Please Wait
6603
- compartir
Respecto a la realización de la oración al inicio de su tiempo se han considerado numerosos efectos y recompensas, tal y como el que se duplique la recompensa por orar, ser acogido por la bondad Divina, y otros.
Los sabios religiosos también, considerando este mismo asunto, recomiendan a la gente la realización de la oración al inicio de su tiempo y lo observan como uno de los fundamentos importantes del sendero místico y del acercamiento a Dios así como hacia la perfección humana.
Acerca de la recompensa por realizar la oración al inicio de su tiempo, mencionamos algunas narraciones transmitidas de los Inmaculados Imames (a.s.):
1. Uno de los compañeros cercanos del Imam Sâdiq (a.s.) le preguntó: “¡Oh, padre de ‘Abul.lah! Infórmeme del mejor momento para realizar la oración de la mañana”. El Imam (a.s.) dijo: “En el momento del alba, puesto que Dios Sublime dice: “En verdad, la recitación del amanecer es observada”.[1] Es decir la oración de la mañana la observan tanto los ángeles del día como los ángeles de la noche. Entonces si un siervo realiza su oración en el momento de la aurora, en el Libro de los Actos se registra para él una doble recompensa, tanto los ángeles del día como los de la noche lo registran.[2]
2. El Imam Mûsâ Ibn Ÿa’far (a.s.) dijo: “(El perfume de) las oraciones obligatorias que se realizan al inicio de su tiempo, respetando sus deberes y los límites especiales de cada una, son más perfumadas que las hojas y los tallos nuevos y frescos de la planta de As.[3] Entonces para vosotros es obligatorio que realicéis vuestra oración obligatoria al inicio de su tiempo”.[4]
3. Zurârah preguntó al Imam Bâqir (a.s.): "¡Que Dios os ayude en vuestros actos! ¿Qué es mejor realizar las oraciones al inicio de su tiempo, a la mitad de su tiempo o al final de éste?” El Imam (a.s.) dijo: “Al inicio de su tiempo”. El Mensajero de Dios dijo: “A Dios Honrado y Glorificado, le complacen los buenos actos cuando se apresuren en su realización”.[5]
4. El Imam Sâdiq (a.s.): “Aquel que realice las oraciones obligatorias al inicio de su tiempo y las pronuncie en forma perfecta el ángel la hará llegar al cielo pura y luminosa, y esa oración gritará: “¡Que Dios te proteja al igual que me protegiste, y te confío a Dios al igual que tú me confiaste al ángel generoso!”. Pero aquel que sin pretexto realice la oración después de su tiempo, sin cuidado y sin la relación espiritual necesaria, el ángel subirá su oración negra y oscura, y esa oración gritará: “¡Qué Dios te dañe al igual que me dañaste, y no te preste atención al igual que tú no me la prestaste…”.[6]
Los sabios religiosos también considerando este mismo asunto recomiendan a la gente la realización de la oración al inicio de su tiempo considerándolo como uno de los fundamentos importantes del sendero místico y del acercamiento a Dios así como de la perfección humana.[7]
Conclusión: En base a las narraciones de los Inmaculados Imames (a.s.) y a las recomendaciones de los sabios religiosos lo aceptable es que si la persona no tiene un pretexto legal, realice la oración en el primer momento de ésta para que se vea incluida dentro de los que reciben los efectos y la recompensa de ésta.
[1]– Al-Isrā’ [17:78].
«أَقِمِ الصَّلاةَ لِدُلُوكِ الشَّمْسِ إِلى غَسَقِ اللَّيْلِ وَ قُرْآنَ الْفَجْرِ إِنَّ قُرْآنَ الْفَجْرِ كانَ مَشْهُوداً»
“Haz la oración desde el declinar (al medio día) del sol hasta bien entrada la noche (media noche), así como la recitación del amanecer (oración del alba). En verdad, la recitación del amanecer es observada (por los ángeles de la noche y el día)”.
[2]– Kulaînî Muhammad Ibn Ia’qûb, Al-Kâfî, t.3, p.283.
[3]– El as es un árbol que crece en lugares tropicales y dicen que el báculo de Moisés fue tallado en esa madera. Así también le llaman a un tipo de albahaca que tiene un aroma sumamente rico. Recurrir a: Diccionario Nafisî, t.1, p.27, según lo trasmitido por Muÿahidî Muhammad ‘Alî, Recompensa a los buenos actos y castigo a los pecados”, p.112.
[4]– ‘Âmeli Sheij Hurr, Wasâ’il Al-Shî’ah, t.4, p.119.
[5]– Al-Kâfî, t.3, p.274.
[6]– Wasâ’il Al-Shî’ah, t.4, pp.123-124.
[7]– Recurrir a: Musawî (Imam Jomeînî) Seyed Ruhul.lah, Ritos de la oración, p.108.