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La razón, es la huÿÿah (guía) interna de los ser humanos que los conduce por el sendero de la perfección, y la sharîah (sistema legislativo Islámico) es la guía externa que salva a los seres humanos de las contaminaciones para dirigirlos hacia la perfección y felicidad humana. Sobre estas bases es imposible que la guía externa e interna puedan contradecirse entre sí. Huÿÿah significa razón y guía, y guía le llaman a aquél que está familiarizado con el camino, con su destino y su meta. Claro está habrá que considerar que estas dos guías, interna y externa, no son dos caminos independientes ni autosuficiente el uno del otro. El ser humano llega a su meta cuando se establezca la máxima armonía entre estas dos guías.
Por ello, en caso de no haber una comparación entre un principio de los principios racionales con las realidades religiosas es por falta de atención en la preparación y en los principios lógicos de la argumentación y de la deducción racional, y/o porque nuestra deducción de los mandatos religiosos fue incorrecta.
Ninguna contradicción es admisible entre el Islam y el razonamiento. Claro está en ocasiones colocar un asunto no religioso dentro del ámbito religioso, o el que la deducción racional carezca de condiciones y preparativos correctos y/o la selección de un significado especial de la razón, nos guía hacia esta incompatibilidad. Para familiarizarnos con las diversas formas de esta discusión es necesario poner atención en los siguientes puntos.
1. La razón y la racionalidad desde el punto de vista de la filosofía islámica
Uno de los privilegios manifiestos del ser humano, es el poder contemplativo. La reflexión es una actividad interna que se realiza sobre los significados, y basándose en las nociones conocidas se resuelve el asunto desconocido. El método intelectualista se basa en el silogismo que se compone de los preparativos racionales puros, preparativos que o son de las primeras premisas, o llegan a éstas. Tales como todos los silogismos demostrativos que se utilizan en la prima filosofía, en las matemáticas y en muchos de los asuntos de las ciencias filosóficas. La diferencia entre el método intelectualista y el método experimental se basa en que el apoyo evidente del método intelectualista son las primeras premisas; y el apoyo del método experimental son los preparativos experimentales.[1] La filosofía Islámica, presenta a la cosmología, teología y antropología como un método intelectualista
2. El método de los Profetas y el método intelectualista
Básicamente no existe diferencia entre el método de los Profetas en la invitación a la gente hacia la verdad y realidad, y hacia aquello que el ser humano adquiere por medio de la argumentación correcta y lógica. La única diferencia es que los Profetas se auxiliaban del Origen oculto, y adquirían su sabiduría del límpido manantial de la revelación. Claro está estos honorables a pesar de estar relacionados con el mundo celestial (o angelical) bajaban su nivel y hablaban al grado del entendimiento de la gente, y pedían a los seres humanos que utilizaran esta fuerza instintiva que todos poseen y se aferraran a la argumentación, a la razón firme y a la lógica. Entonces la jerarquía de los Profetas es más pura que el obligar a la gente a un acto sin tener una profunda visión y con un seguimiento ciego. El Sagrado Corán dice: «Di: Este es mi camino. Llamo hacia Dios, con una profunda visión de las cosas, a todo el mundo. Yo y quienes me siguen».[2]
Por ello la religión y la racionalidad, o la sharîah (ley religiosa) y la hikmah (la sabiduría) que el motivo y el legislador, así como el método utilizado por ellos es uno y no se contradice en nada entre sí. La religión verdadera invita a la gente para que a través de una prueba intelectual encuentre certeza y conocimiento en el mundo metafísico. El esfuerzo y la razón armonizan entre sí. Ese mismo contenido del Libro y la sunnah al observarlo con una visión más profunda es sabiduría y filosofía. La filosofía y la religión son consideradas dos caras de una verdad y dos símbolos de una realidad. La razón, es la huÿÿah (guía) interna de los ser humanos que los conduce por el sendero de la perfección, y la sharîah (sistema legislativo Islámico) es la guía externa que salva a los seres humanos de las contaminaciones para dirigirlos hacia la perfección y felicidad humana. Tal y como dijo el Imâm Kâdzim (a.s.): “Dios, Glorificado sea, coloco dos huÿÿah: (guías) la huÿÿah externa y la huÿÿah interna, pero la huÿÿah externa son los Enviados Divinos y los Profetas y los Imâmes (a.s.), y la huÿÿah interna son los intelectos”. [3]
Con estas bases es imposible que la huÿÿah externa e interna puedan contradecirse entre sí. Huÿÿah significa razón y guía, y guía le llaman a aquél que está familiarizado con el camino, con su destino y su meta. Según una narración del Imâm Kâdzim (a.s.) para llegar a Dios Único existen dos guías: una guía externa y una guía interna. Claro está habrá que poner atención en que estas dos huÿÿah (interna y externa) son dos senderos que no son independientes ni auto-suficientes. El ser humano llega a su meta cuando se establezca la máxima armonía entre estas dos guías.
La guía externa (los Profetas y los Imâmes) no desconoce a la racionalidad; ya que el intermediario de la bendición (el Inmaculado) es siempre un intelecto perfecto. Y el vocablo basîrat (profunda visión de las cosas) en la aleya 108 de la Sura Ÿûsûf (12) evidencia perfectamente este asunto. Según lo dicho por el Mensajero del Islam (s.a.w.): “Aquel que no tiene intelecto no tiene religión”.[4] La guía interna tampoco se encuentra auto-suficiente de la sharîah ni de la religión, ya que según lo dicho por el Imâm Husaîn (a.s.): “La perfección del intelecto se encuentra en el seguimiento de la verdad”.[5] Y según lo que dice el Sagrado Corán: «Eso es porque Dios es la Verdad»[6], y «La Verdad procede de tu Señor»[7].
Entonces el intelecto llega a la perfección cuando sigue a la Verdad, y una de las órdenes de Dios es obedecer a la guía externa. El Sagrado Corán dice: «¡Obedeced a Dios y obedeced al Mensajero y a los que de vosotros tienen autoridad!»[8]. El punto importantes es que la elevada verdad religiosa, en ocasiones se contradice con la razón parcial y calculador (según la teoría de Descartes la razón perfecta no tiene significado por ello no la menciona. El centra todo su atención en la razón calculadora y prudente) o con el intelecto en la escuela pragmática (desde la opinión de la escuela pragmática esa racionalidad da frutos que resuelva un problemas de nuestras dificultades experimentales) o con intelecto especulativo de Kant (Kant opina que el intelecto especulativo es débil para resolver asuntos y los principios racionales en este campo carecen de valores prácticos).
Es evidente que el ofrecimiento, el sacrifico propio, el martirio, la munificencia, la fe hacia lo oculto y miles de realidades fundamentales islámicas que no son posibles de analizarlos ni explicarlos con la razón parcial y calculadora. Pero ninguna de las valiosas verdades religiosas se contradice o contrasta con la racionalidad filosófica.
En conclusión, con la explicación de la armonización de la razón y la religión, y la invalidez de la hipótesis de la contradicción, y el contraste entre el Islam y las deducciones racionales, como consecuencia de la unificación del motivo y el legislador, así como del método utilizado por ellos, en caso de no haber una comparación entre un principio de los principios racionales con las realidades religiosas es por falta de atención en la preparación y en los principios lógicos de la argumentación y de la deducción racional, y/o porque nuestra deducción de los mandatos religiosos fue incorrecta.
Notas:
a) Ya que la prueba intelectual es la guía por parte de Dios, cualquiera que vaya en busca de los textos con inversiones intelectuales, obtendrá y se beneficiará de las ciencias sagradas acumuladas, tanto del texto transmitido como de la prueba intelectual.
La prueba intelectual al igual que la prueba textual crediticia, es una de las inspiraciones divinas que se manifiesta en el pensamiento del ser humano. Por lo tanto, si alguien con una inversión racional busca los textos sagrados, y deduce algo de éstos, es como si con la ayuda de una aleya evidencia el significado de otra aleya, o con la ayuda de una narración evidencie el significado de la aleya. Por ello ninguno de estos asuntos desconocen ni son independientes del texto transmitido.
En efecto si alguien a través de una inducción imperfecta, o analogía lógica, o métodos sofistas va en busca del entendimiento de los Textos Sagrados, el polvo de la humanidad se colocará al igual que un halo alrededor del contenido sagrado religioso y lo ciega de la verdad
b) Si alguien dice: ¿Acaso pueden o no defenderse en forma racional todos los asuntos generales y particulares de la religión?
La respuesta es que, la razón es necesaria pero no suficiente para conocer la religión. Por ello a través de la razón no pueden ser aceptados los detalles de ésta; ya que los detalles no se encuentran dentro de los límites de la prueba intelectual, sean detalles de la naturaleza o detalles de la sharîah. Explicado de otra manera, los detalles tanto científicos, como objetivos, reales y relativos, no se encuentran al alcance de la prueba intelectual y aquello que no se encuentra al alcance de la razón no tiene una argumentación ni justificación racional. Pero en la generalidad y en los senderos generales de la naturaleza y de la sharîah, la argumentación racional se encuentra al alcance.
Una explicación es que la razón ya que se considera incapaz en muchos de los asuntos, necesita de la revelación. La lógica de la razón es esta que: yo entiendo que muchas cosas no entiendo y necesito de la revelación.
En base al argumento de la profecía particular, la razón dice: yo tengo un objetivo elevado y eterno, y sé que para llegar a ese objetivo particular existe un sendero y ese sendero es largo y transitarlo sin una guía es imposible y la guía oculto es el mismo Profeta (s.a.w.).
Y habrá que escuchar las palabras de la guía en lo general y detallado, y realizarlas. Por ello no pregunta que ¿por qué la oración de la mañana es de 2 ciclos y la de la tarde de 4 ciclos?, o ¿por qué la oración del ocaso hay que recitarla en voz alta y la del medio día en voz baja?, o ¿por qué tal pescado es permisible o tal otro prohibido? Y ya que la razón no puede entender muchos de los detalles dice: “necesito de un Profeta”. Por ello la razón no pretende intervenir en los detalles y si tal pretensión inadmisible se le impone, no puede comprobarlo ni evidenciarlo.[9]
Para más información recurrir a:
a) ‘Alî y la Filosofía Divina, Tabâtabâî Saîîed Muhammad Husaîn.
b) Reflexión en el Corán, Tabâtabâî Saîîed Muhammad Husaîn.
c) Filosofía teórica y práctica en el Nahyul Balâgah, Ÿawâdî Âmulî ‘Abdul.lah.
d) La Sharîah en el espejo del conocimiento, Ÿawâdî Âmulî ‘Abdul.lah, pp.199-224.
e) Las creencias y preguntas, Hadavî Tehrânî Mahdî, pp.51-58.
f) Las bases teológicas de la deducción de las normas islámicas, Hadavî Tehrânî Mahdî, pp.280-284.
g) Publicaciones Porseman, No.12, verano 2002, art. El Islam y la razón, armonizan o contrastan, Redânîan Hamîd Ridâ.
h) Índice: la razón calculadora, alma, fe y amor, pregunta no.937.
[1]– Misbâh Yazdî Muhammad Taqî, Instrucción de la filosofía, t.1, p.101.
[2]– Sagrado Corán 12:108.
[3]– Recurrir a: Rey Shahrî Muhammad, Muntahab Mizân Al-Hikmah, p.358, h.4387.
[4]– Recurrir a: Muntahab Mizân Al-Hikmah, p.357, h.4363.
[5]– Recurrir a: Muntahab Mizân Al-Hikmah, p.359, h.4407.
[6]– Sagrado Corán 31:30.
[7]– Sagrado Corán 3:60.
[8]– Sagrado Corán 4:59.
[9]– Ÿawâdî Âmulî, ‘Abdul.lah, La Teología (serie de debates de la filosofía de la religión), pp.127-174.