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1. ¿Cuál es la mejor respuesta externa e interna religiosa que se les puede dar?
2. ¿Acaso este grupo es conocido y tiene nombre e identidad?
Los antecedentes del debate de beneficiarse únicamente del Corán y de eliminar las narraciones y la sunnah retroceden aproximadamente al inicio del Islam, puesto que en base a las fuentes de la Escuela Suní y Shî’ah, en los últimos días de la preciada vida del Profeta (s.a.w.) cuando este generoso solicitó cálamo, tinta y papel para escribir algo que fuese guía para la comunidad islámica y después de este generoso no se desviase, por desgracia el segundo califa ‘Umar Ibn Jatâb se opuso a este acto y dijo: “El Libro de Dios (el Corán) nos es suficiente (no necesitamos de la tradición del Profeta s.a.w.).”
Nadie puede imaginar que nos encontramos en un error al aplicar la tradición, ¿acaso todas nuestras obligaciones con todos sus detalles podemos encontrarlas en el Corán? ¿Acaso todos los mandatos tales como la oración, el ayuno, pago del azaque, la Peregrinación y otros fueron mencionados en el Corán?
Dios Sublime en el Corán dice: “Y lo que el Mensajero os dé tomadlo (y realizadlo) y absteneos de lo que os prohíba. Y sed temerosos de (oponerse a) Dios. En verdad, Dios es severo en el castigo”.[i]
Es claro y evidente que lo ordenado y prohibido por el Mensajero de Dios (s.a.w.) es esa misma tradición (sunnah) del Profeta (s.a.w.) que Dios nos ordena seguir a este honorable.
Ahmad Ibn Hanbal que es uno de los líderes de las cuatro escuelas sunitas, en su obra Musnad transmite que el honorable Profeta (s.a.w.) dijo: “He dejado dos cosas valiosas entre ustedes, una de ellas es más grande y valiosa que la otra. El Libro de Dios que es una cuerda vinculadora entre el cielo y la tierra, y mi itrat y Ahl-Bayt (familia) y estas dos no se separarán hasta que se reúnan conmigo en la fuente de Kauzar”.
Puede observarse que en esta narración el Profeta (s.a.w.) colocó a la gente de su casa a la par del Corán, es decir tal y como los musulmanes tienen la obligación de deducir del Corán así también tienen la obligación, en situaciones necesarias, de deducir de las palabras de los Inmaculados Imames (a.s.) y estos dos juntos son perfectos y la deducción es incompleta faltando uno de ellos.
Esta no es una nueva duda, que carezca de antecedentes históricos y corresponda a esta época y tiempo, sino que es uno de los primeros asuntos que se presentó después del fallecimiento del generoso Profeta del Islam (s.a.w.) e incluso fue mencionado por algunos mientras este honorable estuvo vivo.
Por ello primero hablaremos sobre los antecedentes de este debate y después analizaremos y responderemos a su pregunta.
Los antecedentes del debate de beneficiarse únicamente del Corán y de eliminar las narraciones y la sunnah retroceden aproximadamente al inicio del Islam, puesto que en base a las fuentes de la Escuela Suní y Shî’ah, en los últimos días de la preciada vida del Profeta (s.a.w.) cuando este generoso solicitó cálamo, tinta y papel para escribir algo que fuese guía para la comunidad islámica y después de este generoso no se desviase, por desgracia el segundo califa ‘Umar Ibn Jatâb se opuso a este acto y dijo: “El Libro de Dios (el Corán) nos es suficiente (no necesitamos de la tradición del Profeta s.a.w.).”
En confirmación de estas palabras nos beneficiamos de las fuentes más importantes y válidas de la Escuela Sunita.
Sahîh Bujârî, Sahîh Muslim, Musnad Ahmad y otros transmiten que Ibrahîm Ibn Mûsâ de Hishâm Ibn Ma’mar, de ‘Abdul.alh Ibn Muhammad, de ‘Abd Al-Razâq, de Ma’mar, de Zuhrî, de ‘Ubaîdul.lah Ibn ‘Abdul.lah Ibn ‘Abbâs y él de Ibn ‘Abbâs que dijo: “En los últimos momentos de la preciada vida del Profeta (s.a.w.) un grupo de los compañeros cercanos se encontraba ahí, entre ellos ‘Umar Ibn Jatâb, cuando este generoso dijo: “Acérquense a mí para que les dicte algo que deben escribir, para que después de ello no os extravíes. ‘Umar rompió el silencio y dijo: “El dolor lo ha dominado (se ha agravado), el Corán está frente a nosotros y nos es suficiente”.[1] Su opinión fue discutida. Un grupo se le opuso y dijo: “No, por cierto que la orden del Profeta debe cumplirse, désele papel y pluma para que escriba lo que desea”. No obstante otro grupo se puso de parte de ‘Umar. Ya que las controversias y diferencias se hicieron más intensas él (s.a.w.) dijo: “¡Levántense y váyanse que en un lugar como éste no es meritorio un alboroto así!”.[2]
‘Ubaîdul.lah relató que ’Abdul.lah Ibn ‘Abbâs dijo: “La desgracia comenzó cuando distanciaron al Profeta de su escrito”.[3]
En esta investigación al contestar lo principal de la pregunta en forma natural se contestará a las palabras mencionadas por el segundo califa.
En base a lo solicitado por el estimado usuario presentaremos las respuestas que se encuentran fuera y dentro de la religión.
Primero, argumento racional:
Suponiendo que este es un dicho correcto y todos los musulmanes coinciden y acepten este asunto, ¿acaso realmente nos basta con el Corán y no necesitamos de la tradición del Profeta (s.a.w.)?
¿Es posible que en ese caso todas las deducciones del Corán sean una, y todos coincidirán en su entendimiento?
Aunque la respuesta a estas preguntas es como explicar algo evidente, y la conciencia despierta de cada persona presenta ella misma una respuesta apropiada, pero aún así la responderemos en forma sucinta.
La mejor causa para la posibilidad de cualquier cosa es el acontecimiento de la misma.[4]
1. Vemos como todos los musulmanes, tanto sunitas como shías, no mantienen una opinión única en el entendimiento y la deducción de las aleyas del Corán. Pocos asuntos de los fundamentos y las ramas de la religión existen en los cuales todos los exegetas y eruditos islámicos mantienen una opinión unánime.[5]
2. ¿Acaso alguien puede imaginar que nos encontramos en un error al aplicar la tradición, ¿acaso todas nuestras obligaciones con todos sus detalles podemos encontrarlas en el Corán? ¿Acaso todos los mandatos tales como la oración, el ayuno, pago del azaque, la Peregrinación y otros fueron mencionados en el Corán?
3. En efecto si aceptamos estas palabras que sucederá con todos estos libros de narraciones de la Escuela Suní (que no son el Corán) como por ejemplo Los Siete Sahâh (Sahîh Bujârî, Sahîh Muslim, Sunan Abî Dâwûd, Sunan Tirmidhî, Sunan Nisâî y Sunan Ibn Mâÿah) y cientos e inclusive miles de libros de hadices.
Segundo, iÿmâ’:
Hoy día todas las sectas y escuelas jurídicas y teológicas coinciden en la opinión de que necesitamos de los hadices, y no se encuentra ningún jurista, teólogo o teórico que sostenga que los musulmanes no necesitan de hadices para sus creencias y actos.[6]
Tercero, el Corán:
Dios Sublime en el Corán dice: “Y lo que el Mensajero os dé tomadlo (y realizadlo) y absteneos de lo que os prohíba. Y sed temerosos de (oponerse a) Dios. En verdad, Dios es severo en el castigo”.[7]
Esta frase aunque descendió para el suceso del botín de guerra de los Banî Nâzir, pero su contenido es un dictamen general en todos los campos y programas de la vida de los musulmanes, y es un documento evidente para que la tradición del Profeta(s.a.w.) sea una prueba.[8]
Según este fundamento todos los musulmanes están obligados a escuchar y obedecer con todo el alma todas las ordenes y prohibiciones del Profeta (s.a.w.), ya sea que éstas sean en el campo de los asuntos referentes al gobierno islámico o a los asuntos económicos y/o de adoración u otros, en especial el que a continuación de la aleya amenaza fuertemente con un castigo a aquellos que se opongan.[9]
En conclusión y en otras palabras, es evidente y claro que lo ordenado y prohibido por el Mensajero de Dios (s.a.w.) es lo mismo que su tradición, que Dios nos ordena imitar y seguir de este honorable.
Es posible que aquí se presente esta pregunta de ¡¿cómo es que Dios Sublime ordena que toda la gente sin excepción acepte sin ninguna condición aquello que el Profeta (s.a.w.) dice?!
Pero tomando en cuenta que nosotros consideramos inmune al Profeta (s.a.w.) y este derecho sólo es de él y de sus sucesores Inmaculados (a.s.) se evidencia la respuesta a esta pregunta.
Lo notable es que en numerosas narraciones[10] se ha indicado este asunto que en caso que Dios otorgó tales autoridades a su Profeta es porque lo examinó por completo y porque cuenta con elevado carácter y extraordinaria moral por lo que Dios le otorgó un derecho así.[11]
Cuarto, Hadîz:
Los hadices que indican la validez de la tradición en las fuentes sunitas y shías son numerosos los cuales nos guían y estimulan hacia la deducción de la tradición.
Uno de estos es el Hadiz Zaqalaîn que en las obras narrativas de las dos Escuelas (shías y sunitas) fue transmitido a través de una cadena ininterrumpida.
Ahmad Ibn Hanbal, uno de los líderes de las cuatro Escuelas Sunitas, en su Musnad transmite que Aswad Ibn ‘Âmir dijo: “Abû Isrâ’îl es decir Ismâ’îl Ibn Is.hâq Malâ’î, de ‘Atîîah, de Abû Sa’îd transmite que el Profeta (s.a.w.) dijo: “He dejado dos cosas valiosas entre ustedes, una de ellas es más grande y valiosa que la otra. El Libro de Dios que es una cuerda vinculadora entre el cielo y la tierra, y mi itrat y Ahl-Bayt (familia) y estas dos no se separarán hasta que se reúnan conmigo en la fuente de Kauzar”. .[12]
Puede observarse que en esta narración el Profeta (s.a.w.) colocó a la gente de su casa a la par del Corán, es decir tal y como los musulmanes tienen la obligación de deducir del Corán así también tienen la obligación, en situaciones necesarias, de deducir de las palabras de los Inmaculados Imames (a.s.) y estos dos juntos son perfectos y la deducción es incompleta faltando uno de estos.
Por lo tanto, primero es imposible ser musulmán y cumplir con los mandatos sin haber narraciones; y segundo, suponiendo algo así, con ello no se dará fin a las diferencias entre los musulmanes.
[1]– En una narración el hijo de ‘Umar dijo: “En verdad que el Profeta delira”, Nahÿ Al-Haq wa Kashf Al-Sidq, p.333.
[2]– Sahîh Bujârî, t.17, p.417, h.5237; Sahîh Muslim, t.8, p.414; Musnad Ahmad, t.6, pp.368 y 478; Masdar Al-Kitab, sitio islámico http://www.al-islam.com.
[3]– Hillî, Nahÿ Al-Haq wa Kashf Al-Sidq, pp.333.
[4]– “ادلّ الدلیل علی امکان الشیء وقوعه”.
[5]– A este respecto puede recurrir a las obras de exegesis de la Escuela Suni.
[6]– El propósito de iÿmâ’ aquí no es el iÿmâ’ en la terminología jurídica, sino que tener una opinión única y no haber diferencias, que puede ser confirmado por nosotros.
[7]– Al-Ĥašr, [59:7] –“وَ ما آتاکُمُ الرَّسُولُ فَخُذُوهُ وَ ما نَهاکُمْ عَنْهُ فَانْتَهُوا وَ اتَّقُوا اللَّهَ إِنَّ اللَّهَ شَدیدُ الْعِقابِ”.
[8]– Fajr Al-Dîn Râzî, Abû ‘Abdul.lah Muhammad Ibn ‘Umar, Mafâtih Al-Gaîb, t.29, p.507
".و الأجود أن تکون هذه الآیة عامة فی کل ما آتى رسول اللَّه و نهى عنه و أمر الفیء داخل فی عمومه"
Tabâtabâî Seyed Muhammad Husaîn, Al-Mizân fi Tafsîr Al-Qurân, traduc.al persa Mûsawî Hamidânî Muhammad Bâqir, t.19, p.353.
Esta aleya sin considerar el contenido que tiene incluye todas las órdenes y prohibiciones del Mensajero del Islam (s.a.w.) y no es exclusiva de dar o no dar la parte de un botín, sino que incluye todas las órdenes que da y todas las prohibiciones que dicta.
[9]– Makârim Shîrâzî Nâsir, Exegesis Nemunah, t.23, pp.507-508.
[10]– Las narraciones en las cuales se mencionó este debate son numerosas, para adquirirlas puede recurrir al tomo 5 de la obra Exegesis Núr Al-Zaqalaîn, pp.279-283.
[11]– Exegesis Nemunah, t.23, pp.509-510.
[12]– Musnad Ahmad, t.22, pp. 226, 252 y 324; t.39, p.308,
حَدَّثَنَا أَسْوَدُ بْنُ عَامِرٍ أَخْبَرَنَا أَبُو إِسْرَائِیلَ یَعْنِی إِسْمَاعِیلَ بْنَ أَبِی إِسْحَاقَ الْمُلَائِیَّ عَنْ عَطِیَّةَ عَنْ أَبِی سَعِیدٍ قَالَ قَالَ رَسُولُ اللَّهِ صَلَّى اللَّهُ عَلَیْهِ وَسَلَّمَ إِنِّی تَارِکٌ فِیکُمْ الثَّقَلَیْنِ أَحَدُهُمَا أَکْبَرُ مِنْ الْآخَرِ کِتَابُ اللَّهِ حَبْلٌ مَمْدُودٌ مِنْ السَّمَاءِ إِلَى الْأَرْضِ وَعِتْرَتِی أَهْلُ بَیْتِی وَإِنَّهُمَا لَنْ یَفْتَرِقَا حَتَّى یَرِدَا عَلَیَّ الْحَوْضَ.