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El tiempo tiene un significado racional que se extrae de la forma de la existencia de las materias. Al igual que el significado de estabilidad es extraído de la forma de la existencia de los abstractos. El alma es un abstracto y en el mundo inmaterial no existe el tiempo, puesto que el tiempo es una de las especialidades del mundo de la naturaleza. Claro está en el mundo de las almas (mundo inmaterial) ante el vocablo “tiempo” que es un contenedor para los seres materiales, existe el vocablo “dahr” o sempiterno que es el contenedor de lo inmaterial.
Casi todos los filósofos islámicos coinciden en esta opinión que el tiempo es una forma de medida y cantidad continua que su especialidad es transitar y rechaza la estabilidad, y por medio del movimiento[1] ocurre el suceso accidental sobre los objetos.[2]
Claro está Maula Sadra aceptó aparentemente las dos especialidades del tiempo que habían mencionado sus antepasados y estas corresponden a: (1) El tiempo como un asunto divisible, tal y como las cantidades. (2) El tiempo como una relación inseparable con el movimiento.
Maula Sadra se opuso a otras dos especialidades presentadas por los filósofos anteriores a él: (1) Los filósofos anteriores consideraban al tiempo y al movimiento como fenómenos o accidentes externos, mientras que él los consideraba accidentes analíticos de la existencia material, que sólo pueden ser separados en el contenedor analizador de la mente. (2) El movimiento doble del tiempo que los filósofos lo consideraron como movimiento en las categorías accidentales, en especial al movimiento de la órbita lo consideró el movimiento sustancial de los objetos, y por este medio presentó al tiempo en los niveles de sus esencias. Por lo tanto la realidad del tiempo según su opinión corresponde a: “Una perspectiva y extensión inestable que cualquier cuerpo tiene en su naturaleza además de las extensiones estables (tales como) largo, ancho, espesor”.
El consideró al tiempo con un significado racional que se extrae de la forma de la existencia de las materias. Al igual que el significado de estabilidad es extraído de la forma de la existencia de los abstractos.[3]
En la terminología filosófica el vocablo “sempiterno” es como el contenedor para lo inmaterial ante “tiempo” para lo material, al igual que respecto a Dios Todopoderoso se utiliza el vocablo “sarmad” o eterno.[4]
De cualquier forma, habrá que saber que, primero: la prioridad y posterioridad temporal son especiales de los asuntos del tiempo y el ser que se encuentra más allá del tiempo no tendrá ninguna relación temporal con ningún fenómeno, y el pasado el presente y el futuro con relación a él serán lo mismo, y las existencias dispersadas en el contenedor del tiempo con relación a él se encontrarán reunidas en él.[5]
Segundo: Tener un lugar y tiempo y así también la transformación y el movimiento son de los efectos y limitaciones necesarios de la materia y del mundo natural, mientras que el mundo de los abstractos se encuentra más allá del mundo de la naturaleza y del mundo de las perfecciones, y no cuenta con estas limitaciones ya que los investigadores dividieron a todos los mundo existentes en tres: (1) El mundo de la razón que se encuentra en el nivel de la esencia y también en el nivel del acto está vacío, carece y está privado de la materia y de los efectos de ésta. (2) El mundo abstracto que carece de materia, pero tiene algunos de sus efectos; tal y como, forma, perspectiva, situación y otros. (3) El mundo de la materia y de la naturaleza.[6] Según esta división, las criaturas que existen en el tercer mundo, es decir el mundo de la naturaleza y de la materia, tienen una forma de pertenencia y dependencia de la materia. Una de las especialidades y particularidades de este mundo es que en todo éste existe el movimiento y la transformación, tener tiempo y lugar. Contrario a esos otros dos mundos que son superiores y más honorables que el mundo material. Por lo tanto en el mundo de las almas, que es el mundo de lo abstracto, no existe el tiempo sino que el vocablo “sempiterno” es el contenedor de lo inmaterial ante el vocablo “tiempo” que es el contenedor de lo material.
Claro está no existe duda alguna de que el alma es abstracta[7] para lo cual se presentaron numerosas razones.[8] Es pertinente que indiquemos una de estas razones en forma de ejemplo: Cada ser humano dentro de sí mismo tiene dos formas de sentimientos: parciales y generales. Los sentimientos parciales se sienten a través de los cinco sentidos (visión, audición, olfato, gusto y tacto), y también todo lo que se siente existe en el exterior del cuerpo. Otro de los sentimientos del ser humano es lo general y sólo ocurre en la mente, y su lugar es la razón y el alma del ser humano. Tal y como: las generalidades de las ciencias y las evidencias primarias, tales como el que cada general es más grande que una parte. Claro está la mente, la memoria y la razón son de los rangos de la existencia del alma en el ser humano. El alma es la presentación de las generalidades, de las leyes y de las evidencias primarias, y estas generalidades no existen en el exterior sino que hacen efecto en el alma del ser humano. Por lo tanto la presentación de éstas tampoco puede ser material. Con lo dicho, existe diferencia entre contenedor y contenido, entre estado y lugar, sin ser algo restringente.[9] El difunto Jâÿih Nasir Al-Dîn Tûsî presentó este mismo análisis y argumentación para la inmaterialidad del alma con una explicación sucinta y evidente de la siguiente manera: “El alma, es una esencia carente de materia, puesto que ésta (la generalidad), carece de materia”.[10]
Conclusión: Al comprobar la abstracción del alma y la superioridad de ser lo más honorable del mundo de los abstractos, y así también mencionando que el tiempo es de las singularidades especiales del mundo de la naturaleza, y el mundo de la naturaleza es el más abyecto de los mundos existentes, se evidenció que el vocablo “tiempo” se utiliza en el mundo de la materia y de la naturaleza, y el mundo de las almas que carece de materia y de las especialidades de ésta, no tiene tiempo.
[1]– Movimiento: Existe una explicación simple para este vocablo que corresponde a “cambio gradual”. Existen también otras descripciones para el vocablo movimiento que es la transformación gradual del objeto de forma pasiva a activa. Muhammad Taqî Misbâh, Enseñanzas de Filosofía, t.2, p.266.
[2]– Ídem, t.2, p.148.
[3]– Ídem, t.2, p.149.
[4]– Estos dos vocablos en ocasiones son utilizados ante la categoría de “tiempo” y tiene un significado de relación, por ello dicen que la relación entre los estables en cuanto a los inestables es sempiterna.
[5]– Enseñanzas de Filosofía, t.2, p.149.
[6]– Ashtîânî Mîrzâ Ahmad, Tarâ’f Al-Hakam, t.1, p.22.
[7]– El contenido de las aleyas del Corán es este que el alma insuflada en el ser humano, es presentada como del tipo del mundo angelical y ha sido atribuida al mismo Creador, y esto muestra que el alma es más elevada que lo de tipo material. Y las particularidades materiales que el tiempo es una de éstas, no concuerdan con el mundo de las almas. Recurrir a: Sura Al-Mu’minūn [23:12-14]; As-Saŷda [32:7-9]:
«وَ لَقَدْ خَلَقْنَا الْإِنْسانَ مِنْ سُلالَه مِنْ طِينٍ ثُمَّ جَعَلْناهُ نُطْفَه فِي قَرارٍ مَكِينٍ ثُمَّ خَلَقْنَا النُّطْفَه عَلَقَه فَخَلَقْنَا الْعَلَقَه مُضْغَه فَخَلَقْنَا الْمُضْغَه عِظاماً فَكَسَوْنَا الْعِظامَ لَحْماً ثُمَّ أَنْشَأْناهُ خَلْقاً آخَرَ فَتَبارَكَ اللَّهُ أَحْسَنُ الْخالِقِينَ»
Ma’rifat Muhammad Hâdî, Las Ciencias Coránicas, t.1, pp.27-31.
[8]– Como ejemplo el gran sabio Hasan Zâdeh presenta más de 70 razones para la inmaterialidad del alma. Recurrir a: Hasan Hasan Zâdeh Âmulî, Ta’liqah bar Kashf Al-Murâd, segunda parte, p.278.
[9]– Husaînî Ÿibilî Seyed Abu Al-Qâsim, p.84.
[10]– ‘Alâmah Hilly, Sharj Taÿrîd Al-I’tiqâdât, segunda parte, el quinto propósito, p.185.