El Corán es el milagro eterno del Profeta del Islam (s.a.w.) y desde esa perspectiva es también extraordinario, sobrenatural, e incomparable con los libros ordinarios. Es decir, aunque el Corán por sí es claro e indicador de los demás asuntos, y en el molde de palabras y frases sencillas, retóricas, rítmicas, cuenta con una elevada elocuencia y expresividad, pero es aclarador de los conocimientos y las verdades que se encuentran más allá del entendimiento normal, sensorial y natural de la humanidad. Y aunque sus vocablos y frases son sencillos y entendibles, y su ritmo atractivo y absorbente, pero la comprensión de la verdad de la esencia de su sabiduría y la deducción de los mandatos jurídicos de éste, es pesado y difícil. Entonces a pesar de ser claro e indicador, conocerlo y relacionarse con él necesita de entendimiento y comprensión.
Lo extrínseco del Corán es entendible para todos, puesto que –para familiarizarse con la cultura y la lengua árabe este asunto es completamente entendible que– no utilizó palabras desconocidas árabes ni frases difíciles y confusas, hallándose lejos de los dialectos y de sus conflictos, sino que puede entenderse y tiene significado en cualquier dialecto.
Además está lejos de las terminologías y ambigüedades de la ciencia, entonces recurrir a éste no necesita de especialidad en la ciencia ni tampoco de una técnica especial.
Por ello alguien que busca el entendimiento aparente del Corán, deberá conocer las aleyas absolutas y condicionadas, generales y especiales, abrogadoras y abrogadas, explícitas y ambiguas, extrínsecas e intrínsecas…, y deberá colocar estas aleyas unas junto a las otras para evidenciar el asunto por completo, sin que quede duda alguna en el significado de éstas.
Es por ello que el Corán necesita de un interpretador e indicador tal y como el Mensajero de Dios (s.a.w.) y los Inmaculados Imames (a.s.). Este mismo asunto provocó que, como consecuencia de la distancia en términos de tiempo de un Inmaculado (a.s.), los sabios expertos se esforzasen en la recopilación de narraciones interpretativas y explicaciones detalladas así como en su compendio junto a las aleyas del Corán, para que todo pueda ser practicable y todos puedan beneficiarse en este banquete Divino.
El Corán además del significado extrínseco, tiene también diversos significados intrínsecos. Pero debemos considerar también este punto que entender todo lo interno de las aleyas no es posible más que para el Profeta (s.a.w.) y los Inmaculados Imames (a.s.).
En base a esto puede decirse que entender el Corán demanda dos tipos de condiciones:
A) Las herramientas extrínsecas: tales como el conocimiento de la lengua árabe, sus delicadezas y significados; así como la historia del Islam, la recopilación de los motivos de su revelación y las narraciones interpretadas; y el reconocimiento de lo general, especial, absoluto y condicional, abrogador y abrogado.
B) Las herramientas espirituales: la puridad del alma y la clarividencia interna que surgen a través de la abstinencia Divina, entonces la carencia de obstáculos de la ignorancia y negligencia por una parte, y la carencia de malicia interna, herrumbre y ennegrecimiento de corazón por otra, así como la eliminación de los factores de éstas, es decir terminar con la arrogancia, la insolencia y el egocentrismo son también condiciones para la realización del entendimiento y comprensión del Corán
Una de las necesidades de la religión del Islam, es que el gran Profeta (s.a.w.) sea el sello de la Profecía y el que su sharia’ o ley religiosa sea universal y eterna. Consecutivamente el Generoso Corán es también el milagro eterno del Mensajero de Dios (s.a.w.) que hasta el día de la Resurrección acompañará a los seres humanos a quienes les anuncia y recomienda a través de su sabiduría y mandatos, y da el ultimátum para todos.[1]
Por ello después de la misión del Mensajero de Dios (s.a.w.) y del descenso del Corán fueron cerrados para todos el camino del pretexto y nadie podrá alegar que no tenía forma de alcanzar a los guías Divinos, entonces nadie podrá presentar excusa alguna por no haber aceptado el Islam.
Este milagro Divino por una parte se presenta como “luz”[2] “claro”[3], “claridad”[4], “prueba” y enfatiza en que es posible y entendible, que aconseja y hace efecto[5],, y por otra parte constantemente invita a sus interlocutores para que reflexionen y mediten en el Corán, y reprocha a quienes no lo hacen.[6] Luego divide a las aleyas coránicas en explícitas (muhkam) y ambiguas (mutishabih). Entonces habrá que ver cómo puede armonizarse entre estos dos grupos de aleyas.
El Generoso Corán es “luz” puesto que descendió de parte de la luz de los Cielos y la Tierra[7], entonces es claro y clarificador fuera de sí mismo; por consiguiente la claridad, es evidente y a la vista de todos; y ser claro, significa claridad y clarificador a todo fuera de sí mismo, exactamente por ello es una prueba, puesto que además de la luminosidad e iluminar, termina con cualquier duda y vacilación, y quita cualquier pretexto y evasiva del buscador de pretextos, puesto que a quienes recurren a él les otorga una ciencia cierta con pruebas definitivas y explicaciones elocuentes y convincentes que coinciden con su esencia.[8]
Comprensión general del Corán
Lo extrínseco del Corán es entendible para todos, puesto que –para familiarizarse con la cultura y la lengua árabe este asunto es completamente entendible que– no utilizó palabras desconocidas árabes ni frases difíciles y confusas, hallándose lejos de los dialectos y de sus conflictos, sino que puede entenderse y tiene significado en cualquier dialecto.
Además está lejos de las terminologías y ambigüedades de la ciencia, entonces recurrir a éste no necesita de especialidad en la ciencia ni tampoco de una técnica especial.
El Corán fue guía del ser humano desde la época de la misión hasta hoy día, y desde hoy día hasta el día de la Resurrección, guía que lo dirige hacia la cumbre de la humanidad y felicidad. Guía hacia los conocimientos de la Verdad y los actos buenos que otorga a su espíritu sublimidad y perfección, saca al ser humano de la bajeza del desprecio del cuerpo y del mundo abyecto para hacerlo llegar a los cielos angelicales. El conocimiento y los actos rectos que se muestran asombrosos y desconocidos para el ser humano sumergido en los deseos e instintos animales, y en la vida limitada del mundo. La ciencia que lo tira hacia una moderación de instintos y deseos, lo invita hacia un ascetismo adecuado con su alma. Asunto que su necesidad es dejar a un lado muchos de los fanatismos ciegos y dejar a un lado las exageraciones en las sensualidades.
Pero este asunto es exactamente ese mismo esfuerzo que tomó el nombre de lucha santa interior (yihâd akbar), y a muchos de los seres humanos los ha llevado a la pérdida en el enfrentamiento de los deseos concupiscentes, provocando el que diesen la espalda a la luz y claridad.
Comprensión especial del Corán:
Aunque el Corán está lejos de términos complejos científicos y teológicos árabes, este mismo asunto lo hizo eterno y comprensible para todos en todas las eras y pueblos. No obstante tiene contenidos más allá de los sentidos y sobrenaturales, y estos contenidos los menciona en forma expandida en todas las aleyas dentro del molde verbal que fueron creados en diversas formas para las realidades sensibles, tales como: alegórico, partes de la historia, diálogo y controversia, discusión libre, o exhortación y consejos, advertencia y buenas nuevas, o prueba y razonamiento científico.
Explicado de otra manera, el Corán fue descendido en lengua árabe en forma completa y perfecta para guiar a los seres humanos. Para alcanzar este propósito no existe otra alternativa más que la comprensión del Corán en cuanto a las aleyas generales y especiales, absolutas y condicionales, abrogadoras y abrogadas, explícitas y ambiguas, y extrínsecas e intrínsecas…; por ejemplo para fortalecer el poder de la fe y recorrer el sendero de la guía y la anunciación, en ocasiones no existe otra alternativa más que programas cortos y temporales que después dan su lugar a programas finales y fijos.
En base a esto, para entender el Corán, además de tener conocimiento de la lengua árabe también es necesario conocer la (palabra, conjugación, sintaxis, significado y expresión, así como las delicadezas y significados de ésta) historia del Islam, recopilación de los motivos de las revelaciones, de las narraciones interpretadas, conocer lo general y especial, absoluto y condicional, abrogador y abrogado, explícito y ambiguo y otros.
Por lo tanto para entender el Corán, deberán conocerse las aleyas absolutas y condicionadas, generales y especiales, abrogadoras y abrogado, explícitas y ambiguas, extrínseco e intrínseco[9]…, y colocar estas aleyas unas junto a las otras para evidenciar el asunto por completo, sin que quede duda alguna en el significado de éstas.
Es por ello que el Corán necesita de un interpretador e indicador tal y como el Mensajero de Dios (s.a.w.) y los Inmaculados Imames (a.s.). Este mismo asunto provocó que, como consecuencia de la distancia en términos de tiempo de un Inmaculado (a.s.), los sabios expertos se esforzasen en la recopilación de narraciones interpretativas y explicaciones detalladas así como en su compendio junto a las aleyas del Corán, para que todo pueda ser practicable y todos puedan beneficiarse en este banquete Divino.
Los interpretadores y clarificadores principales del Corán, son las mismas aleyas de este Libro Sagrado[10] y después –de lo que dicen directamente las aleyas coránicas– el gran Mensajero de Dios (s.a.w.) en seguida los Inmaculados Imâmes (a.s.).
El Imam ‘Ali (a.s.) dijo: “A través del Libro de Dios hablaréis la verdad; escucharéis de él la voz de la razón y la verdad; sus dichos difíciles o dogmáticos se explicarán unos a otros y darán testimonio de su racionalidad y continuidad…”.[11] El método de los Inmaculados Imames (a.s.) también fue así que al colocar a las aleyas unas junto a otras deducían y explicaba un dictamen para sus oyentes.[12]
Por otra parte el Corán dice: “¡Juro por el lugar en el que se encuentran las estrellas! * -Y, en verdad, si supierais, es un juramento grandioso-, que, en verdad, es una noble recitación, * que está en una Escritura escondida. * No la tocarán más que los purificados”.[13]
Entonces aquellos que son puros y dominan por completo la ciencia del Corán no son otros más que los Inmaculados Imames (a.s.).
El Corán presenta al Profeta (s.a.w.) también en otra posición, como clarificador de las aleyas, mientras que a la gente ordenó su obediencia.[14]
Las aleyas explícitas y ambiguas
El Corán dice: “Él es quien hizo descender sobre ti la Escritura [Sagrada] en la que hay versículos Unívocos (explícitos y claros) que son como la Madre de la Escritura [Sagrada] y (explican versículos complejos) otros que son equívocos (ambiguos)”.[15]
Aleyas que por la importancia de su asunto o por otros aspectos al principio parecen ser complejas, estas aleyas son ambigüedades manifiestas para probar a la gente que separan a los sabios verdaderos y a los sediciosos obstinados. Por ello enseguida dice: “Aquellos cuyos corazones están desviados siguen los que son equívocos, buscando crear problemas y pretendiendo interpretar (en forma equívoca según) su simbolismo (para desviar a la gente). Pero su simbolismo sólo lo conoce Dios”.[16]
Después dice: “Los arraigados en el conocimiento (de lo explícito y ambiguo) dicen: «Creemos en Él. Todo procede de nuestro Señor»”.[17] “(En efecto) Pero no reflexionan más que los dotados de intelecto”.[18]
Una explicación a esto es que las aleyas coránicas se dividen en dos grupos, el contenido de parte de ella es tan evidente y claro que no existe ninguna negación ni justificación ni tampoco abuso en ella, y a éste grupo lo llaman “explícitas”, y otro grupo por la importancia de su asunto o para discutir respecto a los mundos que se encuentran fuera de nuestro alcance, tal y como el mundo de lo oculto, el otro mundo y los atributos de Dios, son en tal forma que el significado final, los secretos y el fundamento principal de estos necesita de una inversión especial científica que a estas aleyas llaman “ambiguas”.
Todas las aleyas, tanto las explícitas como las ambiguas son entendibles bajo los rayos de la ciencia y el conocimiento de los que se arraigan firmemente a la ciencia.
Otro punto que existe para mencionar lo ambiguo en el Corán, confirmado por las narraciones de Ahl Bayt (a.s.), es la existencia de este tipo de aleyas en el Corán, que evidencian la intensa necesidad de la gente de líderes Divinos, de Profeta y de sus sucesores, y provoca que ésta recurra a ellos por el dictamen de una necesidad científica, aceptando oficialmente su liderazgo y beneficiándose también de otras ciencias así como de las diversas guías de estos Inmaculados. Esto es exactamente como que en un libro de enseñanza parte de la explicación de los asuntos sea asumido por parte del maestro o profesor para que los alumnos no terminen con la relación entre ellos y su instructor, y a través de esta necesidad obtengan inspiración de sus pensamientos en todos los asuntos. En realidad el Corán es un ejemplo del conocido testamento del Profeta (s.a.w.) que dijo: “Dejo entre vosotros dos cosas pesadas (valiosas) como recuerdo: el Libro de Dios y mi familia, y estas dos nunca se separarán la una de la otra, hasta el día de la Resurrección que me alcancen en la Fuente de Kauzar”.[19]
¿Quiénes son los arraigados firmemente a la ciencia?
En el Generoso Corán en dos casos fue utilizada esta explicación. Una en la aleya 7 de Āle ‘Imrān [3] y otra en la aleya 162 de la Sura An-Nisā’ [4], ahí donde dice:
“Pero, a quienes de ellos estén firmemente arraigados en el conocimiento, a los que eran creyentes, a los que crean en lo que fue hecho descender a ti y en lo que fue hecho descender antes de ti…”.[20]
Según lo que se deduce del significado lingüístico de este término el propósito de éste son aquellos que en la ciencia y el conocimiento son consistentes y perspicaces.
Claro está el sentido de esta palabra tiene un significado amplio que incluye a todos los sabios e intelectuales, pero entre ellos hay personas sobresalientes que tienen un brillo especial, y naturalmente se encuentran entre los ejemplos de primer grado de este vocablo, y cuando esta explicación se menciona, las vistas se centran en ellos antes que en otros.
Si observamos que en innumerables narraciones los “firmemente arraigados” han sido interpretados como el gran Profeta del Islam (s.a.w.) y a los Inmaculados Imames (a.s.), es por esta misma opinión que decimos que las aleyas y palabras del Corán tienen significados amplios que entre los ejemplos de estos se ven personas virtuosos y extraordinarias que en ocasiones en la interpretación de estas aleyas mencionan sólo el nombre de estos Infalibles.
En la obra Usûl Kâfî, se transmite una narración del Imam Bâqir (a.s.) o del Imâm As-Sâdiq (a.s.) que dijo: “El Profeta de Dios fue el más firmemente arraigado a la ciencia y sabía todo aquello que Dios hizo descender para él en forma profunda. En la forma paulatina de la revelación del Corán, Dios no reveló nada a él que antes no le hubiese enseñado su explicación e interpretación, y el Profeta y sus sucesores sabían todo esto”.[21]
Existen otras numerosas narraciones en la obra de Usûl Kâfî y demás obras de hadîz a este respecto, que los escritores de la obra de exegesis “Nûr Al-Zagalain” y la obra de exegesis “Burhân” lo recopilaron a continuación de esta aleya. Tal y como fue indicado la interpretación de los “firmemente arraigados” al Profeta (s.a.w.) y los Inmaculados Imâmes (a.s.) no se contradice con la amplitud del significado de esta descripción, por ello se relata que Ibn ‘Abbâs decía: “Yo pertenezco también a los firmemente arraigados a la ciencia”.
Cada quien según la amplitud de su conocimiento se vuelve conocedor de los secretos y de la explicación e interpretación de las aleyas coránicas, y aquellos que su conocimiento emana del conocimiento sin fin de Dios, son naturalmente conocedores de todos los secretos, explicaciones e interpretaciones del Corán. Mientras que los demás sólo están enterados de parte de estos secretos. Es por ello que el mismo Profeta (s.a.w.) colocó también hasta el día de la Resurrección a “su familia” y al “Corán” similares uno al otro que ninguno se separará del otro, y aferrarse a uno de ellos no nos hace autosuficientes para desprendernos del otro.[22] Entonces además de recurrir y entender el Corán, necesitamos recurrir y entender la tradición.
Por ello habrá que ver cuáles son los accesorios y utensilios necesarios para ello y, al contrario, cuáles son los obstáculos en este sendero. En base a lo dicho en resumen puede decirse que recurrir al Corán y a las narraciones necesita de dos tipos de herramientas y provisiones:
A) Puridad del alma y purificación intrínseca, así como tener una alma buscadora y demandante de la verdad, para que con una purificación relativa pueda llegar a los puros y tocarlos; ya que sólo los humildes son los que aceptan y tienen fe a través de las aleyas coránicas.[23]
Ante esto deberá dejarse a un lado el espíritu arrogante y agresivo, así como el orgullo, el egocentrismo y los fanatismos ciegos, y arrodillarse humildemente y con temor ante el Origen de la Revelación y su interpretador auténtico. Puesto que la agresión y arrogancia tal y como ocultan al ser humano de Dios[24] hacen morir al alma[25], obstaculizan también el entendimiento del Corán y quitan la clarividencia.[26]
B) Las herramientas aparentes para recurrir al Corán y para entenderlo:
1) Tener conocimiento de la lengua árabe y leerlo correctamente, así como estar familiarizado con la traducción de palabras simples y compuestas por medio del estudio de las letras árabe (conjugación, sintaxis, significado, expresión, retórica y lingüística).
2) Conocimiento de la historia del Islam, motivos de las revelaciones, así también conocimiento con las ciencias coránicas tales como las aleyas generales y especiales, absolutas y condicionadas, abrogadoras y abrogadas, y de las aleyas maki y madani (reveladas en la Meka y en Medina respectivamente) y otras.
3) Refugiarse en Dios de las maldades del Demonio y de sus tentaciones, y así también de las intrigas del alma concupiscente.[27]
4) Iniciar con el nombre Dios y tomar ayuda de su inmensa misericordia y de la clemencia especial de esa Esencia Sagrada.
5) Unir las aleyas correspondientes a un tema y recurrir también a las narraciones interpretativas correspondientes a esas aleyas, ya que el Corán tiene interpretaciones, explicaciones e intrínseco que fuera de los Inmaculados Imames (a.s.) nadie está enterado de ellos, y algunas de las aleyas explican a otras aleyas.[28]
6) Dejar a un lado las creencias personales y las opiniones anteriores para obtener el propósito del mismo Corán bajo los rayos del Corán y de la tradición definitiva, y no llegar a la imposición sobre el Corán ni a la interpretación del Corán de acuerdo a una opinión subjetiva. Entonces si la opinión del Corán la encontró opuesta a su creencia y opuesta a los sucesos anteriores, aceptó al Corán y deja a un lado su opinión, pero si justifica a las aleyas según su propia opinión y según su doctrina de pensamiento, en este caso sigue sus deseos y no al Corán!
7) Observar al Corán más allá de los sentidos y de la naturaleza, para que no se vea afectado por una personificación y similitud; entonces deberán interpretarse y explicarse las aleyas ambiguas del Corán bajo los rayos de sus explicitudes y de las narraciones definitivas, y evitarse las opiniones falsas.
8) Tener información de las dudas y necesidades del tiempo y lugar por una parte, y de los avances de la ciencia y poner atención en la realización de algunas promesas del Corán por otra parte, para que pueda responder a las necesidades de la nueva generación según el propio Generoso Corán, sin imponer ninguna opinión al Corán. Puesto que según lo dicho por el Imam As-Sâdiq (a.s.): “Dios Sublime no lo colocó (al Corán) para una época determinada ni para otra época, ni para un grupo determinado no para otros, sino que este Corán en cualquier época es fresco, y tiene novedades y atracciones para cada grupo”.[29]
Pero hay que tener cuidado de que una opinión no sea impuesta al Corán, puesto que el Profeta (s.a.w.) dijo: “Aprended el Corán y recitadlo, sabed que el Corán los elevará y hará famosos, y es un medio para recordar a Dios. El Corán para vosotros es tanto una reserva como una carga valiosa. Entonces seguid al Corán y no hagan que él dependa de ustedes, puesto que si alguien sigue al Corán, el Corán lo enviará al Paraíso, pero si alguien hace que el Corán dependa de él, el Corán le da la espalda hasta que lo manda al Infierno!”.[30]
9. El propósito de leer y adquirir los conocimientos y los mandatos del Corán, no sean sólo para beneficiarse de la recompensa de su lectura o la utilización de su contenido en los discursos, artículos, concursos y otros, ni para obtener dinero, fama y puesto; sino que en lugar de que invierta al Corán en el mundo, lo invierta para su otra Vida. Es decir recurrir al Corán con el propósito de adquirir instrucción y conocimiento de sus conocimientos, con el propósito de cumplir con sus mandatos; y se sienta obligado hacia los conocimientos de éste y cumpla con los mandatos, no sea que al recurrir le sea dado un ultimátum y se vea atrapado por el castigo de los sabios que no cumplen, si bien, sin recurrir al Corán, se ve atrapado en el castigo de los ignorantes culpables y negligentes.
10. Al llegar a las aleyas de la misericordia, la promesa del Paraíso y la ayuda de Dios, tenga esperanzas y se estimule para obedecer y dejar de pecar; y al llegar a las aleyas de la ira y la promesa del Fuego y las descripciones de las aberturas más profundas del Infierno tema, deje de desobedecer y deje de pecar, para quitar la impureza de su alma y hacerla pura, favorecerse más que antes de las luces sagradas del Corán y aproximarse a su felicidad.
11. Al llegar a las aleyas descriptivas de los creyentes, piadosos, rectos y otros, así como a las aleyas descriptivas de los incrédulos, politeístas, enemigos, hipócritas y otros, se evalúe y calcule a sí mismo a través del Corán, antes de llegar el día de la Resurrección y el día de los cálculos de la persona. Entonces se purifica a sí mismo de las maldades, incredulidades, politeísmo, discordias y obstinaciones, y se embellece con los atributos de los creyentes, piadosos y rectos para que sea como Dios y digno de ser llamado “califa de Dios” a través del sendero de la servitud; puesto que: “No he creado a los genios y a los hombres sino para que Me sirvan”.[31] Con la esperanza de que nos volvamos humanos bajo la sombra de los favores misericordiosos de Dios, de las generosidades benevolentes del Corán y de la beneficencia emanante de los Inmaculados, en especial del gran Profeta del Islam (s.a.w.) por medio del conocimiento y de la práctica del Corán y de la familia del Profeta (s.a.w.).
Extraído de las siguientes fuentes:
1. Yawâdî ‘Âmulî ‘Abdul.lah, Interpretación de Tasnîm, t.1, pp.15-254.
2. Yawâdî ‘Âmulî ‘Abdul.lah, El Sagrado Corán en el Corán, t.1, pp.353-458.
3. Mutaharî Prof. Mártir Murtidâ, El Sello de la Profecía, pp.147-186.
4. Makârim Shirâzî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.2, a continuación de la aleya 7 de la sura Āle ‘Imrān [3], y de la aleya 162 de la sura An-Nisā’ [4].
[1]– Al-Muddazzir 74:31-36; Al-Qalam 68:52; Sabā’ 34:28; Al-Furqān 25:1.
[2]– Al-Mā’ida 5:15; An-Nisā’ 4:174; At-Tagābun 64:8; Ya Sin 36:69.
[3]– Ídem.
[4]– Ídem.
[5]– Al-Qamar 54:17, 22, 32, 40; Maryam 19:97; Ad-Dujān 44:58.
[6]– Muĥammad 47:24; Şad 38:29; Al-Mu’minūn 23:68.
[7]– An-Nūr 24:35.
[8]– Ar-Rūm 30:30.
[9]– Hay que tomar también en cuenta este punto que entender lo intrínseco de las aleyas no es posible más que para el Profeta (s.a.w.) y para los Inmaculados Imames (a.s.) y nadie tiene derecho a deducir lo que se concibe del intrínseco de éstas. Lo que nosotros entendemos corresponde a lo extrínseco de las aleyas mientras que lo que corresponde al intrínseco debemos escucharlo sólo de los Inmaculados (P):
[10]– Āle ‘Imrān 3:7.
[11]– Nahÿul Balâgah, sermón 133.
[12]– Recurrir a: Tafsîr Tasnîm, t.1, pp.69-73.
[13]– Al-Wāqi‘a 56:75-79.
[14]– Al-Ĥašr 59:7; An-Nisā’ 4:59.
[15]– Āle ‘Imrān 3:7 – هُوَ الَّذِی أَنْزَلَ عَلَیْکَ الْکِتابَ مِنْهُ آیاتٌ مُحْکَماتٌ هُنَّ أُمُّ الْکِتابِ وَ أُخَرُ مُتَشابِهاتٌ
[16]– Ídem
فَأَمَّا الَّذِینَ فِی قُلُوبِهِمْ زَیْغٌ فَیَتَّبِعُونَ ما تَشابَهَ مِنْهُ ابْتِغاءَ الْفِتْنَةِ وَ ابْتِغاءَ تَأْوِیلِهِ وَ ما یَعْلَمُ تَأْوِیلَهُ إِلَّا اللَّهُ وَ الرَّاسِخُونَ فِی الْعِلْمِ
[17]– Ídem – یَقُولُونَ آمَنَّا بِهِ کُلٌّ مِنْ عِنْدِ رَبِّنا
[18]– Ídem – وَ ما یَذَّکَّرُ إِلَّا أُولُوا الْأَلْبابِ
[19]– Bihâr Al Anwâr Al-Ÿâmi’ati ldarr Ajbâr Al-A’imati al-Athâr, t.2, p.100.
انى تارک فیکم الثقلین کتاب اللَّه و اهل بیتى و انهما لن یفترقا حتى یردا على الحوض
[20]– لکِنِ الرَّاسِخُونَ فِی الْعِلْمِ مِنْهُمْ وَ الْمُؤْمِنُونَ یُؤْمِنُونَ بِما أُنْزِلَ إِلَیْکَ وَ ما أُنْزِلَ مِنْ قَبْلِکَ
[21]– Kulaînî, Usûl Kafî, t.1, p.213.
[22]– Conocido Hadiz Al-Zagalain, Bihâr Al Anwâr, t. 33, p.108; recurrir a: Makârim Shîrâzî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.2, a continuación de la aleya 7 de la sura Āle ‘Imrān [3], y la aleya 162 de la sura An-Nisā’ [4].
[23]– Al-Baqara 2:282; Al-Anfāl 8:29.
[24]– Al-Muťaffifīn 83:15.
[25]– Ar-Rūm 30:52-53; An-Naml 27:80-81.
[26]– Fuşşilat 41:5; Al-Isrā’ 17:45.
[27]– An-Naĥl 16:98.
[28]– Bihâr Al Anwâr, t. 89, pp.84 y 91.
[29]– Ídem, t.89, p.15; Exegesis Tasnîm, t.1, p.234.
[30]– Ÿâma’ Ahâdiz Al-Shi’ah, t.15, p.9, según lo registrado en Tasnîm, t.1, p.243.
[31]– Ad-Dāriyāt 51:56.