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Según la razón y la ley de la Religión, Dios Sublime –no, en el mundo ni en la Otra vida– podrá ser visto con los ojos que tenemos en la cabeza, pero puede ser visto con los ojos del alma. Los espíritus a través de los testigos oculares y en la medida de su capacidad existencial, después de purificar su interior a través de la purificación del alma, como bendición del culto y las austeridades de la ley de la Religión, ven a Dios con los ojos internos y lo perciben.
Si el propósito de ver, sea ver con los ojos externos, según la razón como lo dicho por la ley de la Religión, ¡no, Dios no puede ser visto así!
Pero según la razón; los actos de ver y observar a través de enfrenar un objeto externo con los ojos y las oscilaciones luminosas se realiza a través del envío y la reflexión de las ondas relacionadas con la luminosidad. Es decir, primero: deberá haber un cuerpo externo; segundo: deberá encontrarse cara a cara y mantener una misma dirección el objeto externo con los ojos. Por ello nuestros ojos no pueden ver los objetos que se encuentran detrás de la cabeza, mientras que Dios Sublime no tiene cuerpo ni tampoco tiene las especialidades y características del cuerpo (como confrontar), entonces nunca podrá ser visto con los ojos que tenemos en la cabeza.
Pero según la ley de la Religión: el Generoso Corán y las narraciones directamente consideran imposible ver a Dios.
A) Corán (1) dice: «¡No Me verás!».[1] ¡Oh, Moisés nunca podrás Verme! (2) «La vista no Le alcanza».[2]
B) Narraciones: “Ningún ojo físico Lo ha visto o Lo verá nunca”.[3]
“Nunca te han visto los ojos”.[4]
“Los ojos no pueden discernirle”[5]
Pero si el propósito de ver, sea el ver interno, la ciencia, el conocimiento y la intuición de los nombres y atributos de Dios Sublime, por supuesto en la medida de la capacidad y el poder de los serse humanos es posible ver. Al igual que el Imâm ‘Alî (a.s.) dijo: “Pero las almas pueden darse cuenta de Su Existencia.”[6] Y en otra narración está registrado que este mismo Imâm dijo a Dhu’alb: “¡Pobre de ti, los ojos no Lo pueden ver, pero las almas Lo ven”.[7]