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En forma general algunas de los aspectos de su prodigiosidad muestran que el Corán no en esa época, sino que en ninguna otra época, podía haber sido enviado por otro fuera de Dios, tales como la prodigiosidad en la elocuencia del Corán que no es especial de ningún tiempo ni lugar específico, y este método de expresión no es posible para nadie, no en esa época ni tampoco en las épocas futuras. Pero algunos de los aspectos del prodigio solamente testifican en esa medida que, en esa época el Corán no podía venir de otro fuera de Dios, tal y como el segundo aspecto, de los aspectos del contenido del Corán (en caso de que supongamos que todas las ciencias y conocimientos del Corán en este momento han sido entendidos y se encuentran en manos de la humanidad). Por otra parte algunos de estos aspectos son testigos de las características del portador del Corán; bajo este significado que en la época del pasado, presente o futuro, ningún iletrado es capaz de traer un libro como éste, mientras que todos los demás aspectos de la prodigiosidad del Corán lo presenta como el milagro de la historia para cada iletrado y sabio de cualquier tiempo y lugar, en tal forma que hasta la eternidad ningún ser humano podrá crear algo similar a éste.
Ahora habrá que ver hasta que grado comprueban la divinidad del Corán cada uno de los aspectos de la prodigiosidad.
La prodigiosidad desde la perspectiva del portador del Corán sólo comprueba que el contenido del Corán viene de parte de Dios, pero no comprueba el que las palabras vengan también por parte de Él.[1]
Ahora si dicen: el honorable Mensajero (s.a.w.) no podía elegir por sí mismo palabras como éstas, o utilizar tales explicaciones, entonces las palabras, las frases y las composiciones también son Divinas. Diremos: estas palabras se originan de la elocuencia y fluidez del Corán, y en realidad de esa misma prodigiosidad de la elocuencia del Corán, entonces no se considera el resultado de la prodigiosidad por parte del portador del Corán. A menos que se alegue: aunque no podamos comprobar que tal elocuencia es imposible de alguien fuera de Dios, pero por lo menos, por parte del gran Mensajero (s.a.w.), no era posible algo así. Con una hipótesis como ésta, y refiriéndose a esta misma forma puede deducirse que las palabras, las frases y las combinaciones coránicas vienen también de parte de Dios, Glorificado sea.
Las cuatro formas que se mencionan respecto a la prodigiosidad en el contenido del Corán[2] pueden comprobar sólo la divinidad de su contenido.
Pero los aspectos prodigiosos en las palabras del Corán –prodigiosidad en su elocuencia y numerosidad– han comprobado que las palabras y las combinaciones del Corán son también divinas.[3] Así también comprueban la divinidad de ese número de aleyas que se encuentran relacionadas entre sí y en realidad componen un método. Pero además de estos asuntos ¿cómo puede comprobarse que la agrupación de las aleyas una tras otra (aunque su unión no cuente con un método) y la aparición de las suras, así como la agrupación de las suras y la aparición de un Corán como el que hoy día tenemos en nuestras manos, sea divino?
La respuesta a esta pregunta generalmente se menciona en el debate “historia del Corán”.[4] Algunos sunnitas y la mayoría de los orientalistas han enfatizado en que la recopilación de las aleyas y la aparición de las suras, la compilación de las suras y la aparición del Corán existente, se realizó después del fallecimiento del Mensajero del Islam (s.a.w.).[5]-[6]
Fuentes para mayor estudio:
Mahdî Hâdavî Tehrânî, Mabânî Kalâmîe Iytihâd,
[1]– Algunos también aceptan esta opinión y dicen que aunque el contenido del Corán es Divino, pero sus palabras son del mismo Profeta (s.a.w.). Mientras que los sabios islámicos desde la antigüedad hasta hoy día sostienen que la diferencia entre un hadîz divino con el Corán se centra en este punto que, en el hadîz divino el contenido es Divino, pero las palabras son humanas y por parte del propio Profeta (s.a.w.), mientras que en el Corán las palabras son también por parte de Dios.
[2]– Recurrir a índice: el Milagro del Corán.
[3]– Tal vez la causa de la insistencia de nuestros sabios desde la antigüedad hasta hoy día sobre la prodigiosidad de la elocuencia del Corán fue esto mismo que veían más amplio el radio de su significación.
[4]– Como ejemplo recurrir a las siguientes obas: Abû ‘Abdul.lah Zanyânî, La Historia del Corán; Mahmûd Râmîar, La Historia del Corán; Saîîed Muhammad Bâqîr Huÿÿatî, Una investigación en la Historia del Corán; Saîîed Muhammad Ridâ Ÿalâlî Nâ’înî, La Historia completa del Generoso Corán.
[5]– Recurrir a índice: todo el Corán
[6]– Hâdavî Tehrânî Mahdî, Mabânî Kalâmîe Iytihâd, pp.52-53, Instituto de Cultura Janeîe Jirad, Qom, primera edición, 1998.