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Después del nombramiento del Profeta (s.a.w.) y hasta tiempo después cuando los límites geográficos del Islam, no traspasaban de una parte de la Península Arábiga, por las escasas relaciones que mantenían los musulmanes y por los contados sucesos importantes en general no causaba problema la falta de fecha bajo el significado de carecer del principio de un período para saber el tiempo y comparar los sucesos ocurridos en las diversas épocas. El año 16, 17 o 18 después de la emigración del Profeta (s.a.w.), el segundo califa reunió a los Compañeros Cercanos de este honorable para consultar con ellos respecto a este problema. Según lo registrado en la obra de historia de Îa’qûbî (fallecido después de 292 d.H.), Tabarî (f.310 d.H.), Mas’ûdî (f.346 d.H.) Ibn Azîr (f.630 d.H.) y Dhahabî (f.748 d.H.), el segundo califa consultó con el Imam ‘Alî (a.s.) quien en esa reunión propuso que la fecha del origen de los musulmanes fuese la emigración del Profeta (s.a.w.) de la Meca a Medina, opinión que fue aceptado por el califa y por todos los musulmanes.
Al escribir la historia y saber el tiempo en que ocurrieron los acontecimientos históricos necesita de una norma y el origen de una fecha. Cuando deseamos escribir un suceso histórico, una de sus prioridades es la determinación de una fecha para que sepamos ese suceso del que tratamos en que época ocurrió. Como ejemplo cuando queremos mencionar la fecha del nacimiento del Profeta (s.a.w.) sin otra alternativa debemos relacionar su nacimiento con algún suceso histórico. O sea debemos decir que el Profeta del Islam (s.a.w.) nació el 17 de Rabî' Al-Auwal del año del elefante. Al mencionar ese suceso, necesitamos de la ocurrencia de un suceso que el “año del elefante”, o sea el año en que el ejército de Abraha fue derrotado, haya sido elegido para determinar el momento de su acontecimiento.
Después de las necesidades de la vida y las relaciones sociales la manera de utilizar la fecha es en este tipo de relaciones. Después del nombramiento del Profeta (s.a.w.) y hasta tiempo después cuando los límites geográficos del Islam, no traspasaban de una parte de la Península Arábiga, por las escasas relaciones que mantenían los musulmanes y por los contados sucesos importantes en general no causaba problema la falta de fecha bajo el significado de carecer del principio de un período para saber el tiempo y comparar los sucesos ocurridos en las diversas épocas. Desde el inicio de la fecha en la Península Arábiga hasta antes del Islam cada generación fue diferente en cuanto a otra generación. Por ejemplo como norma para medir el tiempo utilizaban los sucesos importantes de la expedición de los ejércitos de Abraha para destruir la Ka’bah y la destrucción de este ejército.[1]
Por las causas mencionadas hasta tiempo después del surgimiento del Islam no existió una fecha inicial determinada para los musulmanes y es posible que utilizaban esa fecha del “año del elefante”. Pero después en la época de los califas cuando las fronteras de los países islámicos se extendieron grandemente, y las ordenes gubernamentales y un amplio sistema administrativo se creó para administrar el gobierno, fue entonces cuando se vio necesaria la existencia del inicio de una fecha para organizar las cartas, así como las ordenes del gobierno y otros asuntos.
Según lo registrado en las obras de historia, Abû Mûsâ Ash’arî, en la carta que escribió al segundo califa se quejó de la carencia de una fecha en las cartas del gobierno que le eran enviadas, y dijo: “¡Oh, califa nos llegan cartas de usted sin fecha!”[2]
El segundo califa el año 16[3], 17 o 18[4] después de la emigración del Profeta (s.a.w.) reunió a los Compañeros Cercanos para consultar con ellos para consultar con ellos respecto a este problema.
En esta reunión un grupo dijo: “Usemos la fecha de los persas”, es decir evaluemos los sucesos histórico relacionándolos con los reyes –por ejemplo decir este suceso ocurrió durante el gobierno de tal rey–. Otro grupo dijo: “Hagámoslo como lo hace la gente de Roma”, evaluemos los sucesos históricos relacionándolos con el reinado de Alejandro el Magno. Estas propuestas fueron rechazadas por la junta.
Un tercer grupo propuso: “Establezcamos la fecha con el nacimiento del gran Profeta (s.a.w.)”. Y otros propusieron el día del nombramiento de este honorable, mientras otros la fecha de su fallecimiento. Ninguna de estas propuestas fue aceptada en la junta de los Compañeros Cercanos.
Según lo registrado en la obra de historia de Îa’qûbî (fallecido después de 292 d.H.)[5], Tabarî (f.310 d.H.)[6], Mas’ûdî (f.346 d.H.)[7], Ibn Azîr (f.630 d.H.)[8] y Dhahabî (f.748 d.H.)[9]. , el segundo califa consultó con el Imam ‘Alî (a.s.) quien en esa reunión propuso que la fecha del origen de los musulmanes fuese la emigración del Profeta (s.a.w.) de la Meca a Medina, opinión que fue aceptado por el segundo califa y presentada en las oficinas del gobierno.
Después de esto fue que todos los sucesos importantes islámicos como por ejemplo las batallas en las cuales participó el Profeta (s.a.w.) en especial los sucesos que ocurrieron después de la emigración de este honorable, fueron evaluados con el inicio de esta fecha.
[1]– Tabarî Muhammad Ibn Ÿarîr, Târij Tabarî, t.2, p.392.
[2]– Miskawayah Ahmad Ibn Muhammad, Tiÿârat Al-Umam, t.1, p.413.
[3]– Dhahabî Muhammad Ibn Ahmad, Târij Al-Islâm, t.3, p.16.
[4]– Ibn Kazîr Damishqî ‘Imâd Al-Dîn, Al-Badâîîah wa Al-Nahâîîah, t.3, p.207.
[5]– Îa’qûbî Ahmad Ibn Abî Îa’qûbî, Târij Îa’qûbî, t.2, p.145.
[6]– Târij Tabarî, t.4, pp.38-39.
[7]– Mas’ûdî ‘Alî Ibn Al-Husayn, Murawiÿ Al-Dhahab, t.4, p.300.
[8]– Ibn Azîr ‘Alî Ibn Abî Al-Karam, Al-Kâmil fi Al-Târij, t.1, p.11.
[9]– Târij Al-Islâm, t.3, p.163.