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El ser humano es una criatura con obligaciones, y lo que requieren sus obligaciones es el envío de Profetas por parte de Dios para que anuncien las obligaciones a cumplir y los mandatos a realizar, de lo contrario la obligación no tiene significado.
El Generoso Corán en las diversas aleyas dice que en cualquier lugar que habitó una tribu o grupo fue enviado un Profeta por parte de Dios para guiarlos. Claro está el Generoso Corán sólo menciona un número limitado de los nombres de esos Profetas, como donde dice: «Y [hemos enviado] Mensajeros de los que te hemos relatado su historia anteriormente y otros Mensajeros de los que no te hemos relatado…».[i] Es decir, ¡Oh, Profeta! Nosotros sólo mencionamos algunos de los nombres de los Profetas para ti, no todos ellos.
Los teólogos aceptan también que cada tribu y comunidad contaba con religión. Pero puesto que Dios Sublime quiere instruir a la gente a través de las historias de los Profetas, sólo mencionó las historias de los Profetas de la región del medio oriente que la gente podía ir y ratificar lo registrado en el Corán.
Dios creó al ser humano y lo benefició de innumerables bendiciones tales como las bendiciones del intelecto, el pensamiento y la razón. Y ante las innumerables bendiciones que le otorgó le pidió realizar las obligaciones, aunque estas obligaciones también por sí son de las bendiciones Divinas más grandes.
Lo que requieren sus obligaciones es el envío de Profetas por parte de Dios para que anuncien las obligaciones a cumplir y los mandatos a realizar, de lo contrario la obligación no tiene significado
Los Profetas Divinos fueron hombres instruidos, comisionados por parte de Dios para anunciar las órdenes y los mandatos de Dios así como para guiar a los seres humanos. La costumbre de Dios era así que entre cada grupo y tribu elegía a una persona para guiarlos. Al igual que en el Generoso Corán dice: «Ciertamente, Nosotros [elegimos y] enviamos a cada comunidad un Mensajero».[1] Este contenido existe también en otras aleyas del Generoso Corán.[2] Entonces es cierto que en cualquier lugar del mundo en el que vivió una tribu fue elegido un Profeta para guiarlos[3], pero en las aleyas coránicas y en las narraciones de los Inmaculados Imâmes (a.s.) no fue mencionado el nombre de todos ellos. En forma general en algunas de nuestras narraciones dice que Dios envió “ciento veinte cuatro mil Profetas” y en otras dice que “ocho mil Profetas” acompañados de milagros y argumento para guiar a la gente.[4] El Generoso Corán sólo menciona 25 de los Profetas Divinos, es posible que en las narraciones se hable de ese mismo número de Profetas o menos. Existe una gran diferencia entre estos veinticinco Profetas y cieno veinticuatro mil, u ocho mil Profetas que está registrado en las narraciones como el número de los Profeta. Es el Corán que en una parte dice: «Y [hemos enviado] Mensajeros de los que te hemos relatado su historia anteriormente y otros Mensajeros de los que no te hemos relatado…».[5] Y en otra parte dice: «En verdad, antes de ti habíamos enviado Mensajeros. De algunos de ellos te hemos hablado y de otros no te hemos hablado…».[6] Y todo esto puede confirmar lo que aseguran los teólogos de que entre todas las tribus, existió una religión.
Robert Hume en el libro de Las religiones vivas del mundo, dice: “En la historia de la humanidad nunca existió una tribu que no tuviese religión”. El dijo: “La religión es una concesión fundamental otorgada a la humanidad (en relación a los animales)”.[7] Naturalmente habrá que hacer diferencia entre las religiones vivas del mundo y las religiones que hoy día han desaparecido. El dijo: “Asia es el lugar de nacimiento de todas las religiones vivas del mundo”.[8] Pero menciona el número de las religiones muertas en otras partes del mundo que prueba que los Profetas, como poseedores de la religión Divina, existieron en todos los lugares en los cuales el ser humano habitó. El dijo: “…en la antigüedad las religiones en Egipto en África, las religiones en México y Perú en América y otras…”.[9]
Entonces sin duda existieron numerosos Profetas que Dios no menciona en el Corán.[10] Y lo registrado en el Generoso Corán es sólo la historia de los Profetas que existieron en la región del medio oriente. Posiblemente el propósito del Corán al mencionar a este grupo de Profetas fue para que la gente aprovechara las enseñanzas de la historia de estos. Puesto que la única historia y obras de sus tribus se encontraba a disposición de la gente de esa época y era más fácil para la gente de entonces conocerlos. Basándonos en esto el Corán ahí donde menciona el nombre de estos Profetas invita a la gente a ver las obras y los restos de la cultura de las tribus que los negaban, y dice: «¡Viajad, pues, por la Tierra y ved cuál fue el final de los desmentidores!»[11], y tomad lección de estos. Por ello, si el Corán relata más la historia de Moisés (a.s.) es por la necesidad de mencionarla para aleccionar a los demás, y por los enfrentamientos que los musulmanes tenían con la gente del Libro.
Esta posibilidad se da también que, el surgimiento de las diversas culturas fue en el medio oriente, y según lo dicho por los arqueólogos e historiadores de la cultura de las tribus y naciones, los primeros especímenes tomaron forma en esa región, demandando así la necesidad del nombramiento de los Profetas en esa región.
Claro está habrá que poner atención en que numerosas condiciones y consideraciones son dignas de ser tomadas en cuenta en la elección del Profeta, que Dios creador de los Profetas es el más sapiente de la causa de estos. Tal vez pueda decirse que los hombres de la religión, los hombres de Dios y aquellos que están preparados para aceptar la invitación Divina se desarrollaron más bien en tierras, tales como: Palestina, la Península Arábiga, la Meca y Medina. Como, por ejemplo en Grecia, era un lugar adecuado para el desarrollo de la filosofía. De cualquier manera, esto es un asunto Divino y Dios es el más sabio de ello. Sea lo que sea y por cualquier razón que sea, estos Profetas que son recordados en el Generoso Corán, surgieron en esas regiones bendecidas, y no existe discusión alguna en que todas las grandes religiones existentes en el mundo actual nacieron en el medio oriente, y durante siglos continuos absorbieron a las demás religiones e invitaron a los seguidores de esas religiones a seguirlos. Aunque hoy día el cristianismo cuenta con innumerables adictos en todo el Continente Europeo y Americano, pero indudablemente el origen de su surgimiento, tales como todas las religiones derivadas de Abraham (a.s.) fue en Asia y en particular en el medio oriente. Esto no significa que los Profetas Divinos no estuvieron en otras partes del mundo, y si hoy día, fuera de estas grandes religiones, no se encuentra otra religión no quiere decir que nunca existieron, sino que con las investigaciones definitivas históricas se comprueba la existencia de Profetas Divinos fuera de Asia y del medio oriente, asunto aceptado en forma definitiva. Hoy día perfectamente se pueden ver señales del monoteísmo (aunque en forma débil o alterada) en las tribus de los desiertos o los indios del Continente Americano que son muestra de las enseñanzas de los Profetas Divinos.
Entonces en base a esto, desde el inicio de la creación en cualquier lugar que existió el ser humano Dios envió numerosos Profetas para anunciarles sus obligaciones, pero en los Libros Celestiales no fueron mencionados en forma detallada los nombres y la historia de todos ellos. Por ejemplo en el Corán no fueron mencionados, y claro está, tomando en cuenta los propósitos que el Corán perseguía, este asunto no era necesario.
[1]– Sagrado Corán 16:36.
[2]– Sagrado Corán (35:24), (17:15), (20:134).
[3]– Además de la Sabiduría y Justicia Divina su necesidad es la guía de toda y cada una de las naciones en cada época y generación.
[4]– Bihâr Al-Anwâr, t.11, p.21.
[5]– Sagrado Corán 4:164.
[6]– Sagrado Corán 40:78.
[7]– Robert Hume, Las religiones vivas del mundo, p.17.
[8]– Ídem, p.30.
[9]– Ídem, p.29.
[10]– Misbâh Ÿazdî Muhammad Taqî, Enseñanzas de las Creencias, p.237.
[11]– Sagrado Corán 16:36.