Una de las más grandes obligaciones Divinas que se ordenan en el Corán después del monoteísmo y de negar el politeísmo, es respetar y venerar a los padres. Respecto al dictamen de los asuntos en que cada uno de ellos tiene una orden y una prohibición contradictoria, que el hijo no puede realizar las dos órdenes, deberá decirse que nos encontramos ante dos tipos de narraciones. En algunas narraciones, mostrar bondad y generosidad hacia la madre ha sido considerado como primordial, pero en otras narraciones dice que el padre posee el derecho más elevado ante el hijo. Parece ser que de las narraciones que a continuación se encuentran puede conformar que: en los casos en que se compruebe la tutela por parte del padre, tal y como el permiso del padre cuando la hija se casa por primera vez y es virgen y otros, la orden del que posee la tutela es primero, y en los casos contrarios, el mandato y las órdenes de la madre tienen prioridad.
En el Generoso Corán después de que Dios Sublime prohibió a los seres humanos el politeísmo, recomendó la benevolencia hacia los padres. El difunto Al.lâmah Tabâtabâ’î dijo: “Después del monoteísmo, una de las más grandes obligaciones Divinas es la benevolencia hacia con los padres”.[1] En esta benevolencia y respeto no existe diferencia entre los padres creyentes e incrédulos; puesto que el Corán en forma absoluta (sin ninguna condición) dice: «… y que seáis buenos con vuestros Padres…».[2]
Pero en respuesta a su pregunta debemos decir:
A) En ocasiones el padre y la madre ordenan al hijo que realice un acto que es pecado y se contradice con la ley islámica, en este caso no es obligatorio obedecerlos.
El Corán a este respecto dice: «Y hemos ordenado a los seres humanos que sean buenos con sus padres. Pero si ellos se esfuerzan para que asocies en tu adoración a Mí algo de lo que tú no tienes conocimiento, entonces no les obedezcas».[3]
El Imâm ‘Alî (a.s.) dijo: “Ninguna obediencia a una criatura (sea quien sea) es aceptable con la desobediencia a Dios”.[4]
O, “El derecho del padre sobre el hijo es que obedezca al padre en todo excepto en la desobediencia de Dios”.[5]
El Imâm Ridâ (a.s.) a este respecto dijo: “Es obligatorio ser benevolente con el padre y la madre aunque sean politeístas, pero si os ordenan desobedecer a Dios no habrá que obedecerles”.[6]
Fuera de estos casos, es obligatorio obedecerlos en los actos recomendables, detestables y permisibles, por ello los juristas dijeron:
1. Si el padre y la madre prohíben al hijo que realice un ayuno recomendable, la precaución obligatoria es que no ayune. Así también si el ayuno recomendable que realiza el hijo provoca molestias a los padres, no deberá realizarlo, y en caso de que esté ayunando deberá romperlo.[7]
2. Si el padre o la madre ordenan al hijo que participe en la oración colectiva, puesto que es obligatorio obedecerlos, por precaución obligatoria deberá participar en ésta, y hacerlo con la intención de recomendable.[8]
3. Realizar la oración en su primer tiempo es un acto recomendable, pero si el padre ordena al hijo la realización de un acto recomendable o permisible, obedecerlos es primordial a la oración en su primer tiempo.[9]
B) En ocasiones uno de los padres ordena al hijo realizar un acto que acuerda con la ley Divina y otro ordena desobedecer lo dictado por Dios, en este caso en forma definitiva deberá obedecer al que ordena lo que concuerda con la ley Divina.
D) En ocasiones el padre o la madre piden al hijo la realización de un acto permitido, pero uno pide que lo realice y el otro que deje de realizarlo.
En este caso habrá que decir: en caso de que la ley islámica haya confirmado la tutoría del padre en este acto, como por ejemplo el permiso del padre cuando la hija se casa por primera vez, es virgen y otros, en estos casos es evidente que lo que dice el tutor es primordial.[10] Pero en los casos que no se ha confirmado la tutoría para uno de los padres, por otra parte en los textos religiosos se ha transmitido del gran Profeta (s.a.w.) que un hombre fue a visitarlo y dijo: “¿Con quién (mi padre o madre) debo ser benevolente?” El Profeta (s.a.w.) dijo: “Con tu madre”. Nuevamente preguntó y el Profeta (s.a.w.) le respondió: “Con tu madre”. La tercera vez que preguntó, el Profeta (s.a.w.) nuevamente le dijo: “Con tu madre”. Entonces cuando por cuarta vez preguntó le contesto: “Con tu padre”.[11]
Y por otra parte un grupo de narraciones dice:
Preguntaron al Profeta (s.a.w.): ¿Sobre quién es el derecho más grande que un hombre (ser humano) tiene?” Dijo: “El derecho del padre sobre el hijo”.[12] O existe una narración que dice el Profeta (s.a.w.): “Tú y aquello de los bienes que te pertenecen son de tu padre”.[13]
Respecto a que ¿cuál es el significado y la conclusión de estas narraciones? Y ¿entre todas estas narraciones qué puede concluirse? Debemos decir que la obligatoriedad del obedecimiento al padre o la madre[14] en ordenes que no sean la realización de pecados ni la prohibición de actos obligatorios, tienen un dictamen unánime y de los textos religiosos puede deducirse que en tales casos el hijo deberá respetar más la opinión de la madre.[15]
Nuestras razones corresponden a:
1. Tal y como fue dicho el Profeta de Dios (s.a.w.) tres veces ordenó ser benevolente con la madre y en la cuarta ordenó ser benevolente con el padre.
2. Aunque las narraciones mencionadas, consideran al derecho del padre como el derecho más grande, pero de las otras narraciones se deduce que el derecho de la madre es superior. Por ejemplo, preguntaron al Profeta (s.a.w.): “¿Cuál es el derecho del padre? Dijo: “El que lo obedezcan mientras esté con vida”. Preguntaron: “¿Cuál es el derecho de la madre?” Dijo: “¡Ay, ay, ay! Si colocaran ante su madre obediencia y servicio en el número de las piedrecitas del desierto y de las gotas de la lluvia, no igualará ni siquiera a un día que estuvisteis dentro de su vientre”.[16]
3. El espíritu de la madre es más sensible y un espíritu así demanda más afecto. Entonces la prioridad de lo dicho por la madre en asuntos así concuerda con el deseo de la creación.
De cualquier manera el punto que no debe olvidarse es que el hijo en estos casos deberá hasta donde le sea posible utilizar los métodos para obedecer lo ordenado por la madre tratando de no provocar tampoco molestias al padre.
[1]– Tabâtabâî Saîîed Muhammad Husâîn, Exegesis Al-Mizân (traducción al persa), t.13, aleya 14 y 23 de la Sura Al-Isrā’ [17].
[2]– Al-An‘ām 6:151; así también en una narración del Imâm Bâqir (a.s.) dice: “Sed benevolentes con vuestros padres sean adúlteros o benevolentes”, Bihâr Al-Anwâr, t.71, p.56.
[3]– Al-‘Ankabūt 29:8; Luqmān 31:15, pero a continuación dice: «Trátales en este mundo con bondad».
[4]– Nahÿul Balâgah, dicho 165, “لا طاعة لمخلوق فی معصیة الخالق”.
[5]– Nahÿul Balâgah, dicho 399, “اِنَّ لِلْوالِدِ عَلَی الْوَلَدِ حَقّاً … فَحَقُّ الْوالِدِ اَنْ یُطیعَهُ فی کُلِّ شَیْءٍ اِلّا فی مَعْصِیَةِ اللهِ”.
[6]– Maÿlisî, Bihâr Al-Anwâr, t.71, p.72.
[7]– Taudîh ul-Masâ’il (Al-Mahshâ li Imâm Al-Jomeînî), t.1, p.966, asunto 1741.
[8]– Ídem, t.1, p.769, asunto 1406.
[9]– El difunto Shahîd en el Qawâ’d dijo: “No hay duda que todo aquello que es obligatorio o prohibido en cuanto a los desconocidos, respecto al padre y la madre es obligatorio, y los padres tienen también las siguientes especialidades:
Primero: el viaje permitido o preferible sin el permiso y el acuerdo de los padres es prohibido.
Segundo: es obligatorio obedecer a los padres en cualquier caso, inclusive en casos de duda, puesto que dejar algo dudoso es recomendable pero obedecer a los padres es obligatorio.
Tercero: si el padre o la madre lo llaman, y es el primer tiempo de la oración, deberá dejar para más tarde la realización de la oración y atender al llamado de sus padres.
Cuarto: si le prohíben participar en la oración colectiva, es mejor que no acepte a menos que provoque dificultad para los padres tal y como el que esté oscuro en el momento de la oración de la noche o en el momento de la oración de la mañana.
Quinto: en caso de que participar en la lucha santa (ÿihâd) sea una obligación general (obligación de una persona en la comunidad musulmana) y no una obligación absoluta (obligación para toda la comunidad), pueden prohibirle que participe en la lucha santa.
Sexto: si se encuentra realizando una oración preferible, y el padre o la madre lo llaman, deberá cortar su oración y responder al llamado.
Séptimo: sin el permiso del padre el hijo no puede realizar un ayuno preferible. Todo esto mientras se encuentre dentro del límite de la capacidad y el poder.
Recurrir a: Al-Qawâ’id wa Al-Fawâ’id, t.2, pp.47-49.
[10]– Recurrir a: Wasâ’il Al-Shî’ah, t.14, pp.11-120.
[11]– Bihâr Al-Anwâr, t.71, capítulo “Los derechos de los padres”; Kâfî, t.2, p.159.
[12]– Shaîj Hurr ‘Âmilî, Wasâ’il Al-Shî’ah, t.14, p.120, h.25300, "مَنْ أَعْظَمُ النَّاسِ حَقّاً عَلَى الرَّجُلِ قَالَ وَالِدُه".
[13]– Sadûq, Ma’ânî Al-Ajbâr, t.1, p.257.
[14]– Claro está debe ponerse atención en que los juristas han sostenido alguno debates respecto a que obedecer al padre o la madre es un acto obligatorio, o en que molestarlos es un acto prohibido. Algunos presentaron este punto de vista que obedecer no es una obligación pero molestarlos es prohibido. Ellos dijeron: “El acto que provoque molestia en los padres y su realización no es obligatoria para el hijo, deberá abstenerse de realizarlo, o realizarlo pero oculto a la vista de ellos, o hacer algo para obtener su consentimiento”. Pero no es obligatorio obedecerlos por ser los padres (sino que molestarlos es prohibido).
Tabrîzî Ÿawâd, Istiftâ’ât Ÿadîd, asunto 2230; Fâdil Muhammad,Ÿâma’ Al-Masâ’il, t.1, asunto 2188; Imâm Jomeînî (r); Taudîh ul-Masâ’il Marâÿah, t.2, diversos asuntos, asunto 85, p.675.
[15]– Recurrir a: Mîrza Qumî, Ÿâmi’ Al-Shatât fi Aÿwabat Al-Su’alât, t.1, p.241, el dijo: “Cuando se dude en tomar el permiso del padre o la madre en un asunto, y no sea posible para él adquirir el permiso de los dos, debe considerar primordial el permiso de la madre al permiso del padre”.
[16] Mustadrak Al-Wasâ’il, t.15, p.203 h.19-18014.
“قِیلَ یَا رَسُولَ اللَّهِ مَا حَقُّ الْوَالِدِ قَالَ أَنْ تُطِیعَهُ مَا عَاشَ فَقِیلَ مَا حَقُّ الْوَالِدَةِ فَقَالَ هَیْهَاتَ هَیْهَاتَ لَوْ أَنَّهُ عَدَدَ رَمْلِ عَالِجٍ وَ قَطْرِ الْمَطَرِ أَیَّامَ الدُّنْیَا قَامَ بَیْنَ یَدَیْهَا مَا عَدَلَ ذَلِکَ یَوْمَ حَمَلَتْهُ فِی بَطْنِهَا”.