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Según nuestras enseñanzas religiosas la oración es el primer acto de adoración en los actos de la religión. Si la oración de la persona es aceptada sus demás actos de adoración también serán aceptados. Por otra parte según lo que dicen las aleyas del Corán en forma explícita cualquiera que realice una partícula de un acto bueno, recibirá su premio. Es evidente que según estas aleyas, si los actos buenos pesan en la balanza el ser humano aunque no realice la oración deberá ser de los que se salvan. Es digno de mencionar que dejar de realizar la oración puede tener dos razones. (1) Rechazar a este acto como un acto de adoración, que esta negación y su no realización definitivamente provocarán el castigo del Infierno. (2) Dejar de realizar la oración, no por negación sino por irresponsabilidad y descuido. Este segundo caso puede discutirse, y será tratado en la respuesta detallada.
La explicación de la pregunta anterior depende del esbozo y análisis de varios asuntos que, al mencionarlos, existe la esperanza de obtener una respuesta a este asunto.
1. Tal y como todos sabemos, la oración es el primer acto de adoración en los actos de la religión. Es decir después de los fundamentos de las creencias (usul din), en el grado de la práctica que es llamado las ramas de la religión (furu’ din) lo primero sobre lo que puede discutirse, es la oración, acto presentado como columna o pilar de la religión. Así también en la interpretación y explicación dice que, si la oración de la persona es aceptada sus demás actos de adoración también lo serán.[1]
En los mandatos de adoración la oración ocupa un lugar tan importante que en ninguna postura es permitido dejar de realizara, a menos que sea en estado de coma o inconsciencia que en estos casos no existe obligación. La oración es la manifestación y el símbolo de humildad y entrega ante Dios, y Satanás también fue golpeado desde esta misma perspectiva, puesto que no cedió ante la orden Divina, es decir ante la prosternación.
2. Por otra parte según lo que dicen las aleyas del Corán en forma explícita cualquiera que realice una partícula de un acto bueno, recibirá su premio. Y en la medida que realice los actos malos y peque verá castigo. Es evidente que según estas aleyas, si los actos buenos pesan en la balanza el ser humano aunque no realice la oración deberá ser de los que se salvan.
3. El Generoso Corán dice:
"...ثُمَّ رَدَدْناهُ أَسْفَلَ سافِلينَ* إِلاَّ الَّذينَ آمَنُوا وَ عَمِلُوا الصَّالِحاتِ فَلَهُمْ أَجْرٌ غَيْرُ مَمْنُون".
“…Luego, le hemos relegado a lo más bajo de lo bajo, excepto a aquellos que creen y actúan rectamente, pues para ellos hay una recompensa ilimitada”.[2] De ahí que en esta aleya se ha interpretado como “actuar rectamente” uno de esos actos rectos es la oración, puede ser que la persona realice otros buenos actos que merezcan ser recompensados.
4. En los actos de adoración aquello que es el criterio y la norma para su aceptación, es la intención de que sean realizados para Dios, es decir si la persona realiza los mejores y más humanos actos de adoración, incluso la oración y otros sin tener la intención de que sean para Dios y sin la intención de acercamiento a Dios, sino que los realice asociando algo a Dios y con hipocresía, no será aceptada por Dios ni tampoco recompensado.
Al mencionar esta introducción puede decirse que, a pesar de que la oración tiene efectos y bendiciones innumerables que una de estas por ejemplo es el acercamiento a Dios, y la persona que no ora se ve privada de este favor y bendición Divino. La oración es invocar y recordar a Dios. Aquel que no realiza la oración no se beneficiará de estos favores, pero ya que Dios mismo dijo que perdonará todos los pecados incluso el pecado del politeísmo, esto también después del arrepentimiento y de disculparse ante Dios, por ello en forma definitiva no puede decirse que ¿acaso la oración es el criterio para entrar en el Paraíso, y todas las personas que no oran con miles de actos buenos entrarán en el Infierno.
Lo que es necesario mencionar aquí, es que dejar de realizar la oración puede tener dos razones. (1) Rechazar a este acto como un acto de adoración, que esta negación y su no realización definitivamente provocarán el castigo del Infierno. (2) Dejar de realizar la oración, no por negación sino por irresponsabilidad y descuido. Con respecto a esto será beneficioso que estudie la respuesta 375.
[1]– Kulaînî, Al-Kafî, t.2, p.268.
"...إِنَّ أَوَّلَ مَا يُحَاسَبُ بِهِ الْعَبْدُ الصَّلَاةُ فَإِنْ قُبِلَتْ قُبِلَ مَا سِوَاهَا...".
[2]– At-Tīn [95:5-6].