectos que quedan del comportamiento del pecado es también así, siendo diferentes dependiendo de la medida del pecado, de la sabiduría y de la voluntad del ser humano, que en ocasiones los efectos de un pecado terminan a través de un arrepentimiento, y muchas veces a través de la clemencia de Dios se convierten en bondades.
3. La persona que peca si ignoraba que cometía pecado, tiene una situación similar al asunto anterior, y en una forma, aunque no cometió pecado como para que fuese privado de la salvación y provocara la ira de Dios en su contra, pero es posible que lo contaminaran algunos de los efectos en esencia, esto es para advertir y avisar a la gente respecto a los resultados dañinos de un peligro, que tanto esa persona como los demás entiendan que deberán esforzarse e incrementar su conocimiento para que incluso sin querer tampoco realicen actos desagradables.
Claro está tal y como se mencionó estos efectos no cuentan con fuerzas ni poderes que provoquen la pérdida eterna de ellos, sino que quedarán a nivel de una advertencia y aviso.
Para más estudio respecto a las dudas mencionadas, recurra a los Índices:
1. “Efectos que provocan el alimento prohibido y el medio ambiente en el ser humano”, preg.no.10604 (pág.web 10444).
2. “Aparición de los efectos de los pecados en las siguientes generaciones”, preg.no.10762 (pág.web 10467).
3. “Filosofía del sufrimiento y de los problemas de los niños inocentes”, preg.no.8487 (pág.web 8820).
También es útil estudiar los libros y las páginas web islámicas que debaten la justicia de Dios en forma detallada.[8]
[1]– An-Nisā’ [4:9].
[2]– Sadûq Muhammad ibn ‘Alî, Zawâb Al-A’mâl, p.234.
[3]– Kulaînî Muhammad Ibn Ia’qub, Al-Kâfî, t.2, p.275.
[4]– Al-An‘ām [6:164]; Al-Isrā’ [17:15]; Fāťir [35:18]; Az-Zumar, [39:7].
[5]– Tabarî ‘Imâd Al-Dîn, Bisârat Al-Mustafâ, p.74.
[6]– Recurrir al Índice: “Matanzas durante el surgimiento”, preg.10136 (pág.web 10274).
[7]– Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.341.
[8]– Tayeb Sayyid ‘Abdu Al-Husayn, Kalam Al-Tayeb dar Taqrîr ‘Aqâîed Al-Islam”, p.120; La Justicia Divina, difunto Martir Mutahri, asunto “La malicia y la Justicia de Dios”, p.33; CD Nur, que contiene todas las obras de exegesis, interpretación de la aleya 9 de la Sura An-Nisā’ [4].