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Antes de debatir respecto a los caminos por los cuales influencia Satanás en los seres humanos, es necesario que tengamos conocimiento, aunque sea sucinto, de una criatura llamada “Satanás”. En un principio los sabios sostienen diferentes opiniones respecto a la derivación del vocablo Shaîtân (Satanás), pero lo más correcto es que digamos que este vocablo se deriva del vocablo “shatana” bajo el significado de alejado, por ello puede tener numerosos ejemplos, pero el más evidente entre estos, y el jefe de todos éstos es “Iblîs” (Diablo).
Satanás es una criatura de la misma materia que los genios, por ello puede transformarse en diferentes formas, y mostrarse en la figura de un animal o un ser humano, excepto similar a los Inmaculados.
Por lo tanto uno de los caminos más básicos utilizados por él para engañar es este método, que en los momentos delicados del destino de los seres humanos, se presenta en forma de humano íntegro y prepara las causas para engañar al hombre.
Pero no siempre utiliza este método. El es un ser imaginario: es decir, tiene un estado entre alma y cuerpo, por ello no puede influir en forma directa en el alma inmaterial de hombre, que es la subsistencia y la humanidad del ser humano. Pero a través de otro canal llamado “deseo concupiscente” introduce sus deseos en nuestras almas. El deseo concupiscente es esa misma perspectiva animal del alma del ser humano que en caso de progresar y llegar a la perfección se convierte en el alma de la paz o alma elevada.
Entonces Satanás al asociar y mostrar, todo aquello de los desvíos a los que tiende el alma concupiscente o los deseos del ser humano, prepara las causas de la perdición y los engaños de los seres humanos, por lo tanto habrá que decir que Satanás es parte de la causa o la causa preparada para engañar al hombre, no la causa absoluta.
Pero estas maneras de mostrarse tienen diferentes formas que todas ellas armonizan con nuestros deseos animales, y corresponden a:
A) Embellecer los actos malos: Satanás al mostrar bellas las fealdades, termina con la gravedad de la opresión y del pecado, y disminuye los obstáculos sociales en la práctica de los actos prohibidos, para que el ser humano caiga más fácilmente en las redes del pecado. Estas son esas mismas justificaciones que presentamos a nosotros mismos para realizar un pecado.
B) Falsas promesas: Satanás al dar falsas promesas y grandes esperanzas inalcanzables, obstaculiza que el ser humano recuerde el día de la Resurrección, la muerte y a Dios Sublime, y una persona así se encuentra atrapada por los deseos concupiscentes y para llegar a alcanzar esas esperanzas, así llamadas, está dispuesto también a realizar pecados capitales por ellas.
C) Temor y miedo: Satanás al crear temor y miedo en el futuro y en los sucesos que ocurrirán invita al ser humano a juntar sus riquezas, huir de la lucha santa, acompañar a la tiranía y otros, y lo obliga a realizar actos injustos y pecados que se originan del temor hacia el futuro.
Es necesario, para alcanzar la respuesta correcta de la pregunta aquí realizada, primero tener un conocimiento aunque sea sucinto, de una criatura llamada Satanás. En un principio los sabios sostienen diferentes opiniones respecto a la derivación del vocablo Shaîtân (Satanás). Pero lo más correcto es que digamos que este vocablo se deriva del vocablo “shatana” bajo el significado de alejado.[1]
Según lo dicho por muchos exegetas shaîtân, significa: criatura maliciosa y rebelde que salió del sendero recto. Con esta hipótesis el nombre shaîtân es un nombre genérico que tiene muchos ejemplos, e incluye a cada existencia rebelde de entre los hombres y los genios.[2] Pero Iblîs (Demonio) es ese mismo Shaîtân que se negó a prosternar ante Adán padre de la humanidad (a.s.).[3]
Según lo que menciona directamente el Generoso Corán el Demonio no es un ser del mismo género que los seres humanos, sino que es del género de los genios[4] y fue creado de Fuego. La especialidad de este grupo de criaturas es que tiene una condición entre cuerpo material e inmaterial y pueden presentarse en diversas formas, es decir presentarse en un molde externo y visible.
Aparentemente el propósito de la pregunta respecto a Shaîtân es el mismo Iblîs. Considerando esta hipótesis, responderemos a la pregunta:
Tal como dijimos el Shaîtân es un ser entre alma y cuerpo. Sabemos que el ser humano es un ser con dos aspectos; es decir cuenta tanto con un aspecto corporal como con un aspecto espiritual. Por lo tanto si el Shaîtân quiere engañar al ser humano, sin otra alternativa deberá tener relación con el alma del hombre a través de un canal especial, que de ella depende la subsistencia y humanidad. El alma del ser humano tiene diversos aspectos. El aspecto espiritual que es explicado como el alma de la paz, y el aspecto diabólico que es explicado como el alma o deseo concupiscente.
El Shaîtân para dominar a los seres humanos, inevitablemente utilizará el canal del alma concupiscente de estos[5], y a través de ese mismo canal se beneficia de los seres humanos. Por otra parte una existencia que tiene un estado entre alma y cuerpo no puede mantener actividades o relacionarse en forma directa con las existencias materiales. Esta relación misteriosa del Shaîtân y el alma concupiscente es eso mismo que llaman inspiración o tentación.
El gran sabio Tabâtabâî a este respecto dijo. “El Shaîtân engaña al ser humano a través de las inspiraciones de las tentaciones en el alma”.[6]
Entonces el Shaîtân es una parte de la causa, y él solo no puede descarriar al ser humano, sino que invita al hombre hacia aquello que su alma concupiscente pide. O explicado de otra manera, una causa preparada no una causa absoluta.
El ser humano ante esto es libre y puede seguir su camino o seguir las órdenes de Dios y de su intelecto. Por ello es que Dios Sublime al prohibir al ser humano obedecer al Shaîtân dice: «¡Creyentes! ¡Entrad todos en la Paz y no sigáis los pasos del Demonio! Es para vosotros un enemigo declarado».[7]
Ahora se presenta esta pregunta que ¿cómo incita Shaîtân los sentimientos irracionales y los deseos concupiscentes del ser humano, y lo obliga a realizar actos indignos? Shaîtân utiliza diversos caminos para llegar a este propósito, que a continuación indicamos algunos de estos:
Tal como dijimos Shaîtân puede transformarse en una criatura visible y externa. Esto mismo es uno de los senderos que el Shaîtân emplea para seducir; es decir en los instantes delicados e históricos, se presenta en forma de una persona ataviada, y descarría a los seres humanos del sendero de Dios. En la historia han sido registrados ejemplos relacionados con este asunto y muchas veces posiblemente hasta nosotros mismos los experimentamos.[8]
Pero él también aplica otros métodos, los cuales fueron indicados en las aleyas coránicas:
A) Embellecer los actos malos: es decir, Shaîtân muestra bellos los actos malos para que la gente suponga que su realización es agradable y meritorio. Es decir eso mismo que el Generoso Corán lo recuerda como “disfrazar la verdad de falsedad”[9] y viceversa, que es una de las técnicas de los judíos.
Embellecer los actos, es un sendero fácil y acuerda con los deseos concupiscentes del ser humano. Por ello en el Corán encontramos: «El Demonio les ha engalanado sus obras y, habiéndoles apartado del camino…».[10]
B) Falsas promesas: Shaîtân dando promesas falsas e incrementando las elevadas esperanzas, descuida al ser humano de las realidades y dificultades que el hombre tiene ante sí, y lo entretiene en espejismos difíciles de alcanzar. Es evidente que el resultado de algo así no es otro más que el resultado del olvido y descuido de Dios.
Por ello Dios Sublime dice: «(el Demonio) Les hace promesas y les inspira vanos deseos…».[11]
C) Temor y miedo: otro de los medios del Shaîtân es tomar ayuda del temor y miedo que provoca en el ser humano respecto al futuro. Este estado de temor es una causa para numerosos efectos abominables tales como la desesperanza, desconfianza en Dios, falta de seguridad en Dios y al final renuncia del ser humano a realizar buenos actos. Como si por ejemplo, Shaîtân hace que la persona tema de la pobreza e indigencia en el futuro, que este asunto provoca avidez y se vuelve un obstáculo en el ser humano para ser caritativo. Este asunto es causa de atención en las aleyas coránicas, ahí donde dice: «El Demonio os amenaza con la pobreza y os ordena lo deshonesto…».[12]
Fuentes para mayor estudio:
1. Makârim Shirâzî Nâsir, Exegesis Nemunah.
2. ‘Al.lâmah Tabatabâî, Exegesis Al-Mizân.
3. Misbâh Ÿazdî Muhammad Taqî, La moral en el Corán.
[1]– Lisân Al-‘Arab, t.13, vocablo “shatana”.
[2]– Exegesis Nemunah, t.1, p.191.
[3]– Sagrado Corán 2:34. «Y cuando dijimos a los ángeles: «¡Prosternaos ante
dán!». Se prosternaron, excepto Iblîs que se negó y fue altivo: era de los infieles».
[4]– Sagrado Corán 18:50.
[5]– La moral en el Corán, p.234.
[6]– Exegesis Al-Mîzân, t.1, p.201.
[7]– Sagrado Corán 2:208.
[8]– Salîm Ibn Qaîs Hilâlî, Los secretos de la familia de Muhammad, p.220.
[9]– Sagrado Corán 2:42.
[10]– Sagrado Corán 27:24.
[11]– Sagrado Corán 4:120.
[12]– Sagrado Corán 2:268.