La respuesta exacta y completa a esta pregunta será posible bajo los rayos de la explicación e interpretación correcta y evidente del significado de felicidad, así como del conocimiento exacto del ser humano y de sus propósitos. Algunos, tales como Kant, consideran que la perfección y la felicidad se encuentran separadas, y dicen que en todo el mundo sólo existe una perfección y una bondad, y ésta es el buen deseo. Y el buen deseo también bajo el significado de obedecimiento ante las órdenes de la conciencia, habiendo como resultado felicidad o no. Pero felicidad es ese placer y regocijo que no va acompañado de ningún dolor ni sufrimiento, mientras la moral tiene que ver con la perfección no con la felicidad.[1] Los eruditos, los filósofos y los moralistas islámicos dicen que en la medida que el ser humano se beneficie de la perfección y se acerque a su punto final (el humanismo) en esa misma mediad ha llegado a la felicidad.[2] Ellos, al igual que Kant, no consideran a la felicidad separada de la perfección, claro está aceptan que si el propósito de felicidad es la felicidad sensorial (regocijo material del mundo) naturalmente la perfección de una felicidad como esa, está separada.[3] Por otro lado, el enfoque de las diversas Escuelas respecto al ser humano, provocó que su comprensión respecto a la felicidad fuese diversa.

La Escuela que considera al ser humano un ser material, juzga que su felicidad depende de la provisión de sus necesidades materiales, y entre éstos hay algunos que consideran que la perfección del ser humano se encuentra en beneficiarse lo más posible de los placeres materiales (tanto el individuo como la sociedad). Y el que estiman a la razón como criterio de la humanidad, infieren que la felicidad se encuentra en el florecimiento de la razón a través del conocimiento y las verdades Divinas. Aquellos que, tales como los gnósticos, ponen atención en el interior y en el dolor del alejamiento (de Dios) y consideran al ser humano como un ser atrapado en una jaula y alejado de su autenticidad y de su patria (Paraíso), suponen que su felicidad depende de la medida en que se benefician del amor (hacia Dios). Ese grupo, que al igual que Nietzsche, juzga al poder como la base de los asuntos y al hombre próspero como un ser poderoso. Pero según las bases de la opinión del Islam (aceptado por la razón y el amor) el ser humano ha sido presentado de la siguiente manera: “… es un ser que posee diversas capacidades, está compuesto de vida y cuerpo (alma y cuerpo), y no sólo es materia.[4] “Su vida verdadera y principal se encuentra en otra vida, él fue creado para la eternidad, y sus pensamientos, sus actos, sus conductas y sus morales forman su cuerpo eterno, y…”.

Con una visión como ésta se realiza la felicidad del ser humano a través del florecimiento armonizado de sus capacidades y con una respuesta adecuada a sus necesidades espirituales y corporales. El gran sabio Tabâtabâî a este respecto dijo: “La felicidad de cada cosa es llegar a la bondad de su existencia, y la felicidad del ser humano, que está compuesto de espíritu y cuerpo, corresponde a llegar a las bondades corporales y espirituales, y encontrarse bendecido de ésta”.[5]

La felicidad del alma que es de Dios «Cuando haya terminado y sople en él de Mi Espíritu»[6], depende de su proximidad a Él; esto es, regresar al Origen del cual emanó. Explicado de otra manera, el alma es la esencia del ser humano y pertenece a Dios «¡En verdad pertenecemos a Dios…», y al pasar por algunos niveles, permaneció en el mundo de la naturaleza, y su felicidad se encuentra en que emigre del mundo de la naturaleza con el medio de transporte del amor y de la muerte facultativa[7], y llegue a ese lugar al que perteneció que «…y, en verdad, a Él retornamos!». Un ser humano como éste aunque su cuerpo se encuentra en el mundo, pero su alma está atada en otro lugar.[8] Claro está, esto no quiere decir que no ponga atención en los asuntos materiales; ya que beneficiarse de la salud y de las bendiciones materiales y otras, son consideradas de las felicidades del ser humano y se ha recomendado que ése fortalezca a su cuerpo respetando los principios higiénicos, puesto que el cuerpo saludable es el campo y la condición de una alma saludable.[9] Sino que el propósito es decir que el alma es lo principal del ser humano y compone su identidad, y el propósito de la creación de un ser como éste es el acercamiento a Dios. «¡Oh, alma sosegada! * ¡Regresa a tu Señor, satisfecha de Él y Él satisfecho de ti! * Entra con Mis siervos, * y entra en Mi Jardín».[10] Y «¡Oh, humano! En verdad, te esfuerzas afanosamente hacia tu Señor y te encontrarás con Él (recibirás tu recompensa».[11] Y «…en una reunión de gente sincera junto a un soberano todopoderoso».[12] O en otra aleya dice: «Y no he creado a los genios y los humanos excepto para que Me adoren».[13]

El culto es un medio para aproximarse a Dios: «Buscad ayuda en la paciencia y en la oración…».[14] Por ello es que puede decirse que todo aquello que ayuda al ser humano para acercarse a Dios, ha preparado su felicidad, y aquí es donde no sólo la oración es un medio para aproximarse a Dios, sino que servir a los siervos de Dios también se encuentra en el grupo del culto y es considerado un medio apara aproximarse a Dios.

El difunto gran sabio Tabâtabâî dijo: “Aquello que es considerado como bendición, son sólo bendiciones en caso de que el motivo que Dios tuvo en la creación de éstas, acuerde con el motivo que tuvo en la creación del ser humano; puesto que éstas fueron creadas con el propósito de ser una ayuda para el hombre por parte de Dios, que en el camino de su felicidad verdadera, que es esa misma proximidad a Dios, como consecuencia de servir a Dios y su humildad ante Dios, se apropien de ellos las bendiciones, puesto que dice: «Y no he creado a los genios y los humanos excepto para que Me adoren».[15]