En las enseñanzas religiosas a la persona que juzga desfavorable a los demás, es llamado desconfiado, por ello aquí analizaremos aquello que existe a este respecto en los textos islámicos.
La desconfianza bajo el significado de sospecha es juzgar las cosas por el lado malo, pensar e imaginar desfavorablemente respecto a alguien. Explicado de otra manera, la desconfianza es aquello que el ser humano piensa y supone injustamente basado en la creencia de que ha hecho algo malo, lo acepta en esa forma y admite como algo real.
Los límites de la desconfianza corresponden a: desconfianza en Dios, en la gente, en sí mismo.
Los dos primeros son considerados como atributos despreciables y pecados capitales, actos reprobados en el Islam.
Las causas de desconfianza en el acusado corresponden a: encontrarse en el sitio de la calumnia, amistar con personas malas y viles. Mientras que estas causas en la persona desconfiada corresponden a: debilidad y discordancia internas, precipitación, falta de fe.]
Dese el punto de vista del Islam la relación social entre la gente en el grado de pensamiento se basa en los fundamentos de “benevolencia”, “amistad”, “buena opinión” y parecidos. Bajo este significado que el musulmán debe opinar y pensar bien de sus hermanos y hermanas en religión, desee para ellos benevolencia, recomendación, amistad y felicidad, y evite planear cualquier conspiración y daño hacia ellos.
Lo mencionado en la pregunta fue explicado en las enseñanzas religiosas como desconfianza o sospecha y este asunto lo analizamos en varias partes:
1. Significado de desconfianza
“Desconfianza” en la lingüística significa sospecha, juzgar las cosas por el lado malo, pensar e imaginar desfavorablemente respecto a los demás. Explicado de otra manera, la desconfianza es aquello que el ser humano piensa y supone injustamente basado en la creencia de que ha hecho algo malo, lo acepta en esa forma y admite como algo real. Como ejemplo, una persona vio a un hombre hablando con una mujer y piensa que estos dos mantienen una relación ilegal y su plática es amorosa. Entonces la persona que los vio en la práctica desconfía de esa persona, lo considera un hombre con malas intenciones, que realiza malos actos y tiene mirada impura. Este estado es llamado desconfianza, y a la persona que sospecha en esta mala forma respecto a los demás es llamado malévolo, sospechoso y malicioso.
2. Límites de la desconfianza
A) Desconfianza a Dios: La desconfianza o sospecha hacia Dios es ese mismo estado de desesperanza de la clemencia ilimitada Divina que es considerado uno de los pecados capitales.
El gran Profeta (s.a.w.) dijo: “El pecado más grave es la desconfianza hacia Dios”.[1] El hombre deberá temer al castigo Divino, pero no deberá perder la esperanza en Su Clemencia, él deberá cumplir con sus obligaciones, su intención debe ser pura, debe temer de los pecados y al mismo tiempo tener esperanzas en el perdón Divino.
El Imam Ridâ (a.s.) dijo: “Sé optimista respecto a Dios, puesto que Dios sublime dice: “Yo soy aquel que Mi siervo creyente piensa de Mi, si piensa bien de Mi seré benevolente con él, y si piensa mal de Mi tendré un mal comportamiento hacia él”.[2]
B) Desconfiar de la gente: Desconfiar de la gente es que la persona respecto a los integrantes de la sociedad sin que realmente hayan realizado un acto indigno piense mal de ésta, y actúe según esto. Este tipo de sospecha al igual que la de la primera forma (desconfianza en Dios) es considerado de los malos atributos y un pecado. El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Sospechar del hombre bienhechor es el peor pecado y la peor opresión”.[3]
C) Desconfiar de sí mismo: Desconfiar de sí mismo significa que la persona se siente culpable siempre ante la realización del derecho de Dios y de sus siervos. Este tipo de desconfianza contrario a la primera y segunda parte no sólo no es pecado sino que es de los atributos sobresalientes y una de las ventajas de los creyentes puros, ya que provoca mayor esfuerzo en el sendero del obedecimiento y la adoración a Dios, y protege al ser humano del orgullo y la negligencia.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “¡Oh, siervos de Dios! Debéis saber que el creyente no pasa de la mañana a la noche y de la noche a la mañana a menos que desconfíe de sí mismo, se critique constantemente y espere la realización de más actos buenos de sí mismo”.[4]
3. Reproche del pesimismo y desconfianza en el Islam
El pesimismo o sospecha es una de las enfermedades peligrosas morales. Aquel de quien el espejo cristalino de su alma se vio opacado por el polvo de la desconfianza no puede más ver bellos a otros, viéndose imposibilitado de entender las verdades. El Islam alejó a sus seguidores de este atributo desagradable. El Generoso Corán a este respecto dice: “¡Oh, creyentes! ¡Absteneos mucho de las dudas! En verdad, algunas dudas son pecado”.[5]
Así también en otra parte dice: “Y no vayas tras aquello de lo que no tienes conocimiento. En verdad, del oído, de la vista, del intelecto de todo ello se os pedirán cuentas”.[6]
El gran Profeta (s.a.w.) dijo: “En verdad Dios consideró prohibido matar y tomar los bienes de otros y no permitía que desconfiaran en los musulmanes”.[7] El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Alejad de vosotros mismos la sospecha hacia otros, puesto que Dios Sublime lo prohibió”.[8] En otra parte este mismo Imam (a.s.) dijo: “Dudar en alguien que no traiciona es de los grados de bajeza y vileza”.[9]
4. Causas de la desconfianza
¿Qué actos provocan la desconfianza en otros? En otras palabras ¿cuáles son las causas de desconfiar respecto a otros?
En respuesta a esta pregunta debemos decir que las causas de la desconfianza son en dos formas, en ocasiones una persona desconfía en otro y, en otras, la persona realiza actos por los cuales desconfían de ella.
Pero aquello que provoca que la persona sospeche de otra, corresponde a:
A) La persona desconfiada está afectada de debilidad y problemas especiales, lo que la obliga a sospechar respecto a otros.
A este respecto el Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “El ser humano malvado, no piensa bien de otros, ya que a ellos también los evalúa con la naturaleza de sí mismo”. [10]
B) La falta o debilidad de fe provoca también la desconfianza al igual que el Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “El desconfiado no tiene religión”. [11] Así también dijo: “La fe no se encuentra junto a la desconfianza”. [12]
C) La bajeza interna, el alejamiento de una conducta bella y de la personalidad humana son causas de la sospecha. Este mismo Imam (a.s.) dijo: “Desconfiar en alguien que no traiciona, es de las bajezas”. [13]
Pero los asuntos que provocan que la gente sospeche de una persona corresponden a:
A) Encontrarse en el sitio de la acusación. En ocasiones algunas personas se colocan en una situación en la que la gente desconfía de ellas. Es decir realizan actos que aquel que los vea piensa mal de ellas. Estos actos desde el punto de vista del Islam son prohibidos, ya que en estos casos el ser humano con su propio deseo atrajo la mala suposición de otros alistando con su comportamiento los preparativos para ello.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Aquel que entre en lugares malos, es acusado. Aquel que se coloque en los sitios que lo pueden calumniar, entonces no reproche a aquel que supuso mal de él”.[14]
Se ha narrado que un día el Mensajero de Dios (s.a.w.) se encontraba platicando con su esposa Safîah hija de Haî Ibn Ajtab. Uno de los Ansâr pasaba por ahí. El Mensajero de Dios (s.a.w.) lo llamó y dijo: “¡Oh, fulanito! Esta mujer es mi esposa Safîah (no sea que pienses mal)”.
El hombre Ansâri dijo: “¡Oh, Mensajero de Dios! Es que nosotros respecto a usted fuera de buenas suposiciones podemos tener otras suposiciones!” El Mensajero dijo: “El demonio al igual que la sangre corre por el cuerpo de los hijos de Adán. Yo temí que entrara en el tuyo (es decir sospecharas de mí)”.[15]
B) Amistar con personas malas y viles: En forma normal los seres humanos malhechores y viles no callan respecto a los rectos y honestos, sino que se esfuerzan en criticarlos, y si encuentran una pequeña debilidad en ellos la agrandan o, si no la encuentran, la inventan.
Amistar con personas así provoca que el ser humano se muestre pesimista hacia personas dignas, e interprete y analice equivocadamente la conducta y forma de pensar de éstas, y los buenos actos de estas personas los muestre malos.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Amistar con personas malas tiene como resultado desconfiar de las personas buenas”.[16]
5. Los daños de la malevolencia
El pesimismo tiene resultados desagradables en la vida particular y social del ser humano, que algunos de estos los enlistamos a continuación:
A) Efecto particulares:
Primero, insociabilidad: La vida social se basa en la amistad y el afecto entre los seres humanos así como en la confianza mutua. Si los seres humanos desconfían entre sí, se dañará la confianza mutua, y la amistad, convirtiendo al afecto en odio y separación, entonces la persona desconfiada se apartará de los demás, se alejará y quedará solo.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Aquel que no sea optimista teme a cualquiera”.[17]
Segundo, destrucción del culto: La desconfianza hacia otros y actuar según esta, corrompe el culto de la persona y regala al ser humano una gran cantidad de pecados.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Aléjate de sospechar ya que la sospecha corrompe la adoración y agranda el pecado”.[18]
Una explicación a este asunto es que cuando la persona desconfía de los demás juzga injustamente respecto a ellos y comienza a hablar mal de ellos en su ausencia, considerándose a sí misma superior a los demás. En conclusión esta murmuración, hablar a sus espaldas y sentirse superior a los demás, por una parte, provoca que su adoración sea fútil y que su culto se pierda y, por otra, estos mismos atributos y actos despreciables se colocan junto a la desconfianza y hacen más pesada la carga de los pecados de la persona sospechosa.
Tercero, perdición: La desconfianza es una de las enfermedades espirituales peligrosas, y la persona desconfiada y pesimista siempre sufre, y el espejo cristalino de su alma se ve opacado por los pensamientos e imaginaciones falsas, y como consecuencia de esto después de un tiempo pierde también su salud, y a través de la desesperanza derivada de la sospecha llega a la perdición.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “La sospecha termina con su dueño y alejarse de la sospecha lo salvará”.[19]
B) Efectos sociales:
Primero, falta de confianza mutua: La desconfianza daña la confianza general y termina con la seguridad social en tal forma que ya nadie confía en otro. Las personas se miran con ojos de traición y se alejan entre sí.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “El peor entre la gente es aquel que como resultado de su sospecha no confía en la gente, y tampoco nadie confía en él como resultado de su mal comportamiento”.[20]
Segundo, corrupción de los actos y estimular a los demás para realizar maldades: Uno de los efectos de la desconfianza o duda es que cambia los actos dignos en corrupción, ya que la duda, provoca la desconfianza, y la desconfianza estimula las reacciones negativas en otros, y en lugar de realizar actos por compasión y apego, los obliga a comportamientos fingidos –para atraer la confianza– o a sabotear, a realizar problemas y complicar la realización de los actos. Explicado de otra manera, la desconfianza hace que la gente de confianza y honesta se vuelva incorrecta.
El Imam ‘Alî (a.s.) a este respecto dijo: “La desconfianza hace que los buenos actos se pierdan y estimula a la persona a realizar malos actos”. [21]
Tercero, oscuridad de las relaciones amigables: La desconfianza hacia los amigos provoca oscuridad en las relaciones, llevando a la amistad e intimidad a la destrucción.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “En el corazón de cualquiera que la desconfianza domine, terminará con la paz y alegría entre su amigo y él”.[22]
6. Senderos para enfrentar la desconfianza
Para terminar con la desconfianza existen formas que a continuación las explicamos:
A) Reformar al alma: La desconfianza se muestra en personas contaminadas, malas y maléficas. Es decir la persona corrupta y maleada compara a otros consigo misma y ve en ellos el reflejo de sus vilezas. Por ello considera a todos como a sí misma y con el mismo carácter de ella, y supone así que todos son iguales a ella. La persona desconfiada para enfrentar este estado antes que nada deberá tratar de reformar sus defectos para que en caso de que compare a otros consigo misma no se vea afectada por la desconfianza. Por otra parte deberá tener en cuenta que no deberá considerar a otros como a sí misma, puesto que muchas veces los otros tienen un ánimo mejor y más elevado que el de ella. Por esto no es meritorio que sus maldades las coloque como norma, y tenga una imagen injusta respecto a sus hermanos en religión. Entonces uno de los métodos para enfrentar la sospecha es reformar sus propios defectos.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Que afortunado es aquel que sus fealdades y maldades lo hagan desistir de las fealdades de la gente”.[23]
B) Considerar los actos de los musulmanes como correctos: La regla general respecto a las personas musulmanas es que el musulmán reforma su aspecto, no tiene malos pensamientos y no realiza malos actos, no se descarría y según el Islam está puro de muchas vilezas y actos malos. Entonces los actos que los musulmanes observan entre sí mismos, hasta donde sea posible y tenga una justificación aceptable, deberán ser considerados correctos, y deberá evitar considerar malos los actos y dichos entre sí. Este es otro de los actos para enfrentar la desconfianza.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Considera el acto de tu hermano (en religión) en la mejor forma hasta cuando realice algo que cierre para ti el sendero de la justificación. Nunca pienses mal de lo que tu hermano dice, hasta que para esas palabras encuentras una buena explicación”.[24]
C) Alejamiento de la precipitación: Otra de las formas para luchar en contra de la desconfianza es que si la persona escuchó algo respecto a su hermano musulmán no debe juzgar de inmediato y no debe prestarle atención, sino que debe esperar hasta que esa noticia le sea confirmada o negada. En caso de que en forma definitiva fue confirmada entonces debe aceptarlo.
El gran Profeta (s.a.w.) dijo: “Cuando desconfiaste (no lo consideres un asunto fijo y realizado), no juzgues con precipitación”.[25] El Imam ‘Alî (a.s.) también dijo: “¡Oh, gente! Aquel que conoció a su hermano (en religión) y entendió que es estable y firme en la religión, y en sus palabras y conducta transita el sendero recto, no deberá escuchar ni acepar lo que la gente habla mal de él…”.[26]
D) Reflexión respecto a los daños de la desconfianza: Otro de los senderos para enfrentar la desconfianza es reflexionar respecto a los daños particulares y sociales de ésta.
7. Casos en los que se permite la desconfianza
¿Acaso la desconfianza es siempre reprochada?
Es posible que esta pregunta se presente que ¿acaso la desconfianza en todo lugar y respecto a cualquiera es mala, o depende de las condiciones del tiempo y de las diversas personas?
En respuesta debemos decir que aquello que se deduce de las narraciones es que en algunos casos la desconfianza no sólo es permitida sino que necesaria. A continuación indicamos algunos de estos casos:
A) Época en que la corrupción domina: En un ambiente en el que la mayoría de la gente se ve atrapada por la corrupción y contaminación, no es lógica ni correcta la confianza, puesto que muchas veces provoca el engaño y la pérdida del ser humano.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Cuando la corrupción y el crimen dominen sobre la época y sobre la gente de esa época, si un hombre confía en otro hombre se vio engañado y se mostró ignorante”.[27]
Se ha narrado que Ismael hijo del sexto Imam (a.s.) quería entregar una cantidad de dinero a un hombre (bebedor) para que comerciara por él. Consultó con su padre a este respecto. El Imam (a.s.) dijo: “¡Hijo mío! ¿Acaso no has escuchado que ese hombre es un tomador?” Respondió: “La gente así dice”. El Imam (a.s.) dijo: “No lo hagas (no le des tu dinero)”. Ismael pasando por alto el consejo de su padre entregó la cantidad de dinero al hombre. El hombre se dirigió a Yemen para comerciar. Cuando regresó no sólo no le dio ganancia alguna a Ismael sino que tampoco le regreso su capital invertido”.[28]
Debemos recordar que en ambientes así la persona no debe poner atención en su desconfianza a menos que en aquello que tiene aspectos de precaución. Es decir, además de respetar las precauciones necesarias, deberá evitar realizar actos que de estos se deduzcan sospechas y falta de confianza respecto a la gente. En otras palabras, en lugares así deberá estar consciente y poner atención en las precauciones necesarias para no ser engañado.
B) Después de hacer la paz con el enemigo: Confiar en el enemigo después de hacer las paces y de reconciliarse es muestra de inexperiencia y visión optimista. Los musulmanes deben estar siempre alertas para no ser engañados por el enemigo, puesto que es posible que su reconciliación sea una nueva treta para sorprenderlos y querer dominarlos.
El Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “Aléjate fuertemente de tu enemigo después de la reconciliación, ya que el enemigo muchas veces se acerca a ti para sorprenderte. Entonces ten cuidado y toma medidas preventivas y en estos casos desconfía”.[29]
Consideramos necesario recordar que según la regla, la confianza respecto al corrupto tampoco es correcta. Claro está el corrupto que corrompe en forma evidente. Puesto que confiar en alguien que se opone a Dios con arrojo y osadía es muestra de inexperiencia.[30]
Para más información recurrir a los Índices:
“El ser humano y el pesimismo”, preg.no.5311 (pág.web 5484).
[1]– Payandeh Abu Al-Qâsim, Nahÿul Fisâhah, p.236.
[2]– Sadûq Muhammad Ibn ‘Alî, ‘Uîûn Ajbâr Al-Rida (a.s.), t.2, p.20.
[3]– Âmadî ‘Abd Al-Wâhid, Gurar Al-Hikam wa Durar Al-Kalâm, p.263.
[4]– Ídem, p.90.
[5]– Al-Ĥuŷurāt [49:12].
[6]– Al-Isrā’ [17:36].
[7]– Maÿlisî Muhammad Bâqir, Bihâr Al-Anwâr, t.72, p.201.
[8]– Ídem, p.174, h.4.
[9]– Gurar Al-Hikam wa Durar Al-Kalâm, p.263.
[10]– Ídem, p.105.
[11]– Ídem, p.264.
[12]– Ídem.
[13]– Ídem, p.263.
[14]–Bihâr Al-Anwâr, t.75, p.93.
[15]– Narâqî Maulâ Mahdî, Ÿâm’ Al-Sa’âdat, t.1, p.319.
[16]– Bihâr Al-Anwâr, t.71, p.191.
[17]– Gurar Al-Hikam wa Durar Al-Kalâm, p.254.
[18]– Ídem, 263.
[19]– Ídem.
[20]– Ídem.
[21]– Ídem.
[22]– Ídem, 264.
[23]– Nahÿul Balâgah, p.256.
[24]– Bihâr Al-Anwâr, t.72, p.196.
[25]– Ídem, t.74, p.155.
[26]– idem, t.72, p.197.
[27]– Ídem.
[28]– Kulaînî, Kâfî, t.5, p.299.
[29]– Bihâr Al-Anwâr, t.33, p.610.
[30]– Extraído del disco compacto “Zamzam de la moral”, del Centro de Informática de Investigación de Ciencias Islámicas (Nur) (con algunos cambios).