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Significado lingüístico y terminológico del vocablo “tamazzal”: “Tamazzal” significa personificarse ante alguien, imaginar y figurar algo para alguien, asimilarse a algo, imaginarse. El propósito de tamazzal (encarnar) en la aleya que estamos analizando es que el Ángel Divino se presenta en forma de un ser humano ante María (s.), y María (s.) supuso que tanto la conducta como el aspecto de éste eran las de un ser humano. Claro está Gabriel sólo desde la perspectiva de su aspecto y forma externa era semejante al ser humano, no el que verdadera y realmente fuese un ser humano; puesto que este significado requería una transformación y un cambio en su esencia, siendo esto algo imposible.
En el generoso Corán el vocablo tamazzal (presentarse) sólo se encuentra en la aleya 17 de la Sura Maryam [19], pero en las narraciones islámicas y demás fuentes fue expuesto en repetidas ocasiones y en amplia forma, tal y como cuando toma cuerpo el Demonio, el mundo, los bienes, el hijo, los actos del hombre y también cuando el Corán se corporiza en el Paraíso.
Respecto al asunto de la encarnación es posible que se presenten algunas dudas. A continuación se indican tres objeciones y la respuesta a éstas:
1. En el asunto de la encarnación existe una posibilidad de equivocación en lo percibido, por ello ¿cuál es la norma de la veracidad de los sentimientos de la persona que percibe? Respuesta: la norma de la veracidad del asunto en los asuntos mentales, es la concordancia de ésta con la cosa en sí, que ésta comprende la existencia externa tangible.
2. ¿Acaso fuera del Profeta (s.a.w.) y de su sucesor alguien más puede ver al ángel y a Gabriel, y puede entrar en el mundo angelical?
Respuesta: De algunas aleyas coránicas y fuentes islámicas se deduce que el ser humano puede llegar al mundo angelical, puesto que en la aleya 185 de la Sura Al-‘Arāf (7), Dios Sublime reprocha, estimula e instiga que, por qué no se fijan en el mundo angelical y lo intrínseco de éste. Además los místicos dicen: En el ser humano existe mérito y capacidad para ascender al elevado mundo angelical, y la presentación en forma de cuerpo de Gabriel ante María (s.) es un ejemplo evidente de esto, puesto que María no fue “Profeta” ni tampoco “sucesor” de él, sino que sólo fue una de las santas Divinas.
3. ¿Acaso el retorno (raÿ’a) del mundo oculto al mundo de la naturaleza, no es la reversión de la perfección hacia la imperfección, y no se contradice esto con la teoría del movimiento sustancial de Moulâ Sadrâ expuesta en la filosofía?
Respuesta: El retorno del mundo oculto al mundo de la naturaleza es imposible cuando una existencia con un movimiento sustancial haya sido perfeccionada y haya llegado a la actividad deseada, quiera perder y destruir esa perfección; por ello en la presentación de un cuerpo y parecido a esto (riÿ’at –retorno) este significado imposible no se vuelve necesario, sino que esa existencia protegiendo toda las perfecciones, la amplitud y el poder existencial de su identidad en todos los asuntos, se concentra tanto en el mundo de la naturaleza como en el mundo transitorio. Tal y como la teofanía de la esencia de Dios y su manifestación para el hombre y el universo que es el origen de la aparición y la realización de la creación.
La traducción de la aleya 17 de la Sura Maryam [19]: “…y puso un velo que la apartase de ellos. Nosotros enviamos para ella a Nuestro Espíritu, que se presentó ante ella con la forma de un ser humano atractivo”.
El significado lingüístico y terminológico del vocablo “tamazzal” es: imaginarse,[i] asimilarse a algo, presentarse ante alguien, figurar algo para alguien.[ii] Puede decirse que tamazzal en un principio se deriva del vocablo “muzul” que significa estar presente ante una persona o ante algo, y “mumazzil” llaman a algo que representa otra figura. Por lo tanto:
“فتمثل لها بشراً سوّیاً” significa: “El Ángel Divino se presentó en la forma de un ser humano”. Sin duda el significado de estas palabras no es que Gabriel se haya transformado externa e internamente en un ser humano, puesto que una transformación y cambio así es imposible. Sino que su propósito es decir que se presentó en la figura de un humano aunque en su interior era ese mismo ángel, pero María (s.) al principio desconociendo esa cuestión, supuso que se encontraba ante un ser que externa e internamente era un ser humano. [iii]
El vocablo tamazzal en la aleya concuerda con el mismo significado lingüístico de ésta que es imaginar y corporizar algo ante alguien. El vocablo tamazzal en el Generoso Corán sólo se encuentra en la historia de María, pero en las narraciones islámicas la historia encarnación y parecidos a este (suposición, imaginación, surgimiento, ocurrir a la mente, aparición…), se han visto innumerables veces; y han sido utilizados en los significados amplios de la palabra. Como por ejemplo: la encarnación del Diablo en Dâr Al-Naduh en las ropas de un anciano piadoso y caritativo que engañó a los jefes del Quraîsh. O el mundo y su interior que se muestra en forma de una bella y atractiva mujer que se presentó ante el Imâm ‘Alî (a.s.) y también las riquezas y los hijos así como los actos del hombre que en el momento de la muerte se le personifican en diversas formas y cuerpos; o la aparición de los actos y el culto del ser humano en la tumba y el día de la Resurrección, y la encarnación y personificación de ésta en formas especiales. Así también la presentación del Corán en una bella forma y en un elevado grado para los creyentes en el Paraíso, para los recitadores del Corán y parecidos a estos que se encuentran en las fuentes islámicas.
Tamazzal en todos estos casos significa que algo o alguien se presente aparentemente en otra forma y encarne ante el ser humano sin cambiar su naturaleza ni su esencia.
Uno de los ejemplos manifiestos de una pretensión como ésta son las aleyas 69 y 70 de la Sura Hūd [11] que relatan el suceso de la llegada de los ángeles, de la encarnación y aparición de ellos ante el Profeta Abraham (a.s.). El gran sabio Sha’rânî (r.) en la obra “El sendero de la felicidad” dijo: “En el Generoso Corán dice que cuando los ángeles se presentaron ante Abraham (a.s.) para darle la buena nueva de la venida de Isaac (a.s.), Abraham (a.s.) les trajo una ternera asada, luego se percató que no comían. Esto disgustó a Abraham y temió. Pero en La Tora dice que los ángeles comieron de esa ternera (Génesis 18,8). Lo correcto es lo que dice el Corán, puesto que los ángeles no comen de los alimentos del mundo, y si las historias del Corán hubiesen sido tomadas de La Tora serían similares a las registradas en ésta. Sin embargo, este suceso es una revelación Divina por parte de Dios que sabe que los ángeles no comen, y aquel que no ha estudiado e ignora los secretos de la sabiduría y carece del conocimiento del mundo abstracto desconoce este tipo de asuntos…”.[iv]
Se evidencia que las narraciones que hablan respecto a los ángeles que fueron vistos en diversas formas, no es haber visto la esencia y la realidad de estos en forma manifiesta; porque el origen de su existencia es espiritual y abstracta No obstante la aparición y el manifiesto de estos se encuentra en el molde de la percepción del que percibe esas verdades de lo abstracto sin el “alejamiento” por parte del alma de los que perciben presentándose en la capacidad de su existencia en diversas formas, que en el Generoso Corán ha sido explicado como tamazzal.
El que dijimos “sin alejamiento” es con el propósito de que el mismo exterior del ángel y la existencia espiritual de éste, que es esa misma esencia verdadera de él, no salió de su verdad, y la esencia de esa verdad no se transformó en un ser humano, tal y como si la sustancia se transforma en otra sustancia. Sino que esa verdad es como que encarnó en el molde de los sentimientos en forma de un ser humano, y la facultad cognitiva abstracta que se relacionó con la verdad abstracta del ángel, es ese entendimiento en el molde de los sentimientos en la facultad imaginaria, que ella misma tiene la inmaterialidad del mundo intermediario, encarnará conforme con el estado espiritual cognitivo.[v]
En el campo de la encarnación es posible que se presenten dudas y preguntas que a continuación se indican algunas de éstas con sus respuestas:
1. En el asunto de la encarnación ¿acaso no se da la posibilidad que la persona capaz de percibir, perciba algo erróneamente y después suponga algo que no era verdad ni realidad, mientras que no existía una realidad? Explicado de otra forma, ¿cuál es la norma de la veracidad de la percepción de la persona que percibe?
Respuesta: Es necesario recordar este asunto que en el debate de la epistemología se ha dicho de esta forma que el conocimiento y la percepción de algo corresponde a la “manifestación de ese mismo objeto o de una figura particular (figura externa y características personales)”, o “el significado general de ese objeto ante la persona que percibe”. La presencia del mismo objeto tal y como la presencia del “yo” y de “mis estados” ante mí mismo, y la presencia de la figura particular de un objeto tal y como la presencia de la figura y el aspecto externo de Pedro y Juan ante mí mismo, y la presencia del significado general de éste ante la persona que percibe, tal y como la presencia de la figura completa del ser humano, del animal y de la montaña ante mí mismo.
Esta explicación incluye tanto el conocimiento presencial como el conocimiento adquirido.[vi]
Este asunto también es evidente que en los conocimientos sensoriales y ficticios, nuestras percepciones son un asunto particular. Claro está con esta diferencia que en las percepciones imaginarias es posible imaginar y sentir la figura sensorial sin la presencia de la materia, contrario a la percepción en las percepciones sensoriales. Considerando lo dicho, tamazzal (encarnación) que corresponde a la aparición de algo para el ser humano en una forma con la cual el ser humano está familiarizado y de su motivo crea la aparición. Tal y como la aparición de Gabriel (a.s.) para la Virgen María (s.) como un humano perfecto, puesto que aquello con lo que el ser humano está familiarizado y es común para él de la misión es esto mismo que el Mensajero recibe su misión, la presenta ante la gente y aquello que obtuvo lo transmite por medio de las palabras y la conversación, y este asunto no deberá mezclarlo con los asuntos imaginativos ni ilusivos falsos que se asemejan a un espejismo. Al igual que opinan los sofistas que ninguna de nuestras percepciones son como las percibimos. Pero la respuesta a este grupo es que: deberá haber una diferencia entre una verdad real que se manifieste en forma familiarizada y conocida para el que percibe y conforma con aquello que perciben sus medios de percepción y entre el que básicamente en el exterior no exista una verdad y sólo y únicamente exista una forma perceptible e imaginaria, que este segundo es sofismo, no el primero. Y en el conocimiento adquirido e instruido esperar más que esto es una espera fuera de lugar.[vii]
Mientras tanto recordamos que en la filosofía islámica, la medida y la norma del acierto y la equivocación, es conformar el asunto percibido con la verdad y realidad de ésta, sea el suceso del asunto externo, mental, crediticio o noúmeno. Por lo tanto la norma de la veracidad del asunto en los asuntos mentales, es la concordancia de ésta con la cosa en sí, que ésta comprende la existencia externa tangible.[viii]
2. ¿Acaso fuera del Profeta (s.a.w.) y de su sucesor alguien como la Virgen María (s.) que no es profeta ni sucesor puede ver al Ángel y a Gabriel, y percibirlo y relacionarse con el mundo angelical?
Respuesta: De algunas aleyas coránicas y fuentes islámicas se deduce que el ser humano puede llegar al mundo angelical, puesto que en la aleya 185 de la Sura Al-‘Arāf (7), Dios Sublime reprocha, estimula, instiga e invita a la gente para que perciba el mundo angelical y lo intrínseco de éste: “¿Acaso no contemplan el orden de los cielos y la Tierra…”. Y según los místicos asuntos tales como el suceso de Abraham (a.s.): (Al-An‘ām 6:75) y el suceso de la Virgen María (a.s.) confirman que cada ser humano tiene mérito y poder de la capacidad para volar y ascender al mundo elevado angelical; puesto que la encarnación es como la aparición de la imagen de algo en el espejo, que ese objeto se encuentra estable y puede también reflejarse en éste. Los sentimientos del alma de los mundos abstractos así como ver a los ángeles y a las almas de la metafísica es en cierta forma similar a esto. No debe suponerse que este rango corresponda al del Profeta o de su sucesor; puesto que la Virgen María (a.s.) no ocupaba ninguno de estos dos, aunque era una “santa”.[ix]
3. ¿Acaso el retorno (raÿ’a) del mundo oculto al mundo de la naturaleza, no es la reversión de la perfección hacia la imperfección, y no se contradice esto con la teoría del movimiento sustancial de Moulâ Sadrâ expuesta en la filosofía? Es decir después de que una criatura llega a ser en forma activa nuevamente se vuelva pasiva y deje a un lado lo favorable de su sublimidad y perfección, y ¿acaso esta objeción no se realiza en el asunto de la encarnación?
Respuesta: El retorno del mundo oculto a este mundo, y retornar al mundo de la naturaleza es imposible cuando la existencia pierde la perfección del movimiento sustancial adquirido, y destruye la perfección adquirida y la perfección sublime de su realización provoque las transformaciones y mutaciones. Este significado no sucede respecto a la encarnación y parecidos a ésta (el asunto del riÿ’at –retorno); puesto que el alma por medio del poder de su existencia y la amplitud del campo existencial y de su identidad puede proteger todos los mundos y todos los rangos, bajo este significado que a pesar de que pone completa atención en el mundo oculto, pone un poco de atención también en el mundo de la naturaleza.[x] Tal y como lo que los místicos dicen respecto a la manifestación de Dios y su aparición para el ser humano y el mundo, bajo este significado que los místicos sostienen: “Puesto que Dios decidió salir del jifâ (jifâ –oculto- es un grado en el cual no hay designación, un rango que no puede determinarse y es absolutamente esencial) y observar la belleza de sus nombres y atributos en los objetos y las personas. Luego apareció y manifestó en el mundo y el ser humano, luego comenzó la creación de éstos y en conclusión la primera determinación esencial se realizó (entonces el propósito de Dios para crear al ser humano y demás fenómenos es la “aparición” y “manifestación”).[xi]
Y el asunto de la encarnación de los ángeles se encuentra en esta misma categoría, puesto que a pesar de que los ángeles no necesitan perfeccionar sus cuerpos sensoriales, pero en ocasiones y en algunos asuntos por orden de Dios encarnaban y aparecían en cuerpos especiales, tal y como fue indicado en el suceso de la Virgen María (s.). Aquí, para dilucidar las dudas de la pregunta mencionada nuevamente recordamos que en ocasiones el rango de la perfección y alcanzar uno de los grados de la elevación racional del alma es por medio de la necesidad de los sentidos aparentes corporales, que deberá obtenerse a través de las aberturas del sentido externo, las ciencias y los conocimientos universales en la esencia del alma, para que la razón perfecta se vuelva en forma activa, y este es el movimiento del mundo y el movimiento de la esencial, y en ocasiones este mismo poder espiritual perfecto después de la perfección se muestra en el mundo en una forma, y se manifiesta en forma de sentimiento y poder de los sentidos. A esta manifestación y aparición le llaman encarnación o tamazzal. Esta no es la necesidad del alma de poder y facultad intelectual para que sea necesario el movimiento de retroceso y de descenso de forma activa a pasiva, sino que esto tiene el significado de “iluminación del alma” en cuanto al rango de descender, y aquel que no haga diferencia entre el descenso sublime y perder su elevado rango con la iluminación elevada en los rangos de descenso y manifestación de este, se verá atrapado por este tipo de vacilaciones y dudas. Por ello se evidenció que el retorno del alma perfecta al mundo (raÿ’at) y la aparición del sentido, es como la encarnación del Espíritu Santo en el cuerpo de un humano.[xii]
[i]– Isfahânî Râgib, Mufradât, Lisân Al-‘Arab, vocablo tamazzul.
[ii]– Diccionario Dihjudâ, vocablo tamazzul.
[iii]– Tabâtabâî, Exegesis Al-Mîzân, t.14, aleya 17 sura Maryam [19]; Shîrâzî Makârim, Exegesis Nemunah, t.13.
[iv]– Ämâlî Hasan Zâdeh, El ser humano y el Corán, p.67.
[v]– Ídem, p.71, Kamarei Mîrzâ Jalîl, El horizonte de la revelación, p.322.
[vi]– Yazdî Misbâh, Muhammad Taqî, Enseñanzas de filosofía, t.1, capítulo primero, según lo registrado en la obra Antropología, de Seîîed Husaîn Ibrâhîmîân, p.72.
[vii]– Extraído de Exegesis Al-Mîzân, t.14, p.57.
[viii]– Subhânî Ÿa’far, Nadarîah Al-Ma’rifah, p.217.
[ix]– Extraído de Mummada Al-Himam, en la explicación detallada de Fusûs Al-Hikam, p.47.
[x]– Rafî’î Qazwînî Saîîed Abû Al-Hasan, Riÿ’at wa Mi’râÿ, p.44.
[xi]– Antropología, p.114.
[xii]– Riÿ’at wa Mi’râÿ, p.45.