De ahí que la libertad de expresión fue uno de los elementos importantes para crear cultura dentro de la sociedad islámica, y cuenta con delicada y estratégica importancia, y puesto que las situaciones y condiciones de la sociedad son cambiables y variables, la naturaleza de este asunto demanda que no pueda presentarse una ley fija e inmutable para ésta, y el Gobierno Islámico deberá poder determinar esta situación en base a las situaciones y condiciones variantes. Muchas veces la limitación de la libertad de expresión en una condición política segura tanto intenta como externa, es mucho más amplia que las condiciones inseguras derivadas de rebeliones internas o guerras externas, por ello el criterio para determinar los límites de expresión puede ser considerado como corriente y variable.

La ley y el criterio general de la limitación de la libertad de expresión –al mismo tiempo que es variable– puede describirse de la siguiente manera: la libertad de expresión es uno de los valores positivos en el sistema social islámico, junto a los demás valores positivos tales como independencia, seguridad, justicia, moral general, espiritualidad y otras. De ahí que todos estos valores se encuentran en un sistema, los demás valores determinan los límites de la libertad de expresión. Esto es, la libertad de expresión se encuentra en un lugar legítimo y respetable que no se contradice con los demás valores islámicos.

Con todo esto, existen también criterios fijos que son guía de los criterios gubernamentales en la determinación de los límites de la libertad de expresión, tales como:

1. es prohibido mentir, difamar, calumniar, intrigar, denunciar, divulgar los secretos y rumores, y otros, y esto se encuentra fuera de los límites de la libertad de expresión;

2. los libros que descarrían, y explicado más ampliamente, cualquier obra escrita y no escrita que en una manera propague creencias falsas o debilite las creencias verdearas, no sólo no tienen derecho a ser propagadas ni publicadas, sino que es obligatorio destruirlas y expulsarlas de las escenas de la sociedad así como del pensamientos en general, y sólo los expertos e investigadores de la religión pueden utilizarlos para responder a las preguntas.

3. Es prohibido explicar las creencias de la verdad a aquellos que carecen de la capacidad para entenderlas, en tal forma que provoque su perdición y huída de la religión.