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El asunto del matrimonio y el número de esposas del Profeta del Islam (s.a.w.) ha sido muy preguntado, pero habrá que decir que:
Primero: antes de que fuese revelada la orden de prohibición de matrimoniarse con más de cuatro mujeres, el Profeta (s.a.w.) ya las había tomado.
Segundo: todos los matrimonios del Profeta (s.a.w.) fueron con elevados propósitos tales como salvar a algunas mujeres (Saudah y Umm Habibah hija de Abû Sufîan) de caer en las garras de tribus incrédulas y politeístas, para fortalecer las relaciones con las grandes tribus árabes y atraer su ayuda (el matrimonio con ‘Aîshah y Hafsah), proteger el rango y el honor de algunas de las mujeres distinguidas (Zaînab Bint Yahish), compensar las molestias, terminar con las preocupaciones y cuidar a sus huérfanos (Umm Salmah), anular la orden de la época de la ignorancia respecto a matrimoniarse con la esposa de su ahijado (Zaînab Bint Yahish), poner en libertad a los presos de guerra y fortalecer los fundamentos del Islam en las tribus no musulmanas (Yuwaîrîîah y Safîîah) y otras.
Nuestro testigo es aquel que la mayoría de las esposas del Profeta del Islam (s.a.w.) fueron mujeres viudas y de edad avanzada.
De lo mencionado puede entenderse que si Dios Sublime permitió al Profeta (s.a.w.) matrimoniarse con más de cuatro mujeres, fue por los beneficios importantes que arriba mencionamos. Además esta ley es permitida para alguien que no abuse de ella, y nuestro testigo es el comportamiento y la vida de este honorable que a pesar de las posibilidades de desposarse con jóvenes bellas, se dio por satisfecho con mujeres de edad. Entonces por el elevado rango del Profeta del Islam (s.a.w.) y el beneficio que existía algunos mandatos y autoridades fueron exclusivos de él como ejemplo de estos fue el permiso de poder tener más de cuatro esposas.
El asunto del matrimonio y el número de esposas del Profeta del Islam (s.a.w.) es un asunto muy preguntado. Para evidenciar la verdad de este asunto es necesario poner atención en los siguientes puntos:
1. El número de esposas del Profeta (s.a.w.):
Hubieron algunos que exageraron en sus palabras respecto al número de esposas que tuvo el Profeta (s.a.w.). Hâkim en la obra Mustadrak lo hizo llegar hasta 18 mujeres, pero el autor de la obra Imtâ’ Al-Asmâ’ consideró 15 mujeres. El Profeta (s.a.w.) entre estas 15 mujeres, con cuatro de ellas se contentó con realizar el contrato matrimonial (sin mantener relaciones con ellas).[1]
Ibn Ishâq mencionó a 13 mujeres como esposas de este Hadrat que se dio por satisfecho en realizar el contrato matrimonial con dos de ellas, y otras dos de sus esposas fallecieron mientras el Profeta (s.a.w.) se encontraba aún en vida. Cuando este gran hombre falleció, 9 mujeres llamadas “’Aîsah”, “Hafsah“ “Umm Habibah”, “Umm Salmah“, “Saûdah“, “Zaînab Bint Yahish“, “Maîmunah”, “Safîîah” y “Yuwaîrîîah” se encontraban en su casa.[2]
2. Algunos puntos respecto a los matrimonios y las esposas del Profeta (s.a.w.):
· El Profeta (s.a.w.) hasta la edad de los 50 ó 53 años fuera de ·”Jadiÿah” no tomó a ninguna otra mujer como esposa.[3]
· La mayoría de las esposas del Profeta (s.a.w.) antes de matrimoniarse con él ya se habían casado antes (eran viudas o divorciadas).
· El Profeta (s.a.w.) no se matrimonió con ninguna mujer de la tribu de los Ansâr.[4]
· Todas las mujeres de este Hadrat antes de que fuese revelada la aleya prohibiendo más de cuatro esposas a finales del año 8 d.H.L. en Medina[5], ya se había desposado con ellas.[6]
· El Profeta del Islam (s.a.w.) por gozar de las especialidades propias de sí mismo, por una parte y por entrar al elevado rango de la profecía, y ser el intermediario de la gracia y el favor entre el Creador Sublime y sus siervos, tuvo algunos de los mandatos y autoridades exclusivos de sí mismo tales como ser el sello de los Profetas, tener la obligación de realizar la oración de la noche (a pesar de que para los demás no lo es), gozar del permiso para desposarse con más de cuatro mujeres y otros, que Dios Sabio lo legisló por los valiosos beneficios y los propósitos de este mandato para el Profeta y el Mensajero del Islam (s.a.w.) en sus diversos matrimonios cumplía los deseos Divinos.
3. Los motivos y las filosofías en los matrimonios del Mensajero de Dios (s.a.w.):
Considerando lo dicho se evidencia que los matrimonios del Profeta (s.a.w.) no fueron por diversión, puesto que si este generoso buscase diversión lo hubiese hecho durante su juventud, mientras que hasta la edad de los 25 no había elegido esposa, y después de ello también contrajo matrimonio con Jadîÿa (s.) que había quedado viuda por segunda vez y era 15 años mayor que él. Pero hasta el último momento de vida de esta devota mujer (a los 53 años del Profeta) no se desposó con ninguna otra mujer. Después de que Jadîÿah (s.) falleció la mayoría de sus esposas fueron viudas. Se desposó con Umm Salmah que era una mujer mayor de edad, tenía hijos de su esposo fallecido y no tenía deseos de casarse. Así también Zaînab Bint Yahish tenía 50 años y Maîmûnah 51 años cuando el Profeta (s.a.w.) se caso con ellas.
Dos de sus esposas fueron de sus esclavas, que primero las puso en libertad y luego se casó con éllas. Si el propósito del Profeta (s.a.w.) hubiese sido placer, sin haberlas tomado como esposa hubiese podido gozar con ellas, sin la necesidad de ponerlas en libertad ni de desposarse con ellas.
Por lo tanto el Profeta del Islam (s.a.w.) tenía propósitos sublimes de estos matrimonios, que a continuación mencionamos algunos de éstos:
A) Propósitos políticos-sociales:
El gran Profeta (s.a.w.) se casó con ‘Aîshah hija de Abû Bakr de la tribu de Taîîm, Hafsah hija de ‘Ummar de la tribu de ‘Adî, Umm Habîbah hija de Abû Sufîân de los Bani ‘Umaîîah, Umm Salmah de los Banî Majzûm, Saûdah de los Banî Asad, Maîmunah de los Banî Halâl y Safîîah de los judíos de Jaîbar, para incrementar la unión y amistad entre las tribus y el Profeta (s.a.w), y disminuir la enemistad y el sabotaje de ellos hacia los musulmanes y hacia la invitación del Profeta.
Estos numerosos matrimonios del Mensajero de Dios (s.a.w.) ocurrieron en situaciones difíciles y críticas (en especial después de la Batalla de Uhud que tuvo un muy desagradable resultado para los musulmanes). Y después de la conquista de La Meca (espléndida victoria de los musulmanes) ya no contrajo más matrimonios. Si de la tribu de los Ansâr y de los musulmanes de Medina no tomó esposa fue porque no tenían programado dar la espalda a la protección del Profeta (s.a.w.).
El gran Mensajero (s.a.w.) para amparar a las mujeres desprovistas y administrar sus vidas en especial en las condiciones críticas en las que se encontraban al inicio del Islam, para proteger a estas mujeres recurrió al recurso de la poligamia y estimuló a los musulmanes, según sus posibilidades, para que tomaran como esposas a las mujeres desamparadas que tenían huérfanos y las llevaran a sus casas, y salvarlas del sufrimiento de la falta de un tutor, de la soledad, de la pobreza y de complejos psíquicos. El mismo fue pionero en este asunto importante, y se casó con algunas mujeres viudas, sin tutor y con huérfanos para ser un buen modelo para los demás.
B. Liberación de las esclavas
El Mensajero de Dios (s.a.w.) utilizó diversos métodos para poner en libertad a los presos que uno de estos fue el matrimonio. Yuwaîrîîah y Safîîah fueron esclavas y el Profeta (s.a.w.) las puso en libertad, y después se matrimonió con ellas y así enseñar a los musulmanes que pueden casarse con las esclavas. El matrimono del Profeta (s.a.w.) con Yuwaîrîîah provocó que muchas esclavas fuesen puestas en libertad.
C) Para salvar a las mujeres musulmanas del domino de los parientes politeístas e incrédulos:
Algunas de las mujeres que eran musulmanes por la muerte o el martirio de sus esposos, o por la apostasía de estos quedaron desprovistas volviéndose la vida muy difícil para ellas, viviendo en una situación muy confusa. Tal y como Umm Habîbah hija de Abû Sufîân. Cuando el Mensajero de Dios (s.a.w.) se enteró de su problema se casó con ella con la intervención del Negus, Ashama ibn Abjar, rey de Habasha (actual Etiopía) y mientras que la dote de las demás esposas del Profeta (s.a.w.) había sido de 400 dírham (moneda de plata), la dote de Umm Habîbah fue determinada en 400 dinar (moneda de oro), es decir 10 veces mayor que la dote de las otras mujeres, acto que comprueba que el Profeta (s.a.w.) quería salvarla a través de este matrimonio, y evitar que regresara al regazo de sus parientes incrédulos y politeístas, y al mismo tiempo disminuir la gran preocupación de ella por las calamidades ocurridas.
D) Para rechazar las costumbres erróneas de la época de la ignorancia
En el Islam el ahijado no tiene el dictamen de un hijo propio y la esposa del ahijado no es íntima para el padrino. Mientras que en la época de la ignorancia consideraban al ahijado como un hijo propio, y su esposa era íntima para el padrino. El Islam anuló este mandato.[7]
El Mensajero del Islam (s.a.w.) por orden de Dios Sublime se casó con Zaînab Bint Yahish, divorciada de su ahijado Zaîd Ibn Harizah para anular esta práctica de la época de la ignorancia. Tal vez si este matrimonio no hubiese sucedido Zaîd Ibn Harizah después de la muerte del Profeta (s.a.w.) hubiese sido presentado como hijo de este honorable, y el sendero de la herencia, del Imâmato y de la Gente de la Casa del Profeta (s.a.w.) hubiese cambiado. Existía la posibilidad de que dijesen a Zaîd: “Tú eres el heredero del Mensajero de Dios (s.a.w.) y tú debes ser el califa de los musulmanes”, o “El califato es tu derecho y entrégalo a quien tú desees” u otros. Otros beneficios de este matrimonio fueron anular dos órdenes y prácticas de la época de la ignorancia. Uno la prohibición de desposarse con la esposa divorciada del ahijado, y otro la práctica errónea de considerar malo el desposarse con la mujer divorciada de un esclavo liberado.
Además de los propósitos mencionados pueden indicarse otros propósitos importantes para los matrimonios del Profeta (s.a.w.).
Tomando en cuenta la enaltecida jerarquía y los elevados propósitos del generoso Profeta del Islam (s.a.w.) no queda ninguna duda de que los matrimonios de este Hadrat de ninguna manera son comparables con los matrimonios de los demás seres humanos, y Dios Sublime, poniendo atención en las especialidades y pesadas obligaciones que fueron colocadas sobre los hombres de este honorable, le dio tales autoridades a Su Mensajero. Es probable que si existiesen otras personas con estas especialidades y obligaciones se les hubiese otorgado también estos mandatos y autoridades.
[1]– Imtâ’ Al-Asamâ’, t.6, p.92.
[2]– Rafî’ Al-Dîn Ishâq Ibn Muhammad Hamdânî, La conducta del Mensajero de Dios (s.a.w.), p.549.
[3]– El Profeta (s.a.w.) a los 25 años se casó con Hadrat Jadîÿah que en ese entonces contaba con 40 años de edad, viuda por segunda vez. El vivió con Jadiÿah durante 25 o 28 años, sin haber tomado a otra ninguna mujer como esposa.
[4]– Tabaqât, t.8, p.132 en adelante; Al-I’lâm Zarkulî, t.7, p.342. El Profeta (s.a.w.) se casó con mujeres de las tribus importantes árabes tales como la tribu de Taîîm, ‘Adî y Banî Umaîîah, así también con de la tribu de los judíos de Medina (Yuwaîrîîah hija de Hâriz Ibn Abî Darâr de la tribu de Banî Mustalaq) pero no tomo mujer de la tribu de los Ansâr.
[5]– An-Nisā’ 4:3.
[6]– El último matrimonio del Profeta (s.a.w.) fue durante el suceso de ‘Umrat Al-Qadâ (عمرة القضا) el año 7 d.H.L.
[7]– Al-Aĥzāb33:37.