La caída de un gobierno es posible desde dos enfoques y causas:

a). La causa de la destrucción de las bases y columnas de cada se debe a la opresión y tiranía, y al desvío del sendero de la verdad y justicia, siendo su resultado la rebelión y el levantamiento de la gente en contra del gobierno, o el ataque de los extranjeros, y finalmente el derrocamiento de éste. Numerosos gobiernos han sido derribados a lo largo de la historia por esta misma causa. Por ejemplo en la época islámica del gobierno Omeya que fue derrocado por los abasidas a consecuencia de la opresión, tiranía e injusticia que prevalecía, o el gobierno Abasida que fue destruido por la invasión de los mogoles. Otro ejemplo es el gobierno Sasánida en Irán que se rindió por completo ante la invasión de los musulmanes; puesto que la opresión y tiranía era a tal grado que la gente no sentía ningún apego ni interés para defender a ese tipo de gobiernos, sino que buscaba a un salvador para que la librara de toda esa injusticia y opresión. La Revolución Islámica en Irán y el derrocamiento del gobierno imperial fueron las causas del levantamiento de la gente en contra de la opresión y tiranía.

Durante la historia todos los gobiernos dictadores se enfrentaron a situación similares que, o se desintegraron desde el interior, o se rindieron y fueron destruidos a través de la invasión de los extranjeros a causa de la desintegración interna y del cansancio de la gente.

b). Otro de los factores de la caída de un gobierno, es el engaño por parte del gobierno a la gente por medio de propagandas y fastidios. Al igual que sucedió durante el gobierno del Imâm ‘Alî (a.s.). La intensa propaganda de los contrarios y las guerras impuestas al Imâm (a.s.) no permitieron a la gente pensar ni reflexionar. Además, el Imâm (a.s.) se rehusaba a aceptar el gobierno a causa de los desvíos que habían aparecido en las sociedades de esa época. El sabía que una clase privilegiada de la sociedad se había desencaminado en forma extrema, y ejecutar la justicia en esa situación ocasionaría numerosos contrariedades para el gobierno. La gente, por lo distanciada que se encentraba del “gobierno islámico puro”, tampoco contaba con fuerzas suficientes para enfrentar los ataques desviantes ni las propagandas negativas[1] que, en conclusión, no quedó otra alternativa más que el martirio de Hadrat ‘Alî (a.s.) y el fin de su gobierno.

Pero en el gobierno universal del Imâm Mahdî (a.ÿ.) la primera causa no puede ser imaginada, puesto que para esa época la gente se habrá vuelto consciente y prudente, y habrá elevado su nivel de intelecto y conocimiento. El gobierno único universal, tiene en sus manos los pilares principales de la propaganda y de los medios de comunicación. Se ejecutarán todos los mandatos del Islam, como por ejemplo aconsejar las buenas acciones y reprobar lo prohibido. Así, un desaliento y hastío no puede ser imaginado respecto al gobierno del Imâm de los Tiempos (a.ÿ.). Dicho esto, la segunda causa (engaño a la gente) quedará anulada.

Es cierto que en esa época el demonio estará activo y engañará a algunos, pero la mayoría de la gente, a causa de las razones mencionadas, habrá identificado el sendero de la verdad, no podrá ser engañada ni tampoco sentirse hastiada.[2]