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Muawiya según lo que atestiguan los libros de la Escuela Sunita realizó actos en contra de la ley religiosa, así como múltiples innovaciones tales como, ingerir licor, innovar el llamado a la oración (adhan) de las dos celebraciones, realizar la oración de los viernes el día miércoles y otros. Por ello no habrá que mostrar ninguna tolerancia ni condescendencia hacia él.
Por otra parte, según lo que atestigua la historia el tratado de paz que hizo Hasan (a.s.) con Muawiya no fue hecho con satisfacción ni consentimiento, sino que después de la desunión que provocó Muawiya entre los seguidores del Imam (a.s.) y la seguridad de que serían asesinados esos pocos seguidores del Imam (a.s.) sin ningún beneficio, el Imam (a.s.) aceptó la paz para proteger la religión y la vida de los musulmanes. Tal y como el gran Profeta del Islam (s.a.w.) por las mismas causas aceptó el tratado de paz de Hudaybiyyah con los idolatras y lo aceptó sin considerarlo contradicción con la inmunidad. Entonces la aceptación de una paz a la fuerza también, que sin duda fue para proteger las conveniencias del Islam y de los musulmanes, no se contradice con la inmunidad del Imam (a.s.).
Esta pregunta permite que preguntemos al respetable interrogador ¿cuál es su propósito de realizar una pregunta como ésta? Y el que ¿en busca de qué asunto se encuentra? ¿Acaso con estas justificaciones desea limpiar la personalidad de Muawiya de los asuntos que le son atribuidos? O el que -¿realmente tiene una pregunta respecto al tratado de paz realizado por el Imam Hasan (a.s.), honorable hijo de la hija del Mensajero de Dios (s.a.w.), e ignora si se pueden hacer las paces por otros beneficios más elevados (tales como proteger la religión y la vida de los musulmanes) con una persona que no cree en los fundamentos islámicos? De cualquier forma la Shía sostiene la creencia que mencionar las atestiguaciones es suficiente para comprobar el islam de la gente, pero esto no es causa de que cualquier persona que aceptó el Islam sea fiel a los fundamentos y a los valores de éste. Respecto a Muawiya existen innumerables narraciones a través de las fuentes shi’ítas y sunitas que atestiguan la falta de fidelidad práctica de él hacia los fundamentos islámicos.
En esta corta oportunidad indicamos sólo algunas narraciones transmitidas por medio de los hermanos sunitas:
Ahmad Ibn Hanbal a través de ‘Abul.lah Ibn Buraìdah relata que dijo: “Mi padre y yo fuimos a visitar a Muawiya. Nos hizo sentar sobre una alfombra, después trajeron alimentos los cuales comimos, luego trajeron vino. Muawiya bebió de éste e invitó a mi padre a beber. Pero mi padre dijo: “Desde el momento en que el Profeta (s.a.w.) lo prohibió no he bebido”.[1] Esto fue mientras que el Profeta (s.a.w.) dijo: “El bebedor de vino se asemeja al adorador de ídolos”.[2] Muawiya contrario a la tradición del Profeta (s.a.w.) e incluso contrario a los primeros califas fue alguien que innovó el llamado a la oración de las dos celebraciones.[3] Esto fue mientras que recitar el adhan y el iqamah, a excepción de las oraciones obligatorias, es ilegal, asunto definitivamente aceptado por todas las escuelas jurídicas. Ibn ‘Abbas y Yâbir dijeron: “El Profeta (s.a.w.) nunca recitó el adhan los días de las dos celebraciones, Eid Al-Fitr y Eid Al-Adha (del sacrificio)”.[4] Muawiya realizó la oración del viernes para la gente de Sham el día miércoles. Mas’udí transmite: “La obediencia de la gente de Sham hacia Muawiya había llegado al grado en que Muawiya cuando se dirigió hacia Safin, realizó para ellos el día miércoles la oración de los viernes ”.[5] Y otros asuntos que muestra su falta de fidelidad hacia los fundamentos islámicos.
Acaso desde la opinión de los hermanos sunitas, que se enorgullecen de practicar la tradición del Profeta (s.a.w.) ¿no es asombroso que defiendan a una persona así?
Aun más asombroso es que lo colocaron ante una personalidad de quien el Mensajero de Dios (s.a.w.) menciona la estima que tiene hacia él y el gran número de hadices respecto a su jerarquía que existente en gran número en las obras sunitas y shi’ítas. Nasâî en su obra “Las propiedades de ‘Amîr al Mu’minîn (a.s.)” presentó algunas de éstas por alguna ocasión. Como ejemplo el que el Profeta (s.a.w.) dijo: “Hasan y Husayn son mis dos flores aromáticas en el mundo”. Y “Hasan y Husayn los dos son mis hijos y los señores entre los merecedores del Paraíso”.[6]
Pero si el propósito del interrogador es conocer las causas por las cuales el Imam Hasan (a.s.) hizo las paces con Muawiya y a través de este medio y el que el Imam (a.s.) no hace las paces con personas así, quiso mostrar equivocada la opinión de los shías respecto a Muawiya. En forma resumida indicamos que después del martirio de ‘Alî (a.s.), el Imam Hasan (a.s.) llegó al imamato. Desde los primeros días, el problema más grande del Imam Hasan (a.s.) fue Muawiya y sus agentes, puesto que él después de que el Imam Hasan (a.s.) llegó al imamato no dejó de intrigar y mostrarse obstinado hacia este inmaculado (a.s.), se opuso a Hasan (a.s.) a quien el Profeta (s.a.w.) había dicho claramente que sería el Imam y llevaba consigo el pacto de fidelidad de la gente. El Imam Hasan (a.s.) envió a Muawiya cartas dándole un ultimátum las cuales se encuentran registradas en los textos de la historia.[7] Pero estas cartas y consejos no hicieron efecto y Muawiya acompañado de su ejército se dirigió hacia Irak con el propósito de atacar. El Imam (a.s.) con grandes esfuerzos y sacrificios de algunos de sus seguidores pudo alistar un ejército para enfrentarlos, pero ese ejército, que carecía de una fe firme, no puedo resistir ante las promesa mundanales de Muawiya, y el comandante del ejército del Imam (a.s.) acompañado de un gran grupo se adhirió al ejército de Muawiya.[8] El Imam (a.s.) al observar toda esta infidelidad nuevamente habló con sus seguidores para que se enfrentaran ante Muawiya pero no estaban preparados para algo así, hasta que finalmente dijo: “Entendí que la mayoría quiere la paz. No me agrada obligarlos a aquello que les disgusta. Así para proteger la vida de ese poco número de mis shi’ítas, retraso este enfrentamiento para otros días (hago las paces). En verdad que la decisión de Dios varía”.[9] Considerando estas condiciones y la desunión creada por Muawiya, así como el fastidio de la gente por la guerra, se hicieron las paces en forma indeseada, que concuerda con la inmunidad del Imam (a.s.) y carece de una justificación para la parte opuestas. ¿Cómo podía ser contradictoria con la inmunidad del Imam (a.s.) mientras que su gran ancestro, es decir el Mensajero de Dios (s.a.w.) por la villanía de los negligentes y de los idólatras de la Meca, que por casualidad en esa época Muawiya y su padre Abu Sufîan también se encontraban en las filas opuestas y en el frente de los paganos[10], aceptó el tratado de paz de Hudaybiyyah con los idólatras?”[11] Pero no existe ni existirá ninguna duda en que el Profeta haya aceptado la paz, y no sea inmaculado por haber hecho las paces con los idólatras (los idólatras que abiertamente adoraban a los ídolos) entonces ¡los idólatras son musulmanes y creyentes! ¡¿Acaso este tratado de paz no fue por otros beneficios más importantes (protección del Islam y de la vida de los musulmanes)?! Y no puede por un beneficio que tiene una importancia fundamental ¿realizarse un acto así? Y ¡¿acaso no se justifica el acto del Profeta (s.a.w.) a este respecto?!
Una deducción tan evidentemente ridícula pero dolorosa que algunos al hacer este tipo de preguntas y de crear este tipo de dudas absurdas, pretendan con ello desviar a los jóvenes creyentes y firmes del sendero verdadero que tienen, y llevarlos a la perdición.
[1]– Musnad Ahmad, t.6, p.476, h.22433.
[2]– Ibn Mundhir, Al-Targib wa Al-Tarhîb, t.3, p.102, según lo transmitido en “El suceso de ‘Ashura” y respuestas a las dudas, ‘Alî Asgar Ridwânî, p.56.
[3]– Suyuti Târij Al-Julafâ, p.187.
[4]– Sahih Al-Bujari, t.10, p.327, h.917.
[5]– Masudi, Muraviÿ Al-Dhahab, t.3, p.42.
[6]– Jasâ’is Nisâ’î, pp.106-108.
[7]– Rasûlî Mahalâtî Sayyid Hashim, Biografía del Imam Hasan Muÿtabâ (a.s.), pp.202-210.
[8]– Ídem, p.214.
[9]– I’lâm Al-Hidâîah, biografía del Imam Hasan (a.s.), p.147, según lo transmitido en Ajbâr Al-Tuwwâl, p.221.
[10]– Ridwânî ‘Alî Asgar, El suceso de ‘Ashura, p.54.
[11]– Shahid Mutaharî, El Profeta Iletrado, p.27.