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En base a nuestras aleyas y narraciones, el Islam no sólo considera prohibida la guerra en los meses sagrados (Dhul Qa'dah, Dhul Hiÿÿah, Muharram, Raÿab), sino que en una forma estricta se opone a ella para que a nadie se le ocurra ni siquiera pensar en luchar en estos meses, al grado en que en la aleya que mencionó en su pregunta considera un gran "pecado" a la guerra en los meses sagrados, e incrementó las multas en los asesinatos sin querer, realizados en ese mes. Todo esto es razón de la importancia que presta el Islam al respeto y la prohibición de los meses sagrados. La prohibición de la guerra en los meses sagrados es a tal grado que toda la gente los considera respetables, pero hay quienes abusan del respeto de los musulmanes, y pisoteando la consideración de estos meses, atacan. Dios ordenó que los musulmanes también luchen para defenderse y obstaculicen la transgresión, opresión y tiranía de estos.
El propósito de los meses sagrados, son meses que Dios Sublime hizo obligatorio para los creyentes su respeto. Desde la época del Profeta Abraham (a.s.) e Ismael (a.s.) se consideraba indebido luchar en estos meses. Esta costumbre hasta la llegada del Islam, según la tradición práctica entre los árabes, era considerada respetable. El Generoso Corán consideró correcta esta costumbre y confirmó los meses sagrados. Al igual que Dios Sublime dice: "En verdad, el número de meses para Dios es de doce. Es así en la Escritura de Dios desde el día en que creó los cielos y la Tierra. De ellos, cuatro (meses) son sagrados. Esa es la religión establecida. Así pues, no os oprimáis durante ellos a vosotros mismos y combatid contra todos los idólatras igual que ellos combaten contra todos vosotros y sabed que Dios está con quienes son temerosos".[1] Los meses sagrados corresponden a Dhul Qa'dah, Dhul Hiÿÿah, Muharram y Raÿab. El respeto y la prohibición de estos meses es en base a las filosofías, mientras que los beneficios que pueden indicarse a este respecto son la posibilidad del término de las guerras por dar tiempo a los guerreros para pensar y reflexionar, la invitación a la paz y tranquilidad, la posibilidad de realizar los ritos de la peregrinación, comercio y otros.
El Islam no sólo considera a la guerra prohibida en los meses sagrados, sino que en una forma estricta se opone a ella para que a nadie se le ocurra ni siquiera pensar en luchar en estos meses, al grado en que en la aleya que mencionó en su pregunta considera un gran "pecado" a la guerra en los meses sagrados[2], e incrementó las multas en los asesinatos sin querer.[3]
Pero ya que los politeístas de la Meca habían planeado abusar de este asunto y atacar a los musulmanes los meses sagrados, suponiendo que en esos meses los musulmanes no se levantarían para luchar, Dios ordenó que si los atacaban, los musulmanes debían defenderse. Dice: "El mes sagrado por el mes sagrado".[4]
Es decir si los enemigos rompieron con su respeto y en esos meses los atacaron, ustedes también tienen derecho a tomar represalias, "puesto que desacatar lo prohibido tiene venganza".[5]
Por lo tanto aunque el Islam certificó la tradición de la prohibición de luchar en los meses prohibidos (que desde la época del Profeta Abraham existía entre los árabes) pero considerando los abusos de los enemigos fueron colocadas excepciones para esta ley, y Dijo: "Combatir en él (meses sagrados) es muy grave. Pero obstaculizar el Camino de Dios, no creer en Él, deshonrar a la Mezquita Sagrada y hacer salir a su gente de ella es (un pecado) mucho más grave ante Dios".[6]
ٍEntonces dice: "Crear la tentación (y descarriar a la gente de la religión de Dios) todavía es peor que el homicidio".
Puesto que esto es un crimen sobre el cuerpo del ser humano, y este es un crimen sobre el alma, el espíritu y la fe del ser humano. Y continúa diciendo que los musulmanes no deben encontrarse bajo la influencia de las propagandas desviantes de los politeístas, puesto que "no cesarían de combatiros hasta apartaros de vuestra fe, si pudieran". Entonces enfréntenlos firmes y no pongan atención a las tentaciones de ellos respecto al mes sagrado ni a los demás.[7]
El respeto a los meses sagrados (o prohibidos para guerrear), es para aquellos que lo consideran respetable, pero aquellos que faltan el respeto de la Mezquita Sagrada, el respeto del mes sagrado y el respeto del estado en ihrâm (peregrino) no es necesario tomar en cuenta este respeto por ellos, y habrá que luchar en su contra incluso en los meses sagrados y en la Mezquita Sagrada para que nuevamente no se les ocurra pensar en romper la prohibición de los meses sagrados.[8]
[1]– At-Tauba [9:36].
"إِنَّ عِدَّةَ الشُّهُورِ عِندَ اللَّهِ اثْنَا عَشَرَ شَهْرًا فِى کِتَـبِ اللَّهِ یَوْمَ خَلَقَ السَّمَـوَ تِ وَالأَْرْضَ مِنْهَآ أَرْبَعَةٌ حُرُمٌ ذَ لِکَ الدِّینُ الْقَیِّمُ فَلاَ تَظْـلِمُوا فِیهِنَّ أَنفُسَکُمْ وَقَـتِلُوا الْمُشْرِکِینَ کَآفَّةً کَمَا یُقَـتِلُونَکُمْ کَآفَّةً وَاعْلَمُوا أَنَّ اللَّهَ مَعَ الْمُتَّقِینَ "
[2]– Al-Baqara [2:217].
[3]– Tûsî, Tahdhî Al-Ahkâm, t.10, p.215.
"بَابُ الْقَاتِلِ فِی الشَّهْرِ الْحَرَامِ وَ الْحَرَمِ، 1- الْحُسَیْنُ بْنُ سَعِیدٍ عَنْ فَضَالَةَ بْنِ أَیُّوبَ عَنْ کُلَیْبِ بْنِ مُعَاوِیَةَ قَالَ سَمِعْتُ أَبَا عَبْدِ اللَّهِ (ع) یَقُولُ مَنْ قَتَلَ فِی شَهْرٍ حَرَامٍ فَعَلَیْهِ دِیَةٌ وَ ثُلُثٌ و...".
[4]– Al-Baqara [2:194].
"الشَّهْرُ الْحَرامُ بِالشَّهْرِ الْحَرامِ وَ الْحُرُماتُ قِصاصٌ فَمَنِ اعْتَدى عَلَیْکُمْ فَاعْتَدُوا عَلَیْهِ بِمِثْلِ مَا اعْتَدى عَلَیْکُمْ وَ اتَّقُوا اللَّهَ وَ اعْلَمُوا أَنَّ اللَّهَ مَعَ الْمُتَّقِینَ".
[5]– Exegesis Nemunah, t.2, pp.31-32.
[6]– Al-Baqara [2:217].
"یَسَْلُونَکَ عَنِ الشهَّْرِ الْحَرَامِ قِتَالٍ فِیهِ قُلْ قِتَالٌ فِیهِ کَبِیرٌ وَ صَدٌّ عَن سَبِیلِ اللَّهِ وَ کُفْرُ بِهِ وَ الْمَسْجِدِ الْحَرَامِ وَ إِخْرَاجُ أَهْلِهِ مِنْهُ أَکْبرَُ عِندَ اللَّهِ وَ الْفِتْنَةُ أَکْبرَُ مِنَ الْقَتْلِ وَ لَا یَزَالُونَ یُقَاتِلُونَکُمْ حَتىَ یَرُدُّوکُمْ عَن دِینِکُمْ إِنِ اسْتَطَاعُواْ وَ مَن یَرْتَدِدْ مِنکُمْ عَن دِینِهِ فَیَمُتْ وَ هُوَ کَافِرٌ فَأُوْلَئکَ حَبِطَتْ أَعْمَالُهُمْ فىِ الدُّنْیَا وَ الاَْخِرَةِ وَ أُوْلَئکَ أَصْحَابُ النَّارِ هُمْ فِیهَا خَلِدُون".
[7]– Exegesis Nemunah, t.2, pp.111, 112, 113.
[8]– Anwâr Al-'Irfân fi Tafsîr Al-Qurân, t.3, p.557.