Considerando que el rango del Imamato tiene el propósito de realizar la guía de la religión, y la guía bajo el significado de llegar al último propósito (a la perfección), y no sólo guía sino que también incluye la guía existencial. Es decir que los efectos internos y la influencia espiritual del Imam así como la iluminación de los rayos de su existencia llegan a las almas de los seres humanos y a la guía espiritual de ellos. Una explicación es que el propósito del nombramiento de los Profetas y el envío de Mensajeros es la guía de la sociedad humana, y esta guía se realiza desde dos perspectivas.

1. Guía bajo el significado de “mostrar el sendero”; es decir aquello mismo que es obligación de cada Profeta.

2. Unión con el ideal y hacer llegar al propósito que esto también se divide en dos ramas:

A) La guía revelada y la realización de los programas religiosos; en ocasiones ya sea por medio de la creación de un gobierno, realización de los castigos y mandatos Divinos, así como la justicia social, y en otras ya sea por medio de la educación e instrucción de las personas en forma práctica, estas dos provocan la realización de los propósitos de los Profetas, y es un programa muy difícil que necesita de numerosas especialidades desde la perspectiva del conocimiento, la abstinencia, valentía y administración.

B) Guía existencial y hacer llegar al propósito a través de los efectos y las influencias interna y espiritual, y la iluminación de los rayos de la guía en las almas de los seres humanos preparados, que es una trayectoria espiritual e interna. Sin duda un programa así demanda más especialidades y preparaciones.[1]

Considerando el papel que juega el Imam en la guía de los seres humanos ha sucedido muchas veces que personas fueron guiadas por la influencia del rango espiritual del Inmaculado Imam. Como ejemplo indicamos un caso.

Hasan Ibn ‘Alî Ibn Fadâl dijo: “Yo pertenecía a la Escuela Wâqifîah y con esa creencia me dirigí hacia la Meca. Cuando entre en la Meca me vino un pensamiento a la mente. Me agarre deI multazim[2] y dije: “¡Dios mío Tú sabes cuál es mi opinión y mi decisión, guíame a los mejores senderos de la religión”. En ese momento sentí que debía visitar al Imam Ridâ (a.s.), me dirigía a Medina, me detuve fuera de la casa del Imam (a.s.) y dije al criado: “Pide permiso a tu amo para que pueda entrar. Dile que un hombre iraquí se encuentra en la puerta”. Escuché que el Imam (a.s.) decía: “¡Entra!” Así lo hice, en el momento que me vio dijo: “¡Dios aceptó tu súplica, y te guió hacia Su religión”. Dije: “¡Atestiguo que tú eres la prueba de Dios, y Su hombre de confianza entre la creación!”[3]