Puesto que la religión del Islam es una religión perfecta, completa y la última de las religiones Divinas, cuenta con programas para todos los diversos niveles de la vida humana tanto para la privada, como para la social u otras. Uno de estos es el asunto de los derechos humanos y las dificultades de éste en la sociedad actual. Este asunto se muestra al reconocer oficialmente el derecho del hombre y su generosidad. A continuación mencionando algunos de los derechos de la gente bajo el título de “derechos del ciudadano desde el punto de vista del Islam” se explicará la pregunta mencionada.
El derecho de vida, libertad de creencia, libertad de expresión, derechos de los ciudadanos no-musulmanes, eliminación del racismo, libertad de opinión y pensamiento, aceptación del derecho de las minorías, participación de la gente en la legislación, supervisión de los ciudadanos sobre los gobernadores y otros, son de los más importantes debates de los derechos humanos en el mundo actual, que la escuela vital del Islam tiene opiniones evidentes respecto a estos.
Puesto que la religión del Islam es una religión perfecta, completa y la última de las religiones Divinas, tiene programas para todos los diversos niveles de la vida humana tanto para la privada, como para la social y otras. Uno de estos es el asunto del derecho del hombre y las dificultades de éste en la sociedad actual. Este asunto se muestra al reconocer oficialmente el derecho del hombre y su generosidad. A continuación mencionando algunos de los derechos de la gente bajo el título de “derechos del ciudadano desde el punto de vista del Islam” se explicará la pregunta mencionada.
1. El derecho de vivir:
El primer derecho del ciudadano, que el Islam considera y tiene importancia, es el derecho de vivir, puesto que todos los derechos pertenecen al ser humano; es decir la vida del ser humano es respetable y nadie tiene derecho a ofenderla ni transgredirla. En la creencia islámica, el humano es respetado y meritorio al grado que la filosofía de existir la existencia fue por el ser humano.
«Él (Dios) es quien creó para vosotros todo lo que hay en la Tierra».[1]
El derecho de la vida de esta creación con generosidad es uno de los derechos más seguros de él, y no es permitido privarlo de la vida, a excepción de en los casos determinados por la ley islámica, y esto en los tribunales que dictaminaron en base a la justicia. La privación del derecho de la vida de una persona sin haber cometido un delito, es como si hubiese asesinado a toda la humanidad; es decir la muerte de alguien en la sociedad humana, es la muerte de todos, y la vida de un individuo es similar a revivir y otorgar vida a la sociedad.
«…quien matara a un ser humano sin que este hubiera cometido un crimen o hubiera corrompido en la Tierra, fuese considerado como quien mata a toda la humanidad y quien le salvase, como quien salva a toda la humanidad».[2]
Observando los propósitos de las leyes de la religión, entendemos en una mejor y más profunda forma la filosofía de los derechos del ciudadano y de la humanidad, que ¿qué propósito persigue el Legislador Sagrado? De las palabras de los sabios islámicos se deduce que los propósitos de las leyes religiosas se basan en cinco fundamentos básicos que todos los derechos del ciudadano y los derechos humanos derivados de la Declaración de los Derechos Humanos se encuentran en dirección de la protección de estos cinco asuntos fundamentales. Pasar por alto los derechos humanos y violar los derechos, es transgredir uno estos derechos. Estos derechos corresponden a:
(1) la protección de la religión; (2) la protección de la vida; (3) la protección del intelecto; (4) la protección de la descendencia; (5) la protección de los bienes. Podemos observar que después de la protección de la religión, como decreto de la existencia de la vida del mundo humano, menciona la protección de la vida, y el propósito del Legislador Sagrado, es la protección de la vida de los seres humanos. Así, todos los derechos, las leyes y reglas religiosas, y no-religiosas son para proteger los casos mencionados.
En el sistema islámico, el individuo (ciudadano) es un ser que posee derechos y obligaciones. Explicado de otra manera, dos elementos componentes de la personalidad del ser humano son “el derecho y la obligación”. Es decir el sistema islámico en esa misma medida desde la perspectiva religiosa, política y social dio al ser humano tareas por asumir, ante estas debe asumir una serie de obligaciones llamadas “derechos”, que la primera de éstas es el derecho de la “vida”.
El derecho de la vida del embrión:
En el sistema islámico, además de ser respetable el derecho de la vida, también es respetable el derecho antes de la vida en este mundo, es decir durante el período de embrión. Y el derecho islámico tiene la obligación de protegerlo. Por ello el aborto es considerado un crimen e inclusive los bienes y las riquezas del embrión también son protegidos por el derecho islámico. Para que durante el período de embrión y de la infancia, no sean dañados sus posesiones, capitales, bienes inmuebles y riquezas, que son los mismos fundamentos cuádruples de los objetivos de la ley religiosa. Por ello es que la herencia, del testamento, le corresponden al embrión, siendo esto muestra de respeto de su derecho pecuniario antes del nacimiento.
2. Los derechos económicos del ciudadano en el Islam:
El Dr. ‘Abdul Karîm Zaîdân, jurisconsulto y agente, divide en dos los derechos de los individuos en el gobierno islámico:
A) Los derechos políticos:
Los derechos políticos desde el punto de vista de los juristas corresponden a: el derecho que el individuo obtiene en base a la autoridad que tiene por ser parte de una asamblea política. Tal y como: el derecho de elegir, de ser candidato, y de hacerse cargo de las obligaciones comunes y de las responsabilidades sociales. El derecho de supervisar: el derecho de la supervisión son los derechos del nominador sobre el agente. El derecho de la consultación: en realidad es la continuación del derecho de la comunidad en la elección del jefe del gobierno. El derecho de quitar al jefe del gobierno: la relación entre ellos es la gente como denominador y el jefe del gobierno como agente.
B) Los derechos comunes:
Derechos comunes se les llama a los derechos que corresponden al ser humano en base al crédito de ser un individuo de la sociedad y no puede ser auto-suficiente de estos. Estos derechos fueron establecidos para proteger la vida, los bienes y la liberad del ser humano.
3. La libertad de creencia:
En algunas de las aleyas coránicas se ha enfatizado en el fundamento de “la libertad de las creencias”. Es decir básicamente la naturaleza de las creencias espirituales y de los asuntos de la consciencia es en tal forma que en ellos no existe lugar para la renuencia ni la oposición.
«No se puede forzar a nadie a aceptar la religión. El buen camino ha quedado claramente diferenciado del extravío».[3]
«Y si tu Señor hubiera querido, todos los que habitan la Tierra –sin tener voluntad– habrían tenido fe. ¿Acaso quisieras obligar a las personas a que fueran creyentes?»[4]
El Profeta (a.s.) está comisionado a comunicar las órdenes Divinas, ya sea que los oponentes conviertan su fe a la de él o no:
«Y di: La Verdad procede de vuestro Señor, por tanto, quien quiera que crea y quien quiera que no crea».[5]
«Si Dios quisiera no adorarían a otros dioses, pero no te pusimos como responsable de sus actos, ni eres su abogado defensor».[6]
La creencia en Dios y los fundamentos del Islam nunca pueden ser impuestas, sino que el único sendero de influencia en el pensamiento y el alma, es la lógica y el razonamiento. Lo importante es que se mencionen las verdades y las órdenes Divinas para que la gente lo entienda y lo acepte con decisión y voluntad propia.
Otra perspectiva de la libertad, es la “libertad de pensamiento y reflexión”. El Generoso Corán en numerosas aleyas invita a los seres humanos a pensar y reflexionar en el mundo de la existencia, y les pide que con la fuerza del intelecto, conozcan sus beneficios y aquello que los daña, y en el sendero para llegar a la perfección y la libertad salgan de cualquier cautiverio, maldad o perdición.
«Pronto les mostraremos Nuestras señales en el horizonte y en ellos mismos, hasta que sea evidente para ellos que Él es la Verdad. ¿No es suficiente que tu Señor sea testificable en todas las cosas?».[7]
«Y en la Tierra hay señales para quienes tienen certeza, * y en vosotros mismos. ¿Cómo es que no las veis?».[8]
4. La libertad de expresión:
Respecto a la libertad de expresión, el sistema islámico considera un derecho especial para manifestar reflexión y expresión. El Hacedor del ser humano conjunto con la creación de éste menciona uno de los favores a considerar después de la creación del ser humano, y éste es la expresión “baîân”. «El Clementísimo * ha enseñado el Corán, * ha creado al ser humano, * le ha enseñado a hablar».[9]
“Baîân” (traducido aquí como hablar) significa hablar para manifestar y demostrar lo interno. El asunto de la expresión no es un asunto figurativo ni demostrativo, sino que Dios Altísimo otorgó al ser humano todos los favores existenciales, para que se beneficie de estos a su favor y a favor de la sociedad en el grado más elevado y en el camino correcto. Y la causa de haber colocado primero la enseñanza del Corán, es porque el Corán es el favor principal, y el ser humano bajo su sombra se beneficia en forma correcta de los favores Divinos. Y si bajo la sombra del Corán se encuentran “el hablar” y “el reflexionar” es porque son beneficiosos para el ser humano. Así también puso en libertad la expresión del pensamiento y también puso en libertad escuchar la reflexión de otros y elegir correctamente, e hizo libre al ser humano, puesto que en el sistema islámico el ambiente del debate es libre, pero con la condición de que se realice en base a “la filosofía y la buena exhortación”, y la reflexión y creencia de otros no sea transgredida ni se exceda. Los textos directos del Corán determinaron y clarificaron la libertad de expresión «Da, pues, la buena noticia a Mis siervos aquellos que escuchan la Palabra y siguen la excelencia que en ella hay. Esos son a quienes Dios guía y ellos son los dotados de entendimiento».[10]
En esta aleya existen algunos puntos fundamentales:
1. Libertad de expresión para todos los siervos de Dios, puesto que en la aleya el propósito del vocablo “palabra” es cualquier tipo de palabra y alocución.
2. El hablar, la libertad de expresión y la reflexión no es sólo unilateral. El musulmán tanto da su opinión como también escucha las opiniones de otros; y lee los libros de otros, para luego elige la mejor palabra.
3. Los siervos guiados y sabios, son aquellos que escuchan las opiniones y reflexiones de otros, y en caso de haber de ellas una palabra y opinión superior a la suya, la aceptan. Este es el grado más elevado de libertad de expresión y reflexión en el Islam, y concierne a todos los seres humanos bajo la condición de que sean respetados los derechos y límites de los demás.
5. Diálogo pacífico:
El Generoso Corán ordena estrictamente a los musulmanes que a través de un “buen debate” y “diálogo pacífico” hablen con la gente de la Escritura, y su relación la coloquen sobre las bases de los “fundamentos comunes”.
«Y no discutáis con la gente de la Escritura sino de la mejor manera -excepto con aquellos que son opresores- y dicen: «Creemos en lo que fue hecho descender a nosotros y en lo que fue hecho descender a vosotros y nuestro dios y el vuestro es uno y nosotros estamos sometidos a Él».[11]
En las aleyas anteriores habla de la forma de enfrentar a los “idólatras” porfiados e ignorantes y habla con ellos en la forma apropiada, pero en esta aleya habla de debatir y dialogar en una forma más suave con la “gente de la Escritura”, puesto que ellos por lo menos escucharon parte de los mandates de los Profetas (a.s.) y de los Libros Celestiales y se encontraban más preparados para escuchar las aleyas Divinas.
El Generoso Corán ordena a los musulmanes que eviten insultar a los incrédulos e idólatras, puesto que ellos también utilizarán ese mismo medio para enfrentarlos:
«Y (vosotros creyentes) no insultes a quienes ellos invocan en lugar de Dios, para que ellos no insulten a Dios, reaccionando con hostilidad y sin conocimiento. De esta misma manera hemos embellecido a cada comunidad su proceder. Luego regresarán hacia su Señor y Él les informará de lo que en realidad hacían [y da la recompense y el castigo]».[12]
Y puesto que los mandatos del Islam van acompañados de lógica, razonamiento y métodos pacíficos, a algunos de los creyentes que por un gran disgusto respecto al “asunto de la idolatría” insultaban a los ídolos de los idólatras, recomienda enérgicamente que dejen de insultar. El Islam considera necesario el respeto de los fundamentos de la cortesía, puridad y gentileza en el hablar, inclusive ante la persona más supersticiosa y la peor escuela, puesto que cada grupo y nación tiene obsesión respecto a sus creencias y actos. Los comportamientos insolentes y rudos provocan una mayor rudeza en sus creencias.[13]
6. Los derechos de los ciudadanos no-musulmanes:
Según los textos claros del Corán, no existe dureza ni imposición en la aceptación de la religión. Esto muestra la libertad en la aceptación de las creencias y de los pensamientos. Y con este mismo propósito según la aleya 20 de la Sura Al-Ĥadīd [57], la equidad social, al igual que los demás ciudadanos musulmanes, incluye también al estado de los ciudadanos no-musulmanes, sin ningún racismo. El Corán dio la orden tocante a la justicia hacia ellos en forma especial así como respetar la justicia y equidad respecto a ellos: «Dios no os prohíbe que tratéis con amabilidad y equidad a quienes no combaten vuestra fe ni os han expulsado de vuestros hogares. En verdad, Dios ama a quienes son equitativos».[14]
Todos los esfuerzos de la aceptación de la privación y limitación que se encuentran ante los pies del hombre creyente y musulmán, son para atraer la satisfacción de Dios y la amistad Divina. En la aleya Dios indica la estima que siente por los equitativos. ¿Quiénes son los equitativos? Son aquellos que hacen el bien, se comportan con justicia y equidad con los no-musulmanes.
Acerca de la gente de la escritura Dios ordena al Mensajero del Islam (s.a.w.) que, en caso de arbitrar, respete el derecho y la equidad, y dictamine con justicia entre ellos: «Si vienen a ti [y piden que arbitrajes entre ellos], juzga su asunto o déjales que se arreglen entre ellos [y no intervengas en su arbitraje y no temas que], si te inhibes, no podrán perjudicarte en absoluto, pero si juzgas, júzgales con equidad. Ciertamente, Dios ama a quienes son equitativos».[15]
El honorable Profeta (s.a.w.) en defensa de los derechos de los ciudadanos y para proveer la seguridad de un dhimmî[16], considera como enemigo a quienes los molesten. Y esto es el último gado de compadecer y defender los derechos de los ciudadanos no musulmanes: “Aquel que moleste a un individuo dhammî” yo seré su enemigo, y de quien yo sea su enemigo el Día de la Resurrección seré también su enemigo”.[17]
Para la libertad de un individuo no-musulmán, los juristas islámicos mencionaron una regla que protege el derecho de las dos partes. Los ciudadanos mutuamente, y el gobierno islámico respecto a ellos, y las relaciones sociales básicamente se encuentran firmes y protegidas sobre las bases del respeto de los derechos mutuos.
“Aquello que es para nosotros, es también para ellos y, para ellos es aquello que es también para nosotros”.[18]
7. La justicia garantiza el derecho social en el Islam:
El eje de la invitación Celestial, así como la cadena de invitación de los Profetas (a.s.) es sobre las bases de la justicia para la sociedad humana. En la invitación de los Profetas (a.s.) podemos ver algunos puntos en común que después de invitar hacia Dios Único y alejarse de la rebeldía en el campo de las creencias, le sigue justicia social en el campo social. La justicia en base a la descripción de esa justicia, es la justica de la cual todos los individuos de la sociedad se benefician: «Ciertamente, enviamos a Nuestros Mensajeros con las pruebas claras (entre la gente) e hicimos descender con ellos la Escritura (Celestial y legislativa) y la Balanza (conocer el derecho y la justicia) para que los humanos establezcan la justicia (entre ellos)».[19]
Para el beneficio de todos los seres humanos y respeto de los derechos del ciudadano la honorable aleya directamente indica el vocablo nâs (humanos), y la justicia es un derecho que va al principio de la invitación de todos los Profetas (a.s.). La creación de justicia para la humanidad sin tomar en cuenta el color, la raza, al pobre, al rico, al creyente y no-creyente…, y todos los derechos del ciudadano se realizan bajo la sombra de la justicia, porque ésta es un fundamento que regulariza todos los asuntos y las corrientes que dominan sobre el sistema de la vida del ser humano. Según lo dicho por el Dr. Muhammad ‘Amârah: “La cultura islámica de los derechos humanos en un pasado lejano fue conocida y realizada no sólo como el derecho humano sino como las obligaciones Divinas, las tareas y los deberes legales del hombre. En tal forma que para el ser humano (musulmán) no es digno pasarlos por alto o exagerar en ellos. Sino que proteger la vida, el intelecto, la religión, el honor, los bienes, el país, la ciencia, la justicia, la equidad, la libertad y la participación de los seres humanos en los asuntos generales a través del sendero de la consultación y de recomendar lo bueno y prohibir lo malo, no sólo son derechos humanos como para que cuando quiera los realice y cuando no, no lo haga. Tampoco tiene el dictamen de una notificación ni de una declaración, sino que todas éstas son consideradas parte de las obligaciones Divinas, tareas legales y necesidades obligatorias, y aquellos que asumen la responsabilidad de su realización serán reprendidos y castigados en caso de violarlas y mostrarse negligentes”.
8. La consideración de los fundamentos en común:
El Islam es una religión que desde su surgimiento presentó a través de lemas coexistentes pacíficos su invitación a la gente del mundo. Esta religión dirigiéndose a la “gente de la Escritura” dice lo siguiente:
«Di: «¡Oh gente de la Escritura [Sagrada]! Venid a una palabra igual para vosotros y nosotros: Que no adoraremos más que a Dios y que no asociaremos nada a Él y que no nos tomaremos unos a otros como señores junto a Dios». Y si dan la espalda, decidles entonces: «Sed testigos de que nosotros somos musulmanes».[20]
Esta es una de las aleyas importantes que invita a la gente de la Escritura hacia la unión. El razonamiento de esta honorable aleya tiene diferencia con el razonamiento en las aleyas anteriores. Las aleyas anteriores a ésta, en forma directa invitan hacia el Islam, pero en esta aleya se consideran los puntos comunes entre el “Islam” y “la gente de la Escritura”.
El Corán enseña a los musulmanes que si algunos se negaron a cooperar en todos sus propósitos sagrados, no los abandonen e insistan por lo menos en aquellos propósitos que tienen en común con ustedes, atraigan su cooperación y colóquenlos como base del avance de sus propósitos sagrados.[21]
9. La negación del racismo:
El Generoso Corán condena cualquier pensamiento racista y a todos los seres humanos los considera hijos de un mismo padre y madre, e inevitablemente carecen de superioridad de raza, de tribu y de religión.
«¡Oh, gentes! En verdad, os hemos creado de un macho y una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus para que os conozcáis. En verdad, el más noble de vosotros ante Dios es quien posee mayor temor de Dios. En verdad, Dios todo lo conoce, está bien informado».[22]
Uno de los fundamentos importantes de la coexistencia pacífica son la igualdad y equidad entre los seres humanos, puesto que el racismo por sí es la superioridad y la humillación de las otras naciones y religiones, que han provocado numerosas dificultades para la sociedad humana. La I y II Guerra Mundial son ejemplos evidentes de estas dificultades.
La diferencia en el color, raza, nacionalidad no es causa de virtud de alguien sobre otro. Desde la perspectiva del Corán, la diferencia de lenguas y colores son de los signos Divinos y medio para que las personas se reconozcan unas a las otras. Si todos los seres humanos tuviesen una misma fisonomía, un mismo color y una misma altura y complexión la vida se vería afectada de dificultades y anarquía.
Desde la perspectiva del Generoso Corán los seres humanos entre sí no tienen virtudes a menos que la abstinencia y la continencia, y todos los seres humanos componen la “familia humana” y “una sola comunidad”.
«La Humanidad constituía una sola comunidad y después Dios designó a los profetas como portadores de buenas nuevas y advertidores [del castigo] e hizo descender con ellos la Escritura [Sagrada] con la Verdad para que juzgasen entre los hombres en aquello en lo que no se ponían de acuerdo…».[23]
Muchas de las aleyas coránicas se dirigen a toda la humanidad, tal y como «¡Oh, hijos de Adán!»[24] y «¡Oh, humano!».[25] Estas alocuciones y explicaciones indican que la humanidad tiene un significado común entre todos los habitantes del mundo. Los individuos de las diversas regiones desde la perspectiva de humanidad no tienen ninguna diferencia entre sí. La humanidad durante el largo de la historia fue diferente desde la perspectiva de lengua, color, raza y otros, pero desde la opinión del Islam todos son hijos de un mismo padre y una misma madre (Adán y Eva), y estas diferencias no provocan daño en la humanidad del ser humano.[26]
10. Aceptación del derecho de la minoría:
Ninguna religión como la religión del Islam es protectora de la libertad y guardián del honor y de los derechos nacionales de las minorías. El Islam provee la justicia social perfecta en el país islámico, no sólo para los musulmanes sino que para todos los habitantes de su región –a pesar de las diferencias de religión, raza, lengua y color–, y esta es una de las ventajas del gran mundo humano que ninguna religión ni ley fuera de la del Islam puede realizar un ideal como éste.
Las minorías religiosas con la coalescencia del “pacto con los dhammî” y adquiriendo la ciudadanía, pueden vivir libremente en el país, y al igual que los musulmanes beneficiarse de los derechos sociales y de la seguridad interna y externa.
El Generoso Corán declara la política general del Islam respecto a la consideración de los derechos nacionales y demás religiones del mundo y dice lo siguiente:
«Dios no os prohíbe que tratéis con amabilidad y equidad a quienes no combaten vuestra fe ni os han expulsado de vuestros hogares. En verdad, Dios ama a quienes son equitativos».[27]
Entonces el Islam permite que las minorías religiosas y los opositores del Islam vivan en la sociedad islámica y se beneficien de los derechos humanos, bajo la condición de que no provoquen molestias para el Islam ni para los musulmanes ni realicen ningún acto en contra de ellos.
En otra aleya dice: «Lo que, en verdad, Dios os prohíbe es que seáis amigos de quienes combaten vuestra fe y os expulsan de vuestros hogares o ayudan –a otros– a que seáis expulsados. Y quienes sean amigos de ellos –idólatras–, esos serán los opresores».[28]
Poniendo atención en estas dos aleyas, la política general del Islam respecto a las minorías religiosas y opositores del Islam es de la siguiente manera: mientras las minorías no traspasen los derechos de los musulmanes y no intriguen en contra del Islam ni de los musulmanes, se encuentran completamente libres en el país islámico y los musulmanes tienen la obligación de comportarse con ellos con justicia y bondad. Pero si cooperan con otros países en contra del Islam y de los musulmanes, los musulmanes tienen la obligación de obstaculizar sus actividades y nunca deberán considerarlos sus amigos.
En el Islam, la libertad y el respeto a las minorías religiosas es en esa medida que en caso de que alguien de los dhammî realice algún acto que en su religión es permitido pero en la ley islámica es prohibido –tal y como beber vino– nadie debe agredirlo. Claro está hasta el momento en que no propague ese acto en la sociedad. Si hace público ese acto será reprendido por violar la ley de “bajo protección”. En caso de que realice un acto que en su religión es también considerado un acto prohibido tal y como el adulterio, la sodomía y otros, desde la perspectiva de los derechos con los musulmanes no tiene ninguna diferencia y el juez tiene derecho a castigarlo. Aunque puede entregarlo a su comunidad para que sea castigado según sus leyes religiosas.[29]
Según la jurisprudencia islámica si dos personas de los dhimmî presentan su querella ante el juez de los musulmanes, el juez está autorizado a enjuiciar según el dictamen islámico o rechazar el dictaminar. El Generoso Corán a este respecto dice: «Si vienen a ti, juzga su asunto o déjales que se arreglen entre ellos».[30].
Claro está el propósito no es que el Profeta (s.a.w.) introduzca sus tendencias personales en la elección de una de estas dos formas, sino que el propósito es que tome en cuenta las condiciones y situaciones, que intervenga y dictamine según lo beneficioso, de lo contrario lo rechace.[31] Entre ello puede considerarse uno de los beneficios el respetar las interacciones y las relaciones de la gente de la Escritura con los musulmanes. De esta aleya se deduce que la coexistencia de los musulmanes con la gente de la Escritura fue en tal medida que ellos se presentaban ante el Profeta (s.a.w.) para que éste jugase. La justicia siempre y en cualquier grupo es un valor. Si el juez o el gobierno islámico fuese elegido para juzgar y arbitrar, deberá respetar la justicia y no incluir en el veredicto el racismo regional, el fanatismo grupal, las inclinaciones personales ni las amenazas.
11. Reconocer oficialmente a los Profetas y a los Libros Celestiales:
Básicamente todos los Libros Celestiales en los fundamentos de los asuntos armonizan entre sí, y persiguen un mismo propósito (educación y perfección del ser humano). Aunque en algunos asuntos secundarios, según lo exigible de la ley de la perfección gradual, tienen diferencias, y cada nueva religión transita un nivel más elevado teniendo un programa más completo. El Generoso Corán lo confirma según la glorificación y el respeto a los Profetas y a los Libros Celestiales anteriores:
«Hicimos descender para ti la Escritura (el Corán) que contiene la Verdad y que confirma la Escritura que ya tenían en sus manos y la protege. Juzga, pues, entre ellos con lo que Dios hizo descender».[32]
Aproximadamente otras 20 aleyas también vinieron para atestiguar y confirmar a la Tora y a los Evangelios.[33] Básicamente esta es la tradición Divina que cada Profeta confirmaba al Profeta anterior y cada Libro Celestial atestiguaba el Libro Celestial anterior. Dios en la confirmación de Moisés (a.s.) y de la Tora a través del Profeta y del Libro Celestial siguiente, es decir a través del Profeta Jesús (a.s.) y los Evangelios dice lo siguiente: «Y, tras ellos (Moisés y la Tora), enviamos a Jesús hijo de María, confirmando la Torá que ellos tenían en sus manos. Y le dimos el Evangelio, en el cual hay guía y luz y confirmación de lo que tienen en la Torá, y que es una guía y una amonestación para los temerosos de Dios».[34]
12. La paz internacional:
El Islam en un principio fundamentó las bases de la paz, y por este medio preparó el camino para transitar la paz internacional y la coexistencia pacífica. A este respecto es suficiente que sepamos que la paz es el espíritu del Islam, al igual que se dijo que el vocablo Islam se deriva de la raíz “sa-la-ma” y por ello contiene el significado de salud y tranquilidad. El Corán ordena que todos entren en el campo de la salud, de la paz y la tranquilidad: «¡Oh, los que creéis! ¡Entrad todos en la Paz…!».[35] “Sa-la-ma” es mucho más elevada y duradera que la paz; puesto que significa salud y seguridad, y no tiene una forma de paz temporal aparente.
Dios ordena al Profeta (s.a.w.) que en caso de que tus enemigos entren por la puerta de la paz y soliciten la paz, tu también aprovecha la oportunidad y acuerda con ellos: «Y si se inclinan hacia la paz inclinaos también».[36]
La tendencia del Islam hacia la paz entre los seres humanos es en tal medida que a las personas creyentes da la buena nueva de que tal vez como consecuencia del comportamiento pacífico de los musulmanes surja el pacto de amista entre ellos y los enemigos: «Puede que Dios ponga afecto entre vosotros y aquellos de quienes erais enemigos. Dios es poderoso. Dios es perdonador, misericordiosísimo».[37]
Las personas no-musulmanas se dividen en dos grupos: el grupo que se enfrentó ante los musulmanes, desenvainó las espadas, los expulsó a la fuerza de sus casas y hogares, y mostró toda enemistad hacia el Islam y hacia los musulmanes en palabra y actos. La obligación de los musulmanes con este grupo es evitar cualquier frecuentación, cualquier pacto de amor y amistad con ese grupo. Un ejemplo evidente de este son los incrédulos de la Meca en especial los jefes de Quraîsh; un grupo oficialmente lo hizo y otro grupo también lo ayudó.
Pero el segundo grupo al mismo tiempo que era incrédulo y politeísta, no tenía nada que ver con los musulmanes, no enemistaba ni tampoco se enfrentaba, ni intentaba expulsarlos de sus ciudades. Inclusive un grupo de entre ellos había pactado con los musulmanes el “convenio de amistad”. Los musulmanes deberán esforzarse en realizar la justicia con ese grupo fiel. Un ejemplo de ese grupo son la tribu de Juzâ’ah que pactaron con los musulmanes el convenio de dejar a un lado la enemistad.[38]
En conclusión es que ser partidario de la paz y coexistencia pacífica en la política externa, es uno de los programas más razonables y prósperos, y el Islam también eligió este programa y pidió el fortalecimiento del poder para defender en caso de urgencia.
El Islam da tal importancia a la paz y a la vida pacífica que inclusive en las sociedades pequeñas y en las diferencias familiares da también la orden de paz y conciliación: «la paz es mejor».[39]
Todo lo mencionado, que fue expuesta en forma resumida, son la posición del Islam ante los derechos humanos y los derechos de los ciudadanos, tanto para los musulmanes como para los no-musulmanes, en la sociedad y en el sistema islámico que contiene las leyes más prósperas en el mundo actual. Con osadía puede alegarse que ninguna de las escuelas del mundo ni organizaciones internacionales pudo respetar en tal forma los derechos humanos. Es digno de mencionar que en caso de que algunos en las ropas del Islam, encargados o no, violen el derecho de un ciudadano, el pecado de su delito retorna a ellos mismo y no al Islam.
[1]– Sagrado Corán 2:29.
[2]– Sagrado Corán 5:32.
[3]– Sagrado Corán 2:256.
[4]– Sagrado Corán 10:99.
[5]– Sagrado Corán 18:29.
[6]– Sagrado Corán 6:107.
[7]– Sagrado Corán 41:53:
[8]– Sagrado Corán 51:20-21.
[9]– Sagrado Corán 55:1-4.
[10]– Sagrado Corán 39:18.
[11]– Sagrado Corán 29:46.
[12]– Sagrado Corán 6:108.
[13]– Extraído de la pregunta 1619 (página web, pre.1671).
[14]– Sagrado Corán 60:8.
[15]– Sagrado Corán 5:42.
[16]– El no musulmán que vive bajo la protección de las leyes islámicas (N.del T.).
[17]– Sîûtî, Ÿâma’ Al-Sagîr, t.2, p.473 según lo mencionado El individuo y el Gobierno del Dr. Zaîdân.
[18]– Ídem.
[19]– Sagrado Corán 57:25.
[20]– Sagrdo Corán 3:64.
[21]– Makârim Shirâzî Nâsir y los demás, Exegesis Nemunah, t.2, p.450.
[22]– Sagrado Corán 49:13.
[23]– Sagrdo Corán 2:213.
[24]– Sagrado Corán [7:26, 27, 35 y 171] y [17:70].
[25]–Sagrado Corán [82:6], [84:6] y aproximadamente otra 60 aleyas.
[26]– Ÿasir Abû Shabânah, Al-Nidzâm Al-Daulâ Al-Ÿadîd baîn Al-Wâqi’ Al-Hâlî wa Al-Tasawur Al-Islâm, pp.542-543.
[27]– Sagrado Corán 60:8.
[28]– Sagrado Corán 60:9.
[29]– Ÿa’far Subhânî, Los fundamentos del Gobierno Islámico, pp.526-530.
[30]– Sagrado Corán 5:42.
[31]– Exegesis Nemunah, t.4, p.386.
[32]– Sagrado Corán 5:48.
[33]– Algunas aleyas corresponden a: «…[que vengo] confirmando lo que ya
eníais en vuestras manos procedente de la Torá …» (3:50); «¡Oh, aquellos a quienes les fue dada la Escritura [Sagrada]! ¡Creed en lo que hicimos descender confirmando lo que teníais,»(4:47); «hay guía y luz y confirmación de lo que tienen en la Torá»(5:46); «En verdad, soy el Mensajero de Dios enviado a vosotros para confirmar la Torá» (61:6); «Y cuando les llegó una Escritura procedente de Dios, confirmando lo que tenían» (2:89); «Y cuando llegó a ellos un Mensajero de parte de Dios confirmando lo que tenían» (2:101).
[34]– Sagrado Corán 5:46.
[35]– Sagrado Corán 2:208.
[36]– Sagrado Corán 8:61.
[37]– Sagrado Corán 60:7.
[38]– Exegesis Nemunah, t.22, p.31-32.
[39]– Sagrado Corán 4:128. Extraído de la pregunta 1619 (página web, preg.1671).