La narración en cuestión fue mencionada en la obra “Mîzân Al-Hikmah” de la obra “Al-Gaîbah” de Na’mânî, y lo original es así que el respetado Na’mânî tocante a la postura de los shías cuando surja el Oculto (a.ÿ.) transmite de Ibrâhîm Ibn ‘Abdu Al-Hamîd que dijo: “Alguien que escuchó del Imam Sâdiq (a.s.) me informó que este honorable dijo: “Cuando el Oculto (a.ÿ.) surge, aquél que suponía que es de los seguidores de este honorable, abandonará la obediencia del Imam (a.ÿ.). Y algunos tales como adoradores del Sol y la Luna aprobarán la tutoría de este honorable”.[1]

Este hadîz a pesar de que sus transmisores son seguros es “mursil” ya que el transmisor del hadîz (Ibrâhîm Ibn ‘Abdul Hamid que fue uno de los compañeros cercanos del Imam Kâdzim a.s.) lo transmite de alguien que lo escuchó del Imam Sadiq (a.s.) sin mencionar el nombre de esa persona. Por ello este hadîz desde la perspectiva de su sanad (documento fiable que lo respalda) es mursil (o sea se desconoce el primer transmisor).

Pero desde la perspectiva de su implicación textual, la narración indica que en el momento del surgimiento del Imam Oculto (a.ÿ.) un grupo de shías que suponían ser de los compañeros y partidarios del Imam Mahdî (a.ÿ.), y ellos mismos se consideraban de los seguidores de este honorable, se apartan de la tutoría del Imam (a.ÿ.). Es decir no soportan la tutoría de este honorable. Pero en su lugar un grupo de incrédulos que según la narración: “…como adoradores del Sol y la Luna” (es decir politeístas), se percatan y distinguen la verdad, se adhieren al grupo de compañeros y seguidores verdaderos del Imam Mahdî (a.ÿ.), prestándole su ayuda.

Por lo tanto aparentemente la narración se refiere a aquellos que pretenden tener fe y tener la tutoría de este honorable (a.ÿ.) pero cuando viene el momento de la prueba y llega el tiempo de actuar, no aguantan la tutoría ni soportan obedecer las órdenes del Imam (a.ÿ.), y no sólo no llegan a salvarse con el surgimiento del Imam de la Época (a.s.) sino que muchas veces llegan a la perdición, e incluso se enfrentan y luchan en contra del ejército de la Verdad. En su lugar algunos de los pobres de intelecto (incrédulos y politeístas) que verdaderamente se habían visto afectados por las injusticias, al observar el gobierno justo de este honorable tienen fe en él, aceptan la tutoría del Imam (a.ÿ.) convirtiéndose en sus seguidores.

Claro está el difunto gran sabio Maÿlisî transmitió esta narración respaldándose en los mismos documentos fiables, pero con algunos pequeños cambios:

“Cuando surge el Oculto (a.ÿ.) aquellos que imaginaban ser de los seguidores de este honorable, se desvían de ese sendero adhiriéndose al grupo de los adoradores del Sol y la Luna (se convierten en politeístas)”.[2]

Es decir los falsos creyentes no verdaderos, no sólo no ayudan al Imam Mahdî (a.ÿ.) sino que se apartan del Islam adhiriéndose a las filas de los politeístas y enemigos.

En realidad esta narración indica las numerosas dificultades y tragedias de la época del surgimiento, que en caso de que el ser humano no se encuentre armado de la devoción y no se coloque bajo la protección de la verdadera fe y de los buenos actos, se extraviará.