Antes de responder a la pregunta es necesario atender a una introducción importante, y ésta es que sólo la existencia de una narración en los libros de hadîz no es causa de su consideración. La consideración de una narración se encuentra dentro del ámbito de las obligaciones de los juristas, siendo la deducción de los mandatos religiosos una de sus especialidades, porque la utilización de las narraciones y su consideración necesitan de una introducción y una ciencia las cuales no se encuentran al alcance de todos. Esta es una de las especialidades y particularidades de algunos de los sabios.

Por ello, cuando recurrimos a los libros de jurisprudencia observamos que existe diferencia en la opinión y el punto de vista de los juristas respecto al asunto del baile. Algunos sostienen que el baile no es prohibido en forma absoluta (en todas sus formas). Bajo este significado que, el baile no es prohibido mientras no se lleguen a realizar actos prohibidos. El Aîiatul.lah Jû’î (que en paz descanse) en repuesta a esta pregunta que si ¿acaso el baile y aplaudir en las fiestas para los hombres, como ejemplo en las bodas, es permitido o no?, y si ¿acaso estos asuntos son permitidos para las mujeres?, opinó lo siguiente: “El baile por sí no tiene inconveniente, mientras no se convierta en algo prohibido. Por ejemplo el que bailen juntos hombres y mujeres y parecido a esto”.[1]

Su alumno el difunto Aîiatul.lah Tabrîzî afirmó también esta opinión. Algunos de los sabios a imitar dijeron que el baile es prohibido cuando va acompañado de movimientos excitantes o llega a algo prohibido. El Aîiatul.lah Jumeneî dijo a este respecto: “Si el baile es en tal forma que provoque excitación o implique actos prohibidos o corrupción, es prohibido”.[2]

Algunos también sostienen que el baile es absolutamente prohibido.[3]

Respecto a la prohibición del “baile” es posible citar dos tipos de narraciones:

1. El grupo de aquellas en forma general, correspondientes a la prohibición de cualquier tipo de placer libidinoso y fútil, que el baile es un ejemplo de estos. Tal y como la narración del Imâm As-Sâdiq (a.s.) que dijo: “Cuando Adán (a.s.) falleció, el Demonio y Caín le reprocharon, y mostraron alegría por su muerte, entonces comenzaron a golpear y cantar. Pues aquel que sobre la tierra se aplaciente de esta manera los imitó a ellos”.[4]^–[5]

O el hadîz transmitido del Imâm ‘Alî (a.s.) en donde dijo: “No es inteligente aquel que ande en busca de los placeres y constantemente se entretiene con lujurias y sensualidades”.[6]

2. Otro grupo de las narraciones que directamente prohíben el baile, como las que a continuación se mencionan:

Del Imâm As-Sâdiq (a.s.) se transmitió que el Profeta (s.a.w.) dijo: “Les prohíbo que bailen, tañen la flauta, el laúd y el tambor”.[7]

Del Mensajero de Dios (s.a.w.) fue también transmitido que prohibió golpear, bailar y cualquier placer o acto libidinoso, así como participar en ese tipo de reuniones y escuchar esos instrumentos.[8]

Claro está hablar respecto al crédito del documento, a la explicación del contenido y la indicación de estas narraciones, cada uno demanda por sí un debate con destreza y jurídico especial, el cual deberá ser presentado en su lugar.[9]