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Desde el punto de vista del Generoso Corán la caída moral que en realidad provoca el desplome de la persona de su jerarquía y dignidad humana, depende de diversos factores, un número de aleyas coránicas muestra que los seres humanos por negligencia, por falta de uso del entendimiento y la reflexión, así como por falta de cumplimiento de lo demandado por el intelecto, han perdido su dignidad humana. Algunas otras de las aleyas coránicas han presentado al capricho y a lo mundano como factores del derrumbe de la elevada jerarquía humana. Según estas aleyas, desobedecer las órdenes Divinas provoca la pérdida de dignidad ante Dios. En las narraciones de los Inmaculados Imames (a.s.) factores tales como: la pobreza, la lisonja, la adulación y otras, son consideradas también como causas que dañan la dignidad humana.
La dignidad humana es considera una de las más importantes preeminencias de la verdad del ser humano, es por ello que Dios ordenó a los ángeles que se prostren ante éste. El hombre es un ser que su creación fue realizada en la más bella forma y majestuosidad, como consecuencia fue colocada sobre su cabeza la corona de la dignidad y anunciada su superioridad sobre muchas de las criaturas del Universo.
El Generoso Corán por una parte respecto a la jerarquía del ser humano en el mundo de la creación dice:
"وَ لَقَدْ کَرَّمْنا بَنی آدَمَ وَ حَمَلْناهُمْ فِی الْبَرِّ وَ الْبَحْرِ وَ رَزَقْناهُمْ مِنَ الطَّیِّباتِ وَ فَضَّلْناهُمْ عَلى کَثیرٍ مِمَّنْ خَلَقْنا تَفْضیلا"
“Y, ciertamente, hemos sido generosos con los seres humanos y les hemos llevado por la tierra y el mar y les hemos proveído de cosas buenas y les hemos otorgado una preferencia absoluta sobre muchas cosas de las que hemos creado”.[1] Esta aleya muestra la superioridad definitiva del ser humano sobre muchas de las criaturas.
Por otra parte existen aleyas que desafían esta superioridad y la niegan. Según las enseñanzas religiosas desde el punto de vista del Generoso Corán y de las narraciones el derrumbe moral, que en realidad provoca el derrumbe del ser humano de la jerarquía y de la dignidad de éste, depende de diversos factores, y en este corto escrito indicamos sólo algunos de estos factores:
1. La negligencia y el olvido de sí mismo: El Generoso Corán a este respecto dice:
"وَ لَقَدْ ذَرَأْنا لِجَهَنَّمَ کَثیراً مِنَ الْجِنِّ وَ الْإِنْسِ لَهُمْ قُلُوبٌ لا یَفْقَهُونَ بِها وَ لَهُمْ أَعْیُنٌ لا یُبْصِرُونَ بِها وَ لَهُمْ آذانٌ لا یَسْمَعُونَ بِها أُولئِکَ کَالْأَنْعامِ بَلْ هُمْ أَضَلُّ أُولئِکَ هُمُ الْغافِلُون"
“Ciertamente, hemos creado para el Infierno a muchos genios y humanos. Tienen corazones con los que no reflexionan y ojos con los que no ven (las verdades) y oídos con los que no oyen (la palabra de Dios). Son como el ganado o más perdidos aun. Esos son los que están desatentos (a las advertencias de Dios)”.[2]
En otra parte dice:
"إِنَّ شَرَّ الدَّوَابِّ عِنْدَ اللَّهِ الصُّمُّ الْبُکْمُ الَّذینَ لا یَعْقِلُونَ"
“Los peores animales ante Dios son los ciegos y sordos que no razonan”.[3]
Estas dos aleyas muestran el reproche hacia los seres humanos por la falta del uso del intelecto y de la reflexión, y por no actuar según lo que demandan estos dos, siendo colocados en el grado de los animales o aun más bajo que estos.
2. El capricho: Algunas otras de las aleyas coránicas presentaron al capricho como factor de la caída de la elevada jerarquía humana. Tal y como: “…y no obedezcas a quien Nosotros hemos hecho que esté desatento de Nuestro recuerdo, que sólo sigue sus pasiones…”.[4]
El capricho roba el corazón del ser humano dejándolo sin corazón, sin lugar donde penetre la fe. Seguir los caprichos hace llegar al ser humano al grado que el Corán dice:
"ثُمَّ رَدَدْناهُ أَسْفَلَ سافِلین"
“Luego, le hemos relegado a lo más bajo de lo bajo”.[5]
3. Lo mundano: El gran apego hacia lo material y lo mundo atrae al hombre hacia cualquier desviación y pecado, puesto que cuando el ser humano se aprovecha del mundo y siente afecto hacia éste, trae como resultado el ser engañado, sentirse orgulloso y olvidarse de la otra vida: “En verdad, quienes no esperan encontrarse con Nosotros y están satisfechos de la vida mundanal y seguros de ella y quienes no prestan atención a Nuestras señales * tendrán de morada el Fuego por lo que obtenían con sus actos”.[6]
Satanás penetra en el hombre a través de sus caprichos, y confirma los actos y esfuerzos de éste, a los actos malos los embellece ante su vista, y lo tienta en su realización, mientras que a través de falsas promesas y aterrándolo de su futuro se le interpone para la realización de los buenos actos: “y que Satanás les ha embellecido su comportamiento, por lo que les ha apartado del camino (de Dios) y no están guiados”.[7]
Por lo tanto uno de los graves daños de la dignidad humana, es el cautiverio de la razón del ser humano en sus deseos caprichosos. Alguien que su intelecto se encuentre preso dentro de los deseos concupiscentes y de sus caprichos ¿cómo puede beneficiarse de la dignidad y de la jerarquía del ser humano?
Estas aleyas son una de las razones de la destrucción de la dignidad humana y de la caída de la jerarquía de sucesor de Dios al grado más ínfimo de un animal y aun más bajo por no usar la razón y seguir ciegamente los deseos concupiscentes.
Entonces la dignidad del ser humano depende de la obediencia a Dios. El ser humano debe saber que sólo debe inclinar la cabeza ante Dios, y debe servir sólo a Dios para que la gema de su dignidad no sea dañada y pueda llegar a su desarrollo y perfección. El ser humano obedeciendo a Dios Generoso llega a la elevación espiritual purificándose de la bajeza e ignominia. La dignidad verdadera se encuentra en el obedecimiento y servicio a Dios Sublime, en el temor a Dios y en el cuidado de las prohibiciones Divinas y la abstinencia.
"إِنْ تَجْتَنِبُوا کَبائِرَ ما تُنْهَوْنَ عَنْهُ نُکَفِّرْ عَنْکُمْ سَیِّئاتِکُمْ وَ نُدْخِلْکُمْ مُدْخَلاً کَریم".
“Si os abstenéis de cometer los pecados graves que os han sido prohibidos, ocultaremos vuestras pequeñas malas acciones y os introduciremos en una morada generosa”.[8]
"وَ مَنْ یُهِنِ اللَّهُ فَما لَهُ مِنْ مُکْرِمٍ إِنَّ اللَّهَ یَفْعَلُ ما یَشاءُ".
“Quien es humillado por Dios no encontrará quien le honre. En verdad, Dios hace lo que quiere”.[9]
Por lo tanto desobedecer las órdenes Divinas provoca la pérdida de la dignidad ante Dios. El ser humano con dignidad no desobedece a Dios que es el más digno, de Quien obtuvo como obsequio la dignidad y la benevolencia, ni tampoco contamina la gema de la dignidad a través del pecado, al igual que el Imam ‘Alî (a.s.) dijo:
"من کرمت علیه نفسه، هانت علیه شهواته"
“Aquél que se da valor a sí mismo, considera insignificante a los deseos”.[10]
Los Inmaculados Imames (a.s.) indican también en las narraciones algunos de los factores y causas que dañan la dignidad y personalidad humana que nos limitamos a mencionar un ejemplo de estos:
La pobreza: Tal vez ningún fenómeno humilla la dignidad del ser humano en la medida que lo hace la pobreza. Este asunto es una realidad innegable, puesto que a través de la pobreza se dañan la dignidad de la persona y el respeto de los seres humanos. Por ello es que el Imam ‘Alî (a.s.) dijo: “¡Oh, Señor! Protege mi prestigio y dignidad, haciéndome libre de los deseos, enseñándome el contento y la satisfacción con lo que Me has concedido y por favor, Dios no dejes que la pobreza despreciable y la indigencia rebajen mi estatus y posición ante los ojos de la sociedad”.[11] O dijo: “La pobreza provoca abyección en la persona…”.[12] Y: “La indigencia es una gran muerte”.[13] Lo que está registrado en las narraciones “La pobreza lleva a la persona a la incredulidad”[14], tal vez indica este punto.
Estas palabras del Imam (a.s.) indican directamente este asunto que la pobreza termina con la reputación del ser humano, provocando la pérdida de su respeto y dignidad. La persona indigente se ve obligada a humillar su estima y amor propio, y a esperar de los siervos de Dios, del favor y de la amabilidad de estos, preparándose así los campos para el elogio y la adulación de las personas, y a través del elogio y la adulación caen hasta un nivel muy bajo la estima propia de la persona y la dignidad humana.
Claro está debe decirse que la indigencia para los santos Divinos y para las personas piadosas, es un orgullo y provoca su perfección. Pero ¿qué porcentaje de la gente de una sociedad es así y puede enfrentar al monstro de la pobreza y hacer de éste la escalera para alcanzar la perfección y sublimidad de sí mismo? Si fuese así, todas estas narraciones respecto al reproche de la indigencia serían innecesarias, y la sociedad indigente y regazada debería estar llena de místicos, creyentes y piadosos, mientras que no sólo no es así sino que es al contrario.
4. La avidez: Uno de los obstáculos principales para llegar a la dignidad humana es la avidez. Muchas veces sucede que la persona ávida para alcanzar sus deseos se humilla ante cualquier cosa, es por ello que el Imam (a.s.) dijo: "من طمع ذل و تعنی" –“El ávido se vuelve despreciable y…”.[15]
Conclusión:
En el análisis del punto de vista del Corán y de las narraciones, son innumerables los peligros que se encuentran prestos para acechar la generosidad y personalidad humana, y que amenazan en forma muy seria. Algunos de estos corresponden a la negligencia, olvidarse a sí mismo, seguir los deseos concupiscentes, ser mundano, la pobreza, la avidez y otros.
[1]– Al-Isrā’ [17:70].
[2]– Al-‘Arāf, [7:179].
[3]– Al-Anfāl [8:22].
[4]– Al-Kahf [18:28].
[5]– At-Tīn [95:5].
[6]– Iūnus [10:7 y 8].
[7]– An-Naml [27:24].
[8]– An-Nisā’ [4:31].
[9]– Al-Ĥaŷŷ [22:18].
[10]– Nahÿul Balâgah, dicho 449.
[11]– Nahÿul Balâgah, sermón 225.
[12]– Tamîmî Âmadî ‘Abul Wâhid, Gurur Al-Hikam, p.365.
[13]– Nahÿul Balâgah, dicho 164.
[14]– Kulaînî Muhammad Ibn Ya’qub, Kâfî, t.2, p.307.
[15]– Gurur Al-Hikam, p.298