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El propósito de “descendiente de Imâm”, es el hijo o los nietos de los Inmaculados Imâmes (a.s.). Pero comúnmente llaman así también al lugar del santuario de estos generosos.
En numerosas narraciones del gran Profeta (s.a.w.) y de los Inmaculados Imâmes (a.s.) dice que, respeten a los descendientes del Profeta (s.a.w.), y en este acto existe una gran recompensa.
Respetar a los descendientes del Profeta (s.a.w.) comprende respetarlos después de su fallecimiento, respetar sus tumbas y santuarios, y visitar, reparar, limpiar y perfumar esos lugares.
Claro está debemos siempre tomarse en cuenta dos puntos:
1. Las recomendaciones correspondientes al respeto de la descendencia del Profeta (s.a.w.) comprende sólo a los hijos verdaderos de este generoso, y eso en caso de que durante lo largo de su vida hayan imitado la conducta y seguido el método del Profeta (s.a.w.).
2. Hoy día algunos codiciosos presentan falsamente lugares como tumbas de los descendientes de los Imâmes (a.s.), que en caso de no dar fin a estos abusos, dañarán fuertemente a la religión.
El difunto Muhadiz Qumî (r) dijo: “Para que un hijo de Imâm (a.s.) tenga crédito y sea respetado, deberán evidenciarse dos puntos:
(1) Deberá estar relacionado con uno de los Imâmes (a.s.).
(2) Además de estar relacionado deberá haberse comprobado su grandeza, bondad y acercamiento hacia Dios. De lo contrario sólo se le recitará la Sura Al-Fātiĥa [1] como en cualquier otro panteón de los musulmanes. De cualquier manera faltar respeto a los descendientes famosos de los Imâmes (a.s.) no es correcto”.
El propósito de “descendiente de Imâm”, es el hijo o nietos de los Inmaculados Imâmes (a.s.) que sea descendiente del Profeta (s.a.w.) a través de un mediador. Pero comúnmente llaman así también al lugar del santuario de estos generosos.
En numerosas narraciones del gran Profeta (s.a.w.) y de los Inmaculados Imâmes (a.s.) dice que, respeten a los hijos y descendientes del Profeta (s.a.w.).[1] El gran Profeta (s.a.w.) dijo: “Aquél que respete a mis descendientes, en realidad me respetó a mi”.[2]
El Imâm Ridâ (a.s.) dijo: “Observar a nuestros hijos es adoración”. Una persona preguntó a este generoso: “¿Acaso observar a vuestros hijos que son Imâmes es adoración?” El Imâm (a.s.) respondió: “Inclusive observar a todos los hijos del Profeta (s.a.w.) es adoración, mientras que no se hayan alejado de la conducta, sigan el método del Profeta (s.a.w.) y no se hayan contaminado con el pecado”.[3]
Respetar a los hijos del Profeta (s.a.w.) y a su descendencia, incluye también el respeto mientras estén con vida así como después de su fallecimiento. La orden del Islam dice: “Visitad las tumbas de vuestros muertos y enviad saludos para ellos…”.[4]
Uno de los caminos para respetar a ese grupo de descendientes del gran Profeta (s.a.w.) que fallecieron, es respetar sus tumbas y santuarios.
Por lo tanto reparar, limpiar, perfumar y… estos lugares, es una forma de respeto hacia los dueños de esas tumbas, puesto que provoca la grandeza de los dueños de éstas, y mayor deseo en la gente para visitar esos lugares.[5]
Aquí es necesario poner más atención en el punto indicado en la narración, y este es que todas estas recomendaciones corresponden a los hijos verdaderos de este generoso (s.a.w.), es decir aquellos que sin mediador o con mediador descienden de la célula germinal del Profeta (s.a.w.) y durante lo largo de sus vidas nunca se alejaron del sendero, de la conducta ni del método de este generoso.
Otro punto es que hoy día, algunos codiciosos y oportunistas presentan falsamente lugares como tumbas y monumentos santos de los descendientes de los Imâmes (a.s.), que en ocasiones inclusive no existe muerto en esos lugares. O en caso de que exista algún cuerpo no corresponde a uno de los descendientes del Profeta (s.a.w.). En estos casos habrá que tener cuidado para finalizar con estos abusos.
Atendiendo estos dos puntos, nuestra obligación se evidencia respecto a los descendientes del Profeta (s.a.w.) que ¿acaso habrá o no que respetar a todos los descendientes del Profeta (s.a.w.)? El difunto Muhadiz Qumï a este respecto dijo: “Primero deberá ser evidente la ascendencia del hijo del Imâm (a.s.), es decir en los libros correspondiente de esta técnica encontrar la relación de él con uno de los Imâmes (a.s.). Segundo: Además de estar relacionado con el Imâm (a.s.) deberá haberse comprobado su grandeza, bondad y acercamiento hacia Dios desde la perspectiva de la historia y del estudio de de los narradores (‘ilm riÿâl). En cualquier lugar que estos dos asuntos existan, como por ejemplo el honorable ‘Abdul ‘Adzîm (en el ciudad de Rey, Irán), la honorable Ma’sumah (Qom, Irán), el honorable Saîîed Muhammad (en el camino a Samara, Iraq), el honorable Shâh Chiraq (Shîrâz, Irán) y otros es necesario respetarlos, y visitarlos tiene una gran recompensa. Pero si este asunto no fuese evidente, la persona puede sólo recitar la Sura Al-Fātiĥa [1] y leer Corán como en el panteón de los musulmanes, y pedir a Dios perdón por aquellos que se encuentran enterrados en ese lugar.
De cualquier manera faltar respeto a los descendientes famosos de los Imâmes (a.s.) no es correcto, y ahí donde se compruebe que no hay bases ni fundamentos correctos, en este caso faltarles al respeto tampoco es correcto, y es suficiente decir a la gente que ahí no está enterrado ningún descendiente del Profeta (s.a.w.). [6]
[1]– Muhadiz Nûrî, Mustarak Al-Wasâ’il, t.12, p.376.
[2]– Ídem.
[3]– Wasâ’il Al-Shî’ah, t.12, p.311.
[4]– Bihâr Al-Anwâr, t.79, p.64.
[5]– Explicar los beneficios de la visita a las tumbas demanda otra ocasión. Para más información respecto a los beneficios de llorar y visitar las tumbas, ver: Índice, Los sollozos de los peregrinos del Panteón de Baqi’ (en Medina), pregunta 171.
[6]– Ver: CD, Preguntas, respuestas de la Fundación Informática Tabîân, y Dar Rahe Haq.