Respecto a la aleya 43 de la Sura At-Tauba [9] estudie los índices que fueron mencionados en la “respuesta general”.
La primera aleya de la Sura At-Taĥrīm [66]: La prohibición en la honorable aleya no fue una prohibición legal religiosa, puesto que la frase «لِمَ تُحَرِّمُ» –“¿Por qué prohíbes…?” No es en forma de reproche ni amonestación sino que es una forma de comparecencia y amabilidad en cuanto al Profeta (s.a.w.) que ¿por qué como resultado de un compromiso y juramento se prohibió a sí mismo ese favor y asunto permitido? Y con el propósito de obtener la compasión de la esposa no es necesario que él mismo no aproveche algunos de los asuntos permitidos, y sea severo consigo mismo. Exactamente es como si nosotros a alguien que se esfuerza mucho para obtener ganancias y él mismo no se beneficia en demasía de éstas le digamos: “¿por qué te esfuerzas tanto y no te beneficias de los resultados de estos esfuerzos?
Motivo de la revelación e interpretación de la primera aleya de la Sura At-Taĥrīm [66]:
“¡Oh, Profeta! ¿Por qué prohíbes lo que Dios ha hecho lícito para ti, buscando la satisfacción de tus esposas? Y Dios es perdonador, misericordiosísimo…”.[1]
Lo dicho famoso y apropiado respecto al motivo de la aleya mencionada es que el Profeta (s.a.w.) cada vez que iba a ver a una de sus esposas llamada “Zaynab bint Jahsh”, ella no le permitía irse y le daba miel que ella misma había conseguido. Cuando este asunto llegó a oídos de ‘Aisha bint Abi Bakr enojó y dijo: “Hafsa bint Umar y yo acordamos que cada vez que el Profeta (s.a.w.) fuese a visitar a una de nosotras, de inmediato decir ¿acaso comió resina[2] de maqâfîr?” –maqâfîr” era un líquido de mal olor que uno de los árboles de Hiÿaz llamado ‘urfut segregaba– El Profeta (s.a.w.) nunca permitió que su boca ni su ropa oliesen mal, sino que al contrario insistía siempre en oler bien y estar perfumado. En esta forma un día el Profeta (s.a.w.) se presentó ante Hafsa, ella le dijo que olía mal, el Profeta dijo: “Yo no comí maqâfir, sino que ingerí una miel que me dio Zaynab y juro no volver a tomarla (puesto que es posible que las abejas de esa miel se hayan alimentado de una planta maloliente y posiblemente del maqâfir) pero no lo digas a nadie (no sea que llegue a oídos de la gente y diga ¿por qué el Profeta se prohibió a sí mismo un alimento permitido?, o imiten lo realizado por el Profeta en este asunto o parecido a éste, o llegue a oídos de Zaynab y se aflija).
Pero finalmente ella puso en descubierto este secreto y después se evidenció que el fundamento de este asunto había sido una intriga. El Profeta (s.a.w.) se molestó mucho y la aleya que estamos analizando fue revelada y dio fin a este suceso de la siguiente manera que este tipo de asuntos no deberían repetirse dentro de su casa.[3]
Sin duda un gran hombre como lo fue el Profeta del Islam (s.a.w.) no sólo pertenece a sí mismo sino que pertenece a toda la comunidad islámica y a la humanidad. Por lo tanto si dentro de su casa planean intrigas en su contra a pesar de que sean aparentemente muy insignificantes no deberá pasarlas inadvertidas, su honor no deberá ser un juguete para los demás y si se presenta un programa así deberá enfrentarlo con decisión.
La aleya que estamos analizando en realidad es una decisión por parte de Dios Todopoderoso ante sucesos como éste, y para proteger el honor del Profeta (s.a.w.). Por ello se evidencia que la prohibición en la honorable aleya, no fue una prohibición legal religiosa sino que según lo que se deduce de las aleyas que le siguen fue un juramento que realizó el Profeta (s.a.w.) y sabemos que jurar por dejar de realizar algunos actos preferibles no es pecado. Por lo tanto la frase «لِمَ تُحَرِّمُ» –“¿Por qué prohíbes…?” No es en forma de reproche ni amonestación sino que es una forma de comparecencia y amabilidad en cuanto al Profeta (s.a.w.) que ¿por qué como resultado de un compromiso y juramento se prohibió a sí mismo ese favor y asunto permitido? Y con el propósito de obtener la compasión de la esposa no es necesario que él mismo no aproveche algunos de los asuntos permitidos, y sea severo consigo mismo. Exactamente es como si nosotros a alguien que se esfuerza mucho para obtener ganancias y él mismo no se beneficia en demasía de éstas le digamos: “¿por qué te esfuerzas tanto y no te beneficias de los resultados de estos esfuerzos?
Entonces el perdón y la misericordia al final de la aleya es respecto a las esposas que prepararon las causas de ese suceso, que si realmente se arrepienten serán perdonadas por Dios, o indica que lo primordial era que el Profeta (s.a.w.) no hiciera ese juramento, acto que posiblemente provocaría osadía en algunas de las esposas del Profeta (s.a.w.)[4]
Respecto a la aleya 43 de la Sura At-Tauba [9] estudie los siguientes índices en los que en forma detallada fue analizada esta aleya y otras similares:
1. “Inmunidad de los Profetas (a.s.) en el Corán”, preg.no. 12011 (pág.web es11784).
3. “Inmunidad del Profeta y el abandono de un acto primordial”, preg.no.1857 (pág.web 1973).
4. “Inmunidad de los Profetas”, preg.no.7564 (pág.web 8522).
[1]– At-Taĥrīm [66:1].
[2]– Líquido que fluye del árbol y se seca sobre sus ramas o su tronco (recurrir a: Ibn Manzûr Muhammad Ibn Mukarram, Lisân Al-‘Arab, t.8, p.441; Mahîâr Ridâ, Enciclopedia Abÿadî persa-árabe, p.559).
[3]– Al-Bagavi (Mahîîâ Al-Sunnah) Abû Muhammad Al-Husayn Ibn Mas’ud, Ma’âlim Al-Tanzîl fi Tafsîr Al-Qurân (Exegesis Al-Bagawî), t.5, p.116; Al-Andarî Al-Jazraÿî (Shams Al-Dîn Qurtabî) Abû ‘Abdul.lah Muhammad Ibn Ahmad, Al-Ÿâma’ Al-Ahkâm Al-Qurân (Tafsîr al Qurtabaî), t.18, p.177; Fajr Al-Dîn Razî Abû ‘Abdul.lah Muhammad Ibn ‘Umar, Mafâtih Al-Gaîb, t.30, p.568; Sahîh Bujârî, t.6, p.194 según lo transmitido por Makârim Shîrazî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.24, pp.271-272. Así también las explicaciones mencionadas dentro de los paréntesis fueron tomadas de otros libros.
[4]–Exegesis Nemunah, t.24, pp.272-273; Tabâtabâî Sayyid Muhammad Husayn, Al-Mîzîn fi Tafsîr Al-Qurân, t.19, p.330.