La súplica es una relación requirente del siervo a Dios Todopoderoso, para satisfacer las necesidades del mundo y la otra Vida.

La aceptación de la súplica, al igual que cualquier otro fenómeno, tiene leyes, costumbres y condiciones, que a través de la existencia de esas costumbres y condiciones es que la súplica es aceptada. Si esas condiciones no existiesen, o hubiese algún obstáculo que desconocemos para su aceptación, aunque fuese la súplica más eficaz aún así es posible que no sea aceptada. De cualquier manera, ya que mencionar el texto de cada una de éstas es imposible, sólo enlistamos algunas que cuentan con una importancia especial:

1. Súplica de la Intercesión (Du’a Tawassul)

Muhammad Ibn Bâbiwaîh transmitió la Súplica de la Intercesión por parte de los Inmaculados Imâmes (a.s.) y dijo que cada vez que recitó esta súplica obtuvo de inmediato su aceptación. La Súplica de la Intercesión es de las súplicas famosas que se recitan los martes por la noche. En esta súplica se implora a los catorce Inmaculados (a.s.) y se les coloca como intercesores ante Dios. Después de terminada la súplica pedimos a Dios que sacie nuestra necesidad. Esta súplica inicia y continúa con las siguientes frases:

« اللهم انی اسئلک و اتوجه الیک بنبیک نبی الرحمة...» –“¡Dios mío! Te pido y me dirijo hacia Ti a través de Tu Profeta, el Profeta de la Misericordia…”.

«یا وجیها عندالله اشفع لنا عندالله» –“¡Oh, distinguido ante Dios!, ¡Intercede por nosotros ante Dios!”[1]

2. Súplica del Alivio (Du’a Faraÿ)

Kaf’amÎ en la obra “Balad Al-Amîn” transmitió una súplica del Imâm ‘Alî (a.s.) para que la recite aquel que se viese en dificultades, temeroso, preocupado y triste, y Dios Sublime le alivie su problema. La primera y última frase de esta súplica son:

«یا عماد من لا عماد له...» –“¡Oh Protector de alguien que carece de protector!”

«وافعل بی ما انت اهله» –“¡Protégeme, que Tú eres el protector!”[2].

Entonces después de terminada la súplica pida su necesidad.

3. Súplica del Nombre Supremo de Dios

El Saîîed ‘Alîjân Shîrâzî en la obra Kalam Taîîeb (La palabra Purificada) transmitió que el nombre supremo de Dios Sublime es que su inicio comienza con “الله-Al.lah” y termina con “هو -hu”. Aquel que el Nombre Supremo de Dios Sublime lo recite once veces al día, durante cada momento cualquier asunto importante parcial y general se volverá fácil para él, y este nombre supremo son cinco aleyas de cinco Suras honorables es decir Al-Baqara [2:], Āle ‘Imrān [3], An-Nisā’ [4], Ťa Ha [20], At-Tagābun [64], con la especialidad de que las letras de éstas no tienen punto y no provoca cambio en sus vocales o inflexiones:

1. «الله لا إله إلا هو الحی القیوم...» –hasta el final de la Aleya des Escabel.

2. «الله لا اله الا هو ...نزل علیک الکتاب...» (3:3-4).

3. «الله لا إله ان هو لیجمعنکم...» (4:87).

4. «الله لا إله ان هو له الاسماء...» (20:8).

5. «الله لا إله الا هو و علی إلله...» (64:13).[3]

4. Súplica Maqâtil Ibn Sulaîmân, del Imâm Saÿÿâd (a.s.).

El Imâm Saÿÿâd (a.s.) enseñó una súplica a Muqâtil Ibn Sulaîmân, quien dice que aquel que recite esta súplica cien veces será aceptada su petición. Esta súplica inicia y continúa con las siguientes frases:

«الهی کیف ادعوک و انا...» –“¡Dios mío, como llamarte y yo…!”.

«تفرج عنی فرجا عاجلا غیر اجل نفسک و رحمتک یا ارحم الراحمین» –“…otórgame el alivio de inmediato, por Tu Gracia y Misericordia. ¡Oh, el más Amable entre los amables!”[4]

5. Súplica de Sari’ul-Iÿâbah (de rápita aceptación):

Kaf’amî en la obra “Balad Al-Amîn” transmitió una súplica del Imâm Mûsa Al-Kadzim (a.s.) y dijo que la cual ocupa un elevado rango y es muy eficaz, que el inicio y el final de esta súplica es así:

«اللهم انی اطعتک فی احب الاشیاء الیک و هو التوحید» –“¡Dios mío! Te obedecí en aquello que te complace más y eso es considerarte Único”.

«و ارزقنی من حیث احتسب و من حیث لا احتسبه، انک ترزق من تشاء بغیر حساب» –“Dame el sustento de ahí donde imagino y de donde no imagino, puesto que Tú eres el dador a cualquiera que deseas, sin cuentas”.

Después de terminada la súplica pida a Dios su necesidad.[5]

6. Súplica del Imâm As-Sâdiq (a.s.) que cualquiera que repita 10 veces “¡Îâ Al.lah!” (Oh, Al.lah) se le responde “Te escucho ¿cuál es tu necesidad?”.[6]

7. Súplica del Imâm Ÿa’far As-Sâdiq (a.s.) que cualquiera que diga “Îa Rabb, îâ Al.lah)” (¡Oh, Señor! ¡Oh, Al.lah) en forma continua y sin respirar se le dice “Te escucho ¿cuál es tu necesidad?” [7]

Estas súplicas se encuentran en la obra Mafâtih Al-Ÿinân (Las Llaves del Paraíso) bajo el título de Súplicas Destacadas.

Todas estas súplicas las registró el difunto Shaîj ‘Abbas Qummi en el libro Las Llaves del Paraíso, capítulo quinto.

Claro está es pertinente decir que para las necesidades especiales existen súplicas especiales que para obtener información respecto a éstas puede recurrir a la obra de Las Llaves del Paraíso.

Para más información respecto a la súplica, costumbre y sus condiciones, recurrir al Índice:

(1) Condiciones definitivas para la aceptación de la súplica, preg.983.

(2) Forma para distinguir el beneficio en la súplica, preg.764.